Detention »Raura«

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Me atraganté con mi propio sorbo y tosí un poco, procurando que el nudo que tenía en la garganta se deslizara de allí.

Mientras tanto, Garrett y Grace solo me observaban fijamente, esperando a que finalizara mi escena para seguir observándome con ese desprecio que me hacía sentir inferior.

Cuando acabé de toser, me pasé la mano por la boca, apartando cualquier rastro de soda que me rodeara las comisuras de mi boca y suspiré, mirando mis manos aferradas a la lata de aluminio, ingeniándomelas para saber cómo comenzar.

––Yo, ahm ––balbuceé, y las pulseras de Grace tintinearon cuando se llevó la mano al cabello, apartándolo de su cara.

––¿En serio me creíste tan torpe como para creer que nada pasaba, Laura? Sé que has estado con Ross los fines de semana que no me respondiste los mensajes y las llamadas, sé también que no existe ninguna Piper y que Ross también es Vanessa ––soltó Garrett, con cierta furia en sus palabras.

Me mordisqueé el labio, sintiendo mis mejillas hervir. Le eché una mirada a Grace y ella negó con la cabeza lentamente, aleteando sus pestañas al parpadear.

––No me mires a mí, yo no le he dicho absolutamente nada...

–– ¿Tienes algo que decir? ––inquirió Garrett, carraspeando su garganta para llamar mi atención, a lo que por supuesto, respondí con una mirada fría.

Me relamí los labios, tragando grueso sin apartar la mirada de los ojos verdes de mi amigo.

––En realidad si ––admití, chasqueando la lengua y jugueteando con la lata entre mis dedos ––. Mi vida es privada como la de ustedes, cada uno con sus secretos, amigos o no, me apoyen o no, me gusta Ross, y van a tener que aceptarlo si quieren que esta amistad siga su curso.

Grace abrió la boca pero la cerró de inmediato y Garrett apretó los puños sobre la mesa.

––Sé que les mentí, y sé que estuve mal. Pero es mi vida, y son mis amistades y mis relaciones, no puedo dejar de lado a Ross porque a ti te molesta que yo tenga más contacto con él que con cualquiera de ustedes ––me encogí de hombros ––. Quieras o no, él me hace bien, y sabes no pienso dejar ir lo que me costó encontrar.

El silencio reinó nuestra mesa por primera vez. Garrett apretó los labios, se colocó de pie y al siguiente segundo, tomó su mochila azul, colgándola a su hombro y alejándose sin decir una sola palabra.

No pude evitar sentir una inmensa decepción invadirme el cuerpo, pero simplemente solté un suspiro y volteé la cara para poder ver a Grace, quien seguía observándome con una mueca deprimente en el rostro.

La campana sonó, sobresaltándonos a ambas, y se puso de pie, colgando su bolso delicadamente sobre su hombro descubierto, soltando un suspiro casi inaudible y se alejó de mí, dejándome completamente sola en la mesa.

Los estudiantes comenzaron a colocarse de pie y a encaminarse a sus respectivos salones. Me puse de pie, tomé los libros que descansaban sobre la mesa y me largué de allí, caminando a pasos lentos rumbo a los casilleros.

Sequé con mi hombro la lágrima que brotó de mi ojo derecho, apartándola rápidamente de la vista de mis espectadores. Coloqué la combinación con mi mano disponible y guardé todos los libros dentro del locker, soltando un pesado suspiro.

–– ¿Engañitos? ––oculté rápidamente la cara entre mis manos y sentí una mano deslizarse por mis omoplatos ––. ¿Qué pasa?

Negué con la cabeza y Ross cerró de un portazo la puerta metálica, causando que pegara un saltito en mi lugar. Luego me rodeó entre sus brazos con delicadeza y descansó su barbilla sobre mi cabeza, mientras frotaba sus manos en mi espalda.