58

4.5K 333 253
                                    

–– ¿Laura? ––abrió los ojos de par en par.

Sonreí.

––La misma.

Parpadeó confundida.

––Pero... ¡Mi trabajo ya está finalizado aquí! ––exclamó alegremente y me abrazó.

Me reí, alejándola un poco y cerrando la puerta después de que ingresara.

––Traje mi maquillaje para finalizar y así decirle a Garrett que ya puede venir.

Asentí, subiendo las escaleras de donde provenía la música que había colocado en mi habitación.

––Y tacones también...

Arrugué la nariz y me senté sobre mi cama. Ella se quedó de pie, viéndome con los ojos vidriosos.

––Aún no puedo creer que estés utilizando un vestido.

Ladeé la cabeza, ahogando un suspiro.

––No es para tanto.

Abrió su bolso para tomar sus millonadas de cosas. Por hoy iba a permitirle hacerme lo que quisiera, me sentía tan molesta, con él, conmigo, con las estúpidas cotillas que seguramente eran miembros de las groupie que andan como si de clones se tratasen, esperando que alguien venga a reparar sus rotos corazones como sus bragas.

Me sentía molesta conmigo por ser tan poco interesada en la relación, por mostrarme tan indiferente e inexpresiva cuando realmente mi amor por Ross no hacía más que crecer dentro de mí pecho. Al igual que su indiferencia hacia mí.

Parecía que todo era al revés.

Y ahora quien lo necesitaba más que nunca era yo.

Lo extrañaba tanto que dolía, verlo todos los días y todo el día, ignorándome, sin siquiera dirigirme una simple mirada, me hacía querer llorar. Y nadie me había hecho sentir de esa manera desde que tenía diez años de edad, y me sentía tan sola que incluso parecía querer desaparecer de la vida.

Sacudí mi cabeza y dejé que Grace prosiguiera con su magia. Por más que quisiera admitir que había elegido el vestido por voluntad propia, era lo contrario. Dentro de mi bolso llevaba una camiseta de mangas cortas que estaba segura que cuando todo se volviera fuera de lugar, estaría cubriéndome el cuerpo.

––Éstos te quedarán bien ––me entregó una sandalias negras.

Rezongué con mis gestos y finalmente me las coloqué, tambaleándome un poco. Me recogí una parte del cabello ridículamente sobre mi coronilla y el claxon de Garrett nos guió a la puerta.

––Buenas noches, señoritas, ¿ya tienen cita para esta noche? ––inició, sonriendo de lado.

De un salto estábamos dentro de la camioneta.

––Por supuesto que tú no––me burlé.

––Laura, por un momento creí que eras esa gemela que tienes oculta y que es hermosa ––bromeó.

––Ja, já.

––Tenemos que pasar a buscar a Alex a mi casa si no es mucho pedir ––hizo un mohín.

––Con mi hermano, nada es mucho pedir.

––Bueno...––inició Grace.

El camino fue más breve de lo que creí. Garrett conocía todos los atajos de los alrededores de mi casa, y tomar la autopista era nuestra última opción para llegar al club nocturno, siendo viernes por la noche, las calles estarían más llenas que de costumbre.

Detention »Raura«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora