–– ¿Entonces vas a tocar en la fiesta de playa el próximo sábado?
Enarcó una ceja mientras dejaba el vaso que estaba bebiendo sobre la mesilla de luz. Sonrió un poco y asintió.
–– ¿Vendrás?
Encogí los hombros al pecho y ladeé la boca, fingiendo pensármelo.
––Tal vez ––le sonreí.
––Hm ––se sentó a mi lado y me robó un casto beso de los labios ––, te extrañaba horrores.
Presioné mis labios, juntándolos.
––Eso no te da el derecho de besarme cuando quieras, Lynch ––le recordé, colocándome de pie, causando que por haberse recostado sobre mí, se derrumbara en la cama.
––Buh ––se quejó.
Caminé por la habitación, observando poster por poster. Deslicé mi mano por encima del papel brillante y finalmente me detuve en una de las tantas guitarras que tenía colgadas a un lado de la ventana.
De repente me volteé, pillándolo viéndome, a lo que respondió con una amplia sonrisa de inocencia.
–– ¿Has pensado que canciones cantarás? ––le pregunté, curiosa.
Mi pregunta lo cogió desprevenido, por lo que su ceño se frunció un poco mientras pensaba su respuesta.
––Creo que sólo covers por ahora, hasta que consiga finalizar alguna canción propia.
Arqueé ambas cejas y me crucé de brazos.
–– ¿Ah? ¿Canciones propias?
Se rió cortamente y negó con la cabeza.
––No, engañitos, no te las mostraré.
–– ¿No? ––inquirí, acercándome a él provocativamente a lo que él sonrió ampliamente ––. ¿Estás seguro?
Se relamió los labios y mantuvo una sonrisa cerrada permanente en su rostro. Apoyó su codo sobre la almohada mientras que yo hincaba una rodilla sobre el colchón, fingiendo ser por primera vez en mi vida, sensual.
––Esto no me está funcionando ––dije, quedándome en mi posición.
–– ¿Qué es lo que pretendías exactamente, bombón? ––puse cara seria a su apodo ––. Ya eres sexy siendo como eres.
Solté un pausado bufido.
––No pretendía nada, sólo escuchar tus canciones ––admití con aire inocente.
Frunció los labios.
––Uhm...no ––pausó ––, eso no va a pasar.
Me crucé de brazos.
––Si no vas a tocar, entonces mejor me voy ––fingí molestia, mientras amagaba a salir de mi posición.
Me tomó de la camiseta, tirando de ella para atraerme hacia él. Me atajó entre sus brazos con firmeza.
––No te me vas de nuevo, preciosa ––susurró cerca de mi oído.
Enterré mi nariz en su cuello, olfateando su perfume que aumentaba mis expectativas.
––Ross.
––Engañitos ––murmuró al igual que yo, con dulzura en su voz.
Reprimí una sonrisa y me alejé un poco de su cuello, para verlo a los ojos.
ESTÁS LEYENDO
Detention »Raura«
Fiksi PenggemarDos jóvenes: »Maleducados » rebeldes » independientes. Jóvenes. »Todos los derechos reservados«