El aire se concentra en mis pulmones y parece no querer salir de ese sagrado lugar, al menos, no mientras creía totalmente lo que mis ojos veían. Él estaba realmente aquí bajo un atardecer que le hacía lucir como un dios precioso. Sebastián se sostiene contra una de las puertas de su hermoso auto azul, y cuando me acerco, una sonrisa me regala. Encantadora como descubrí lo era. Abre la puerta para mí y entro sin decir nada. Estaba, sin duda, perdiendo la cabeza.
Llegamos a un restaurante desconocido para mí, caminando directamente a una mesa que al parecer él había ya reservado para nosotros. Miro la mesa que nos separaba, redonda y muy bien decorada con lo necesario. Alzo la mirada y mi respiración sufre cambios de inmediato. Estaba realmente alterada. Demasiado, a decir verdad.
Los latidos de mi corazón se disparan más allá de las nubes cuando le veo aparecer desde mi espalda. Le observo en todo momento hasta que toma asiento en el lugar disponible. Había desabrochado el botón gris de su chaqueta de tela, dejando al total descubierto la camisa negra junto.
—Puedo pedir algo más si lo deseas.— ofrece con una calidez fascinante y por un segundo, dudo en levantar la mirada y observarle, pero, termino haciéndolo de todos modos.
Que mirada. Que par de ojos, santo cielo.
—Está bien así. Gracias.— susurro lentamente, sosteniendo mi mirada en la suya con incertidumbre.
Pasan un par de segundos y nada se escucha de su parte. Él se dedica únicamente a mirarme. Sus ojos azules parecen estar examinándome de manera increíblemente exhaustiva, como si tratara de saber todo sobre mi.
—Estás nerviosa otra vez.— no fue una pregunta. Él lo asegura sin duda alguna.
—No. Solo, ha sido extraño encontrarle hoy y ahora...Estar aquí.— digo susurrante, agachando la mirada y pensando en ciertas cuestiones que mi cabeza no deja ir. —¿Cómo supo dónde trabajo?— le miro esta vez pudiendo, milagrosamente, mantener su mirada con algo de fuerza.
—Trabajamos juntos. Sé todo sobre quienes trabajan conmigo y aún más si es una relación como la que hemos tenido.— un aire intenso cruzo mi pecho, encantándome indebidamente.
Vuelve el silencio y su mirada me tiene atrapada. La intensidad y profundidad de ésta me atacan como antes, debilitándome a su disposición.
—¿Por qué estamos aquí?— pregunto enfrentándole, suplicando por tenacidad.
—Conversando. Como lo querías. Tomando una taza de té. ¿No es evidente?— deja en el aire, siéndome imposible pasar en alto la sugerencia con lo que había dicho aquello último.
—¿No es evidente?— digo también queriendo descubrir que es lo que quiere.
—Solo quiero saber un poco más de ti.— dice y aquello me hace actuar de una manera muy diferente a como me siento. Bastante atrevida.
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{ I } SUEÑOS INOCENTES
Teen Fiction✓ ❝sé que vas a quererme sin respuestas...❞ Cuando se conoce al primer amor, tan dulce y peligroso, ¿se puede escapar de aquella aventura? Catherine Perret y Sebastián Fassbender tienen la respuesta. Ella una bella joven americana y él un cautivado...