Detention »Raura«

40

—Son las cuatro de la tarde, Ross —dije, frunciendo el ceño.

Apretó mi mano y se encogió de hombros.

—Nunca es temprano para una hamburguesa —insistió, con una sonrisa amplia de por medio.

—Supongo que tienes razón —admití distraída.

— ¿Cómo? —preguntó sorprendido —. No, mi Laura me pelea, no me da la razón.

Alcé ambas cejas, sorprendida.

— ¿Tu Laura? ¿Cuándo me volví parte de tu propiedad?

—Cuando yo lo decidí.

—Ah mira que bien —dije irónica, soltándome de su mano para dar media vuelta.

Tiró de brazo y descendió su mano hasta mi muñeca, llegando finalmente a mi mano. Entrelazó nuestros dedos con delicadeza sin dejar de mirarme.

—When this cold world comes between us, please tell me you'll be brave —cantó, acercándome a él mientras me mecía en sus brazos.

Ay joder no de nuevo.

—No cantes de nuevo, vas a llamar la at...

—'Cause I can realice the danger when forgiveness fades away —me interrumpiò, colocando su dedo índice sobre mis labios —. If you don't love me, lie to me —me girò en el lugar —. 'Cause baby you're the one thing I believe...

Siguió intentando hacerme bailar, pero me crucé de brazos y aparté la mirada, esperando a que se callara. Aunque fuese demasiado tarde, ya que la mayoría de los clientes nos estaban observando divertidos.

Y Bon Jovi no dejaba de cantar a través de los altavoces.

Ni Ross en frente mío. Bajó su mirada hasta mi cara, rebuscando la mía.

—Let it all fall down around us, if that's what's meant to be. Right now if you don't love me baby...—me señaló, esperando a que continuara la frase y levantó mi cara con su dedo índice por debajo de mi barbilla.

—Lie to me —completé, desganada y rendida.

Bufó negando con la cabeza.

—No quiero ese ánimo, preciosa. Por favor, dime qué quieres que haga y lo haré —pidió con dulzura, descruzando mis brazos y entrelazando nuestras manos.

—Quiero dormir —admití.

Realmente lo quería, mis ojos se sentían pesados, y supuse que era debido a que había llorado, y eso causaba que se hincharan un poco.

Ross arqueó las cejas.

— ¿Dormir o...? —insinuó y chasqueé la lengua, negando con la cabeza.

Me solté de su agarre y salí de la extensa fila en McDonald's, encaminándome a la salida, mientras cruzaba los brazos sobre mi pecho.

— ¡Ay por favor, Laura! —Exclamó, saliendo detrás de mí —. ¡Deja de enojarte conmigo!

Me tomó del brazo, causando que volteara. Su respiración estaba agitada y su ceño fruncido.

— ¡¿Qué mierda te pasa ahora?! —gritó, cabreado —. ¿Huh? ¿Qué hice ahora?

Me miraba tan fijo que podría incluso temblar bajo su mirada avellana. Encogí los hombros y aparté la mirada.

—No has hecho nada malo, Ross —dije, tragando grueso.

— ¿Entonces? ¿Cuál es el jodido problema? —inquirió, aun molesto.

—Simplemente lo haces todo bien, y yo estoy siendo jodidamente exasperante. Necesito un descanso, y tú necesitas alejarte de mí.