[ Jueves 23 de Julio, 2009 ]
Un suspiro con bastante fuerza abandona mi boca, estrujando mis manos una entre otra inmediatamente, mientras echaba una rápida mirada a la impecable placa plateada que llevaba por nombre "Dr. Bowlby."
—Te ves tan nerviosa. Me asustas.— habla de pronto Elise.
Volteo mi rostro a su dirección y veo como su mirada miel se alza de las páginas de la revista que lee hasta mí. Ella me echa una mirada de inspección bastante seria.
—Lo siento.— digo. —Esto es importante.
—Y bastante inapropiado, también.— continúa ella, haciéndome sentir una vez más culpable por lo que estaba por suceder.
Estaba absolutamente consciente de lo indebido de toda esta situación, pero, lo hecho, hecho estaba y no podía deshacer ya algo, que por lo demás, había costado tanto.
—¿Catherine Perret?— la amable secretaria del Dr. Bowlby llama mi nombre, indicándome por fin que podía hacer ingreso y como si estuviera por enfrentarme a la más peligrosas de las deidades, me pongo de pie, tiesa y angustiada, haciendo mi ingreso a la pulcra oficina.
El doctor Bowlby poseía un rostro increíblemente amigable. Parecía que solo buenas cosas podrían salir de entre sus labios por esta aura tan pacifica que le rodeaba. Él camina hacia mí y tiende su mano con amabilidad.
—Es un placer por fin conocerla, señora Fassbender.
—Catherine está bien.— susurro al tiempo que nuestras manos se agitan en saludo.
Veo la media suave sonrisa que se forma en sus labios, para enseguida soltar mi mano y extender su brazo a un costado.
—Por aquí, señorita Perret.— me indica y sinceramente, no sé cómo eso me hace sentir.
La verdad era que todo en ese momento me confundía con gravedad.
Sin una palabra, hago lo que me ha indicado, tomando asiento directamente en uno de los espacios del blanco y cómodo sofá que él tiene. Por su parte, él toma haciendo en un sofá individual, cruzando una pierna sobre la otra y dejando descansar sus manos relajadamente sobre sus muslos.
—Su llamada ha sido una sorpresa.— comienza él y sin duda, lo agradezco. —No he oído de Sebastián ya hace un par de semanas. ¿Se encuentra bien?— quiere saber.
—Lo está. Con mucho trabajo, únicamente.
—¿La inauguración, verdad?— pregunta.
—Así es.— susurro, sin embargo, me extraña lo que sabe. —Pensé que no había hablado con él.— hago notar mi duda.
—Henry.— dice simplemente y eso logra ser mi primera alarma.
—¿Él le comento sobre mí?
—Lo hizo y debo admitir...— él deja escapar un rápido, corto suspiro. —Me produce curiosidad. Es una de las razones por la he permitido que este aquí. Quiero saber porque está aquí.— es directo y yo no puedo evitar removerme ansiosa en mi lugar.
—Necesito saber más.— comienzo, tomándome un par de segundos antes de seguir. —Lo amo y...— trago y no puedo evitar una pequeña divertida sonrisa al solo pensamiento que cruza mi mente. —Tengo la sensación de que él me ama, también. Debo saber más. Tal vez, al saber más puedo saber cómo permanecer a su lado. Por favor, ayúdeme.
Suplico con el corazón abierto de par en par, mostrando el dolor y la desesperación que solo el terrible pensamiento de alejarme produce y él guarda silencio. Lo hace por largos segundos y antes de volver a hablar, se quita sus anteojos y se inclina hacía mí, como si quisiera verme más de cerca.
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{ I } SUEÑOS INOCENTES
Novela Juvenil✓ ❝sé que vas a quererme sin respuestas...❞ Cuando se conoce al primer amor, tan dulce y peligroso, ¿se puede escapar de aquella aventura? Catherine Perret y Sebastián Fassbender tienen la respuesta. Ella una bella joven americana y él un cautivado...