Al oír la campana sonar, comencé a inquietarme con el hecho de saber que el diplomático Hans vendría por mí, y aún no entendía el porqué de mi excepción.
Fuese lo que fuese, me daba mala espina cualquier cosa que él hiciera.
Me acomodé la mochila a la espalda, tirando torpemente de las correas para ajustarla. Me corrí el cabello de la cara y caminé con tranquilidad hacia las afueras de la cafetería, encontrándome con el clan de las porristas pegando volantes en todas las paredes.
Desinteresada, continué mi rumbo hacia mi casillero, en el cual me detuve con cierta frustración al ver uno de los volantes coloridos pegados en mi puerta.
Fiesta de Playa el próximo sábado.
Así como lo vi, también lo quité y lo convertí en una bola de papel para luego lanzarlo a quién sabe dónde.
––Uy, y yo que venía a preguntar si ibas a ir ––cerré un poco la puerta de mi casillero y relajé el gesto.
––Eso no se pregunta, la respuesta siempre será que no ––afirmé, fingiendo una sonrisa.
––Tocaremos allí, creí que entonces irías por...
––No.
Cerré bruscamente la puerta metálica y el pelirrojo hundió ambas manos en sus bolsillos.
––Uhm, problemas en el paraíso ––murmuró.
––No hay ningún paraíso, por lo tanto los problemas no existen allí, Calum. Por favor, no me pongas de malas ––pedí, mientras comenzaba a caminar por los corredores.
Y al parecer, con sus pasos detrás de mí.
––Está bien, lo siento.
Suspiré negando con la cabeza y evitando cualquier volante que estuviesen entregando.
––No importa, olvídalo. Mejor si sé menos de él.
–– ¡Aquí estás!
Miré aturdida hacia todos lados y apreté el paso notoriamente.
––Laura, espera... ––me sujetó del brazo pero me zarandeé de inmediato.
––No hace falta el contacto físico.
––Hablamos luego, Laura ––me sonrió incómodo, Calum y se alejó sin más.
––Necesito que me acompañes.
–– ¿Para qué? ¿Tan difícil es que me des el uniforme aquí, en público y donde todos nos pueden ver? ––inquirí burlona, cruzándome de brazos.
Sus ojos verdes me observaron fijamente y chasqueó la lengua.
––No es lo único que debo hacer contigo ––admitió, bajando la voz.
Arqueé una ceja.
––Estoy perdiendo mi clase de Física, mejor o busco yo misma el uniforme ––blanqueé los ojos.
––Pero estoy encargado de dártelo.
–– ¿Piensas tardar mucho en tu tarea? El tiempo pasa rápido.
Miró hacia otro lado y tomó aire.
–– ¿Por qué la actitud desagradable conmigo? ––alzó ambas cejas ––. ¿Tienes miedo de que tu novio nos vea hablando?
Inmediatamente sentí una bola de fuego dentro de mi pecho, aumentando su tamaño y calentando mis mejillas.
––No es mi novio, así que te sugiero que te informes antes de hablar o te vayas bien a la mierda ––volteé sobre mis talones y caminé rápidamente hasta mi salón, donde todos los estudiantes aún estaban ingresando.
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Detention »Raura«
Hayran KurguDos jóvenes: »Maleducados » rebeldes » independientes. Jóvenes. »Todos los derechos reservados«