[ Domingo 31 de Mayo, 2009 ]
Tres días sin vernos, donde nuestro único contacto había sido mediante llamada. Una llamada para informarme mi hora con el ginecólogo para así evitar no solo la discusión que habíamos tenido, si no muchas otras cosas, también.
Extrañamente, durante tantas horas sin saber de él, una inusual fuerza de había apoderado de mí. Esa necesidad y deseo por él se había casi evaporado. Podía alejarme o él podía hacerlo y no habría problema alguno. No existirá ningún daño catastrófico.
Y es por esa misma razón, que me dolió tanto darme cuenta cuan falsa había sido mi ilusión. El timbre de mi celular aviso la llamada entrante y al ver su nombre en la pantalla, mi corazón se estrujo y maldita sea. ¿A quién diablos pretendía engañar? Lo extrañaba y lo quería conmigo a casa segundo si fuera posible.
—Que agradable es oírte nuevamente, Catherine...— responde él al escuchar mi voz. —Lo mismo digo, señor Fassbender.— dije completamente a propósito, sabiendo que le irritaría demasiado.
Se escucha su pesado respirar contra el aparto y mi sonrisa se lucha por hacerse notar.
—Dejaré eso pasar.— dice, prosiguiendo enseguida. —¿Lista para firmar por fin, señorita Perret?— pongo los ojos en blanco y es que el tema ya estaba cansándome, sin embargo, rápidamente mi mente maquina algo muy malvado.
Le necesitaba. Lo quería a mi lado y eso no significaba que mi valentía se hubiera esfumado como creía que mi deseo por él lo había hecho.
—He pensado sobre ello y...— un segundo de silencio, para dejar la bomba caer después. —No creo que pueda con todo esto...— digo y su respuesta es rabiosa. —¿Qué dices, Catherine?— pide por una aclaración, muy urgentemente.
—No creo que...— alcanza a salir de entre mis labios cuando la línea, sin más, se corta.
Pronuncio su nombre y un rápido 'hola' después, obteniendo nada más que silencio total como respuesta. Junto mis labios, preocupada, tremendamente angustiada. Mierda.
—¡Oye! ¿Qué sucede contigo?— la voz de Maira, mi compañera de trabajo, me sobresalta. —La señora Warner está esperando por las cajas de café negro. Están en la bodega dos. — dice ella rápidamente, recordándome de la tarea que me han dado hace ya unos minutos.
Echo mi aparato celular a mi bolsillo trasero, asintiendo torpemente a sus indicaciones. Camino hacia donde me han indicado, mientras la vocecita en mi mente no me deja tranquila. Mierda.
¿Cómo había sido tan idiota para hacer eso? Era obvio que él no sería capaz de notar mi tomadura de pelo. Ahora, seguramente, pensaba en que le he decido dejarle sin alguna explicación. Sin duda, que grandísima tonta era.
Un gruñido escapa de mi boca tras ver como la llave de la bodega, ubicada tras bambalinas, caer al suelo. La recojo y abro la puerta segundos después observando la completa oscuridad en la cual la habitación estaba.
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{ I } SUEÑOS INOCENTES
Roman pour Adolescents✓ ❝sé que vas a quererme sin respuestas...❞ Cuando se conoce al primer amor, tan dulce y peligroso, ¿se puede escapar de aquella aventura? Catherine Perret y Sebastián Fassbender tienen la respuesta. Ella una bella joven americana y él un cautivado...