[ Miércoles 24 de Junio, 2009 ]
Le dedico una sonrisa a la señora Warner, agradeciéndole el permitirme ir antes y aun cuando había sido su idea, era posiblemente lo que debía hacer. No me sentía bien anímicamente y ella había sido tan perceptiva en darse cuenta.
Me despido en voz alta de los demás y antes de salir por la puerta trasera de La Colomba, mi celular vibra dentro de mi bolso, apurándome a contestar la llamada de mi madre.
—Mamá...— susurro. —¿Estás ya en casa?— inquiero de inmediato, siendo sus palabras un tren que no se detiene. —¡Necesito que vengas! Es Elise...— habla y eso me detiene el corazón.
—¿Elise? ¿Qué pasó? ¿Está bien?— pregunto desesperada, apurando mi camino hacia el final de la calle para así parar el siguiente taxi. —Ha tenido un accidente...¡Esta niña! Se encuentra bien, solo, te necesito aquí, por favor...— habla y conozco a mi madre y nunca antes le había escuchado tan asustada como en ese momento a través de la línea.
Digo que voy en camino y al colgar, solo un par de minutos me toma el parar el transporte que me lleva hasta el hospital Beaumont.
Tras pasar años en los pasillos de aquel hospital, sabía muy bien dónde dirigirme y cuando llego al ala indicada no demoro en dar con la figura de mi madre quien al verme deja lo que sea que hace, abre sus brazos a mi dejando así soltar completamente su preocupación.
—¿Dónde está?— hablo sobre su hombro, mientras acaricio su espalda con una de mis manos queriendo entregarle algo de calma. —En la habitación 202...— dice y lentamente, nos separamos. —Siento haberte llamado así, estaba tan asustada...— se justifica y enseguida le digo que no debe hacerlo.
—¿Qué le pasó?— quiero saber; necesito saber.
—Ha salido apurada del colegio y no ha tenido precaución al cruzar la calle...— me informa, mientras comenzando a caminar por el pasillo, hacia la habitación de Elise. —Un auto la paso. Se ha torcido la muñeca y el pie derecho.— maldigo en voz baja, pensando en el pajarito que podía llegar a ser.
—Estará bien, tranquila...— susurro viendo aun su intensa preocupación y ella solo asiente justo al son del sonido de mi celular.
Busco entre los pliegues de mi ropa y cuando por fin tengo imagen de la pantalla, una presión en el pecho me deja sin aire.
—¿Es acaso ese novio tuyo?— habla mi madre, no evitando ni un poco el desagrado que todo le produce.
Oh, sí, eso había sucedido. Obviamente, luego del almuerzo junto a mi padre, la noticia de que tenía novio había llegado bastante rápido a los oídos de mi madre, quien aun resentía mi falta de confianza hacia ella por haberlo ocultado todo y aún más, la imperdonable actitud del sujeto que se mantenía en silencio sin siquiera presentarse aún ante ella. Estábamos sin duda en terreno muy delicado.
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{ I } SUEÑOS INOCENTES
أدب المراهقين✓ ❝sé que vas a quererme sin respuestas...❞ Cuando se conoce al primer amor, tan dulce y peligroso, ¿se puede escapar de aquella aventura? Catherine Perret y Sebastián Fassbender tienen la respuesta. Ella una bella joven americana y él un cautivado...