{64} Primera Cita

3.4K 226 9
                                    

[ Viernes 31 de Julio, 2009 ]

           Veo como baja de su auto y como le ordena a James algo que, obviamente, soy incapaz de escuchar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

           Veo como baja de su auto y como le ordena a James algo que, obviamente, soy incapaz de escuchar. Enseguida, me apresuro a correr hasta la entrada, asomándome en el vestíbulo al mismo instante en que él entra a la habitación.

Él se detiene y luciendo tan alucinando como siempre, me deja sin habla. Suspiro y sus gafas son retiradas. Él me observa, examinándome de pies a cabeza y sé muy bien cuál es su preocupación.

—Estoy bien. Mucho mejor.— me adelanto y él no parece creerme.

Para eso, debe acercarse. Se detiene frente a mí y sus manos abrazan mis caderas y amo la manera en que me sostiene.

—¿Ninguna molestia?— pregunta y respondo de manera positiva.

Nuestra madrugada no había sido la mejor. Malestares que únicamente pudimos confirmar a través de una llamada eran parte de mi estado, nos despertaron a ambos. Revoltijos de estómagos para nada agradables.

—¿Dónde estabas? Te extrañé esta mañana al despertar.— enseguida él se lamenta.

—Tuve que ir a la empresa. Una urgencia.— la manera en que lo eso había dicho fue diferente.

Al menos, muy diferente a otras veces.

—¿Una urgencia?— pregunto cerciorando si es que era terreno posible a explorar y para mi gran sorpresa, lo es.

Su lamento se hace más notorio. Él agacha la mirada y se siente con una negativa de su rostro y un suspiro que reza cansancio.

—¿De qué se trata?

—Es Leyda.— dice y no es necesario que diga más.

—¿La has visto?

—No. Desde que mostraste tu descontento, he decidido no verla.— dice y aquello me da tremendamente sorprendida.

—Nunca pedí eso.— aclaro inmediatamente. —Solo...— vacilo.—Sabes muy bien lo que pienso de ella y de todo lo sucedido.— él asiente e inmediatamente, sus brazos me rodean, teniéndome sobre él completamente.

—Bueno, por esa misma razón, lo he decidido así.— continúa. —Ella suele hacer las cosas complicadas. No quiero que nosotros lo seamos.— dice y eso me parece, viniendo de su parte, tremendamente dulce.

Le sonrío ampliamente como forma de agradecimiento y nuevamente, como una forma que considero ya usa para malcriarme, sus labios besan a los míos de manera encantadoramente dulce.

—Entonces...— extiende por unos segundos, volviendo a arrastrar su mirada por todo mi cuerpo. —¿Te sientes lo suficientemente bien para nuestra cita?— le escucho y la sorpresiva emoción que siente es inevitable.

—¿Cita?

—Si. Como una pareja normal la tendría.

Nuevamente, mi sonrisa es mucho más grande de lo que puedo describir y es que sabía muy bien todo lo que él estaba haciendo. Todo su esfuerzo únicamente para complacer algo que significaba el mundo para mí.

{ I } SUEÑOS INOCENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora