––Conserve el cambio ––esbocé una sonrisa ––. Disfrútelo.
La campanilla de la puerta tintineó y los murmullos y charlas de los comensales permanecían en un tono que se transformaban en un bullicio agradable a los oídos. Rebusqué entre los documentos de la computadora portátil a un lado de la caja, justo por debajo del mostrador, y le di play a una pista de música instrumental.
Mi teléfono vibró y me arriesgué a revisarlo. Los correos de los próximos exámenes me tenían loca. La nueva regla escolar era tener un correo electrónico de uso exclusivo para la preparatoria en donde se anunciarían las actividades entrantes.
Los meses se volvían cada vez más largos...
Las hojas otoñales ya se deslizaban, escasas ahora. El invierno queriendo aparecer, borrando cualquier rastro del verano y la primavera que tanto añoré. Ahora era esto.
Preparar bebidas calientes en vez de frías en Couple of Tea mientras realizaba mis deberes entre recesos. Mi cabeza consistía en trabajar y vender la casa a toda costa para apartarme de todos los recuerdos y de un posible encuentro con personas indeseables.
El final de curso se acercaba cada vez más y se requería tener un promedio estable para finalizar y por fin egresar de tantos años de estudio.
Gracias al tío de Grace obtuve un empleo cercano a la preparatoria para no tener que estar corriendo con los horarios. Juntaría el dinero suficiente para empezar de nuevo en otro lugar muy lejano a cualquier rastro de mi persona, y eso estaría bien. Esperaba que lo estuviera...
De Ross no supe más desde nuestra despedida. Aparentemente no quiso hacerlo más difícil de lo que era y se fue sin más, dejando una nota en mi mesa de luz y sin ningún beso de despedida. Se esfumó y con él las noticias de la banda fueron creciendo, por lo que decidí eliminar todas mis redes sociales y pactar jamás volver a tocar el tema con Garrett y Grace. Por supuesto que accedieron con gusto.
––Laura ––dijo Cody, sonriéndome con curiosidad ––. Ya puedes irte, es mi turno.
––Oh sí, lo siento.
Junté mis pertenencias dentro de mi mochila gastada y me desaté el delantal, guardándolo en el último cajón de la mesada.
––Mm ––murmuró y su dedo índice señaló mi accionar ––. ¿Cuánto durará eso en tus manos?
Arqueé mis cejas.
–– ¿Qué? ¡Es grandiosa! No necesito otra ––aseguré.
––Lo tendré en mente ––sacudió la cabeza.
Me le quedé mirando fijo. Cody era agradable, me cubría siempre que podía, charlábamos en los recesos y en su entrada al trabajo. Tenía unos enormes ojos azules y las pestañas más largas que jamás vi. Su cabello era oscuro, más que el mío podría decir.
––Hablo en serio ––retomé, posicionada para salir ––. No te atrevas a buscar precios de mochilas, Cody, te vigilo.
Alzo sus manos con un gesto inocente y una sonrisa tironeándole las comisuras.
––Dije lo tendré en mente ––rió al ver mi expresión ––. Descuida, no haré desastres.
Le sonreí.
––Dejé el efectivo debajo de la caja de azúcar, tenlo en cuenta al cerrar.
––Sí, sí. Vete.
––Nos vemos ––saludé con la mano y me encaminé al exterior, envolviendo mi cuello con una bufanda violeta que Grace me obligó a usar.
Pisé las crujientes hojas llenas de colores cálidos y aspiré el aroma a pan recién salido del horno. Mi móvil vibró en mi bolsillo y lo tomé rápidamente, respondiendo al llamado.
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Detention »Raura«
Fiksi PenggemarDos jóvenes: »Maleducados » rebeldes » independientes. Jóvenes. »Todos los derechos reservados«