{56} Propuesta

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—Mi prometida

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—Mi prometida...- dice y enseguida, su cautivante mirada encuentra la mía. —Catherine Perret.— finaliza y la pareja frente a nosotros se ve encantada.

Oculto mi boba sonrisita y me recuerdo cuanto el gusta de jugar de esa manera y bueno, no puedo negar que me fascina escucharlo.

Desde que habíamos llegado al The Gherkin, por primera vez, supe que se sentía eso de "todas las miradas están en ti" y obviamente, el asedio por una breve conversación con Sebastián no se hizo esperar.

—Comenzaremos en unos minutos...— susurra el hermano mayor al menor, comenzando a repasar rápidamente el itinerario de la noche.

La presentación de lo que sería oficialmente la rama más importante de FassbenderCORP era un evento increíblemente importante. Todos los presentes eran prueba de ello, como también la inquietante atmósfera que rodeaba a los hermanos.

Por un segundo, mi atención se desvía de las palabras de Henry y mi mirada observa a nuestro alrededor hasta el momento en que soy capaz de reconocer el atractivo rostro del mismísimo diablo.

La infame presión en medio de mi pecho dificulta mi respirar al tiempo de que sé Leyda camina en nuestra dirección, la mirada azul de Sebastián me captura claramente preocupado.

Lo siguiente pasa frente a mis ojos como una escena de cine clásico mudo. Toral silencio y en un slow motion que hace cada gesto un poco más dañino. Ella se abraza a Sebastián de manera magistralmente desinhibida, colmándolo todo con un apasionado beso en su mejilla y podría haber dejado que mis lagrimas llena de rabia y dolor mancharan mi rostro en ese mismo instante.

Sin embargo, me mantengo estática en mi lugar y cuando su mirada, con una sutil pizca de lamento, se posa en mi, el sentimiento de pesar es más fuerte y sorpresivamente, él extendiendo su mano hacia mi.

Miro el gesto, levemente extrañada, no obstante, no dudo y poso mi mano sobre la suya, la cual me toma con una fuerza increíble. No hay necesidad de acercarle porque él lo hace por su cuenta. Mantiene nuestras manos unidas y planta su maravillosa estructura a mi lado, dándome la sensación que se encuentra igual de abatido que yo.

—¡Que placer volver a verte, Catherine!— proclama ella con una energía que me parece odiosa, inspeccionándome con un brillante mirada en cuestión de segundos. —Luces muy bien. El color te sienta fantástico...— añade y no me da la gana responder de ninguna forma.

—¿Te quedaras a la proyección?— interfiere Henry curioso.

—Claro, querido. He venido a ver que todo marche como debe.— informa e inmediatamente después, su sugerente mirada se posa de vuelta a Sebastián. —¿Podemos hablar un minuto en privado, cariño?— pide, sin embargo, hay un nivel de orden en aquella palabras que me dejan helada, también.

Solo para mí, él susurra que se encontrara de regreso enseguida, sin antes dejar un casto beso de sus labios contra mi cabello y me quedo ahí, con el rastro de su aroma tan delicioso y una amargura que incrementa a cada paso que los veo alejarse.

{ I } SUEÑOS INOCENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora