––Entonces...vas a ir.
Lancé unos pantalones negros a la cama, rascándome la barbilla.
––No, vamos a ir.
––Uhm ––miró mis pantalones ––. No vas a llevar esos, ¿verdad?
La miré.
––Claro que sí.
Parpadeó perpleja e hizo del pantalón una bola para lanzarla al cesto de basura.
Abrí los ojos de par en par.
––¡No! ––grité mientras los recogía y sacudía ––. ¿Estás loca? ¡Son mis favoritos!
Grace abrió mi closet y comenzó a rebuscar entre mi ropa.
––No hay nada aquí que no sea, no lo sé...¿aburrido?
––Si, tu cara de payaso ––solté mientras me secaba el cabello con la toalla que lo había envuelto posteriormente.
––¡Oh por dios! ¿Y esto? ¿Qué hace aquí? ––tomó una blusa de tirantes cruzados amarilla.
––Ah eso ––hice una mueca ––. Me lo regaló mi tía hace un año.
La abrazó y la miré confundida.
––Por cosas como estas mereces vivir.
––Ajá sí, tu no mereces vivir. ¿Siempre tienes tanta porquería ahí?
Señalé su bolso y escuché una risita de su parte.
La estiró mientras la observaba de todos los ángulos posibles.
––Te pondrás esta y estos ––sacudió unos vaqueros celestes.
Suspiré y tomé los vaqueros, metiendo mis piernas dentro y saltando un poco para calzármelo del todo. Eran ajustados, y eso no me agradaba.
––Dame eso ––pedí de mala gana.
Me tiró la blusa sin dejar de teclearle a su teléfono.
––¿Con quién hablas?
Metí la cabeza en la blusa y me la acomodé al cuerpo. Ajustada, como me lo temía. Por algo la había dejado al fondo, muy al fondo de mi closet.
––Garret. Dice que nos espera allá, tiene una cosas que hacer antes ––me miró y una sonrisa le iluminó la cara ––. Estás preciosa.
––No me siento así.
Se puso de pie y me sentó en la cama, tocando mi cabello.
––¿Puedo alisarlo?
Me reí amargamente.
––Ni loca.
––Hay tacones en mi bolso ––descansó la mano sobre su cadera.
Tragué con fuerza.
––Está bien ––acepté a regañadientes ––. Pero no pienso usar esos estúpidos zapatos para quebrarme un tobillo.
Se rió.
––Entonces aprovecharé para maquillarte.
––Grace... ––susurré.
.
––Me siento asquerosa.
Resopló.
––Por dios, Laura. Apenas apliqué color a tus mejillas, te ves lindísima ––sonrió.
––Vámonos ya ––le dije.
Saltó en su lugar y se dirigió a la habitación. Solté todo el aire que estaba conteniendo. En realidad no me veía tan mal, pero no me sentía bien.
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Detention »Raura«
FanfictionDos jóvenes: »Maleducados » rebeldes » independientes. Jóvenes. »Todos los derechos reservados«