Detention »Raura«

26

Un grito agudo me hizo caer de la cama en un salto.

––¡Laura!

Oh mierda.

Bajé las escaleras tan rápido que casi me tropiezo. Me sentía mareada por levantarme tan de golpe y cuando llegué al living, Grace había entrado en crisis y Vanessa estaba fulminándome con la mirada.

––Has algo. Ha entrado en crisis.

––No me digas, no me fije ––puse los ojos en blanco.

Bufó y alzó las manos, dejándolas caer sobre sus muslos. Se fue a su habitación y yo suspiré.

––Siento...que vomité a un elefante ––lloriqueó.

––Si, y no solo eso...

Me miró.

––¿Qué pasó con mi ropa? ¿Y mi bolso? ¡¿Dónde están mis zapatos?!

Comenzó a mirar hacia todos lados y luego de encontrar su ropa hecha una bola en la silla me miró y se largó a llorar de nuevo.

Me restregué un ojo.

––No tengo tiempo para estupideces, Grace, voy a ducharme y a prepararme para ir a la preparatoria. Has lo que quieras.

Subí un escalón y la crisis volvió.

––¿Y yo que ropa usaré? ¿Y mi mochila? ¿Dónde voy a ducharme?

Suspiré, apretando las manos.

––Fíjate en mi closet, no lo sé. ¡Pero deja de sacarme de quicio!

Subí las escaleras rápidamente antes de que vuelva a atropellarme a preguntas. Tardé menos de lo esperado en el agua, aunque me quedé bastantes minutos debajo de esta, dejando que se llevara todas mis molestias y lo sucia que aún me sentía por la escena en la fiesta con Logan.

Cuando llegué a mi habitación, Grace estaba rebuscando ropa en mi closet con su nariz arrugada.

––¿Blanco, negro y gris es todo lo que tienes?

Me sequé el cabello con una toalla.

––Tómalo o déjalo.

––Lo dejo...

Me encogí de hombros y agarré unos tejanos con una remera gris.

––Pues vete desnuda.

Luego de que Grace tomó una muda de ropa a regañadientes, se tomó una ducha de treinta minutos y luego llamó a un coche porque no quería gastar sus pocas fuerzas.

Y llegaríamos tarde, pero daba igual.

––Entonces...¿qué pasó anoche?

Carraspeé la garganta y pegué la frente en la ventanilla.

––Nada.

––Laura... ––alargó.

––No creo que quieras recordarlo, Grace.

Suspiró.

––Pero..., vamos dime. Dime, dime, dime, dime...

––¡Ay, ya calla! ––exclamé, mirándola fijo ––. Tomaste litros de tequila, te lanzaste a la piscina con toda la preparatoria allí y besaste a Garret, listo. Sé feliz.

Me miró entreabriendo los labios.

––Yo...¿en serio me lancé a la piscina? ––se cubrió la boca con las manos.