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–– ¿Saben que esto se toma como secuestro? ––inquirí inútilmente, mientras mi cuerpo avanzaba por la fuerza que Garrett ejercía sobre mi mano y la que Grace también utilizaba por mi espalda.

––Lo sabemos ––respondieron a unísono.

Alcé ambas cejas y boqueé sin saber que decir, quedándome en el molde sin omitir sonido alguno que quejas por lo bajo.

El viento al abrir las dos puertas de salida me golpeó en la cara, causando que cerrara mis ojos con fuerza impidiéndole al polvo suelto el ingreso a mis ojos descubiertos. Bajaron las escaleras ––conmigo incluida ––, y me guiaron hacia el Audi de Grace.

Grace soltó mi brazo para rebuscar en su bolso las llaves del coche, mientras que Garrett me miraba como si fuese a escapar.

Bufé.

–– ¿Pueden ya decirme a dónde vamos?

––No realmente, verás ––carraspeó su garganta, mientras observaba los movimientos de la rubia a mi lado ––, estuvimos organizando esto por días, así que será muy difícil que averigües qué tramamos o a dónde vamos, por lo que te sugiero que permanezcas en silencio.

––Cualquier palabra puede ser usada en tu contra ––agregó Grace, abriendo la puerta trasera y moviendo su barbilla hacia un costado.

Garrett me arrastró con un poco de fuerza como si fuese una homicida encaminada a la comisaría, y me dejó caer en el asiento trasero del carro. Cerraron la puerta con fuerza y rechiné mis dientes.

No sabía qué me molestaba más. El hecho de que me estuvieran ocultando algo, lo cual lo hacía completamente odioso, o que ahora fingían que todo estaba perfectamente bien entre los tres.

Me ardía la cara por múltiples razones, y una de ellas era la sensación de querer golpear algo por la impotencia que tenía de no poder salir del maldito coche. Así que guardé mis fuerzas ––las pocas que aún tenía ––, entre mis manos hechas puños y observé hacia la ventanilla, observando como todos los estudiantes comenzaban a salir de a poco.

––Bueno ––dijo Garrett, trabando todas las puertas, mientras que Grace encendía el motor y se colocaba sus gafas de sol ––, siendo las tres, casi cuatro de la tarde, emprendemos camino de inmediato a la sorpresa titulada, Lauri, de los Viejos Tiempos.

Grace soltó una risita.

–– ¡Anímate Laura! ––exclamó con un chillido de emoción de por medio, encendió la radio ––. Esa canción, debe ser una que a ti te guste o algo así.

Movió la ruedita del volumen con dos de sus dedos, causando que el punteo de guitarra llegara completamente claro a mis oídos.

So long my dear departed, where did you go? I can't believe you're gone and, the nights go on so slow.

Me mordí el interior de la mejilla, y negué con la cabeza.

Por supuesto que conocía la canción, el cantante de Skid Row había marcado un gran interés en mi momento de elegir mi estilo de música.

You know I'll never let you go, you know I'll never hurt so bad. And if it takes a thousand years, I will be right there by your side.

Pero justamente ahora, lo único que se me venía a la cabeza con la letra de dicha canción, era el rostro de Ross, a punto de colocarse de rodillas.

You know I'll never let you go, when I lost you I was blind. And everytime I catch me in tear...

Rogando que algo saliera de mi boca, mientras me confesaba cuánto me amaba y cuán seguro estaba que no iba a rendirse fácilmente.

Detention »Raura«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora