[ Domingo 23 de Agosto, 2009 ]
La pérdida era algo extraño. Había mucho dolor. Había una especie de limbo en el cual deambulaban mis pensamientos y pesado corazón. Viendo mi imagen en el espejo era extraño, también. No me reconocía. No reconocía nada de lo que era en absoluto.
Mi pestañear es brusco y mi mirada, como si hubiera despertado de un sueño, deja de observar la cicatriz en mi muñeca. No duele tanto como los recuerdos de aquel momento. Aquel instante donde todo se había presentado con una claridad absoluta para mi y mi único deseo, era estar junto a él. Recuerdo sentir las pesadas lágrimas caer. Recuerdo la manera tan indiferente en que mi propia sangre volvía a manchar una vez más todo. Recuerdo la mano de mi hermana presionando mi muñeca, rogándome que no me dejará hundir por el dolor. Ahora, frente al espejo, todo aquello parecía ser la peor de las pesadillas.
Mojo mi rostro y bebo un poco de agua fresca, volviendo después a la habitación. Veo el desorden en la cama y mi mente es cruel. Pienso en todo lo que había sucedido las últimas semanas. Todo lo dicho y hecho. La oportunidad que había significado la concepción de nuestro bebé para nosotros. Ahora, todo parecía haberse borrado.
Hay un silencio total a mi alrededor, pero mi mente es el más dañino tormento y en la mitad de aquellas dos cosas, oigo su voz. Recuerdo lo que él me había pedido en aquellas horas de tanta desesperación ante del fatídico momento. Como me había pedido que no le dejara porque él me necesitaba. Me necesitaba más que nada y a nadie.
Cuando sé lo que debo hacer, salgo de la habitación y le busco. Camino con el cuidado que mi estado aun de reposo me demanda, llegando al primer piso. Echo un vistazo por todos los lugares hasta que mi última opción se hace la más obvia. No había otro lugar donde él podría estar refugiándose.
Cruzo lo que siempre ha parecido un pequeño puente para mí, observando a mi paso lo gris que el día está. Parece contener toda la tristeza del mundo en sus nubes. La puerta se muestra entreabierta y por un segundo, dudo en hacer ingreso. Nosotros...¿Cómo enfrentaríamos una perdida así? Mi duda me carcome, sin embargo, no dejo que me atemorice. Doy mi primer paso y la puerta se abre completamente ante mí.
A cada paso que doy veo más de aquel lugar que es tan importante y privado para Sebastián, conteniendo mi respiración cada vez un poco más a lo que veo a mi alrededor y cuando me detengo de golpe, un jadeo lleno de impacto escapa de entre mis labios.
—¿Qué has hecho?— digo en completo impacto y cuando mi mirada vuelve a arrastrarse por toda la destruida habitación una vez más, le encuentro.
Él se halla al final de la habitación sosteniéndose así mismo contra el borde del mueble y en cuanto escucha mi voz, gira a mí. Nos encontramos por primera vez luego de tanto tiempo. Nos miramos fijamente y el dolor que compartimos es fatal.
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{ I } SUEÑOS INOCENTES
Teen Fiction✓ ❝sé que vas a quererme sin respuestas...❞ Cuando se conoce al primer amor, tan dulce y peligroso, ¿se puede escapar de aquella aventura? Catherine Perret y Sebastián Fassbender tienen la respuesta. Ella una bella joven americana y él un cautivado...