Capítulo 46. [¿La única?]

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Los chicos están recogiendo las cosas porque ya nos vamos a regresar al pueblo, ya casi de hace de noche. Yo estoy con Ana recargadas en el coche de Adán.

— Me pregunto qué cosa se nos va a venir ahora..— dice Ana con la vista al horizonte. Suspiré.

— ¿Por qué crees que algo más nos va a pasar?— le pregunté. Ella hizo una pausa muy larga.
— Porque siempre nos pasan cosas...— respondió
— Desde que te conozco mi vida es más interesante— bromeé echándome a reír. Ella giró su rostro a mí y me observó con una mirada llena de tranquilidad y paz, una ligera sonrisa está formada en sus labios, no dice ni una palabra. — Mi amor, ¿pasa algo?— le pregunté, Ana cerró los ojos lentamente cuando le hice la pregunta y respiró profundo. 

Ana abrió los ojos y me miró serena. — Sí, pasa que por primera vez en mucho tiempo me siento en paz nuevamente, siento que en este momento de mi vida nada me falta, Alex; me siento feliz, éste es mi rostro de felicidad pura— explicó ella con una voz celestial. Tomé su mano, las dos volteamos a ver el atardecer, Ana recargó su cabeza en mi hombro y yo pasé mi brazo por arriba de su hombro.

Estuvimos allí hasta que Adán se acercó a nosotras y le susurró algo en el oído a Ana, ella le frunció el ceño y se fue con él. Después Luke vino a mí.

— Ya está todo listo, ¿has visto a Camila?— preguntó él.

— Creí que estaba contigo... a lo mejor está en la cabaña— 

— Nah, una cabaña ya está cerrada y en la otra solo está Lucía furiosa... uhmm... bueeh... en fin, más vale que aparezca pronto porque ya se hace de noche, ¿Ana se va a regresar con nosotros?— decía Luke despreocupado, fumando su cigarrillo y haciendo donitas con el humo, me sonrió y se fue con Alberto.

Es mejor que vaya a buscar a Camila. Empiezo a caminar por los pinos pero no la veo, empiezo a gritar su nombre esperando que me responda. Sigo buscándola por todos lados, camino por la orilla del lago y a lo lejos veo un cuerpo acostado en la orilla, corro hacia él. En efecto, es Camila quien está acostada con el cuerpo extendido y los ojos cerrados.

— ¡Camila! ¡Camila!— grito asustada, me acerco a ella. — Camila háblame— la sacudo, ella se estremece, abre los ojos y me mira asustada. Se recarga en sus manos.

— ¡Alex! ¿por qué gritas?— 
— ¿Por qué estás tirada aquí y mojada? ¿estás bien?— le dije ignorándo lo que me dijo. Ella se echó a reír. — ¿De qué te ríes?— pregunté frunciéndole el ceño.

— Por supuesto que de ti Alex jajaja, te ves muy graciosa cuando estás preocupada. Además yo solo estoy descansando, estuve nadando un rato antes de irnos— explicó ella, riéndonse aún. Le puse los ojos en blanco y me senté a lado de ella, noté cómo ella se estremeció un poco y se encongió de hombros.

— Me asustaste— le susurré. Ella sonrió.
— ¿Y qué haces hasta acá?— preguntó ella.
— Buscándote, ¿qué otra cosa?— le respondí con ironía.
— Ahhh, lo siento— se disculpó, después de un silencio Camila volvió a hablar. — ¿Ana no viene contigo?—

— No, está con Adán...— le respondí.

— Ohhh.. y uhmm, ustedes... ¿ya volvieron?— preguntó con timidez. Un suspiro se me escapó, me giré a verla, su mirada parece triste sin embargo veo paz en ella. Me demoré un poco en responderle.
— Creo que sí... por lo menos las cosas ya están arregladas entre nosotras— respondí. 
— Oh...— Camila bajó la mirada. — que bueno, ya era hora... me da gusto por ustedes— dijo con su dulce voz, me dio una sonrisa algo forzada. 
— Gracias Cam..— le susurré y le hice ojitos.  — Uhmm, ¿nos vamos? tienes que cambiarte de ropa, empieza a hacer viento y puedes enfermarte— le dije después de un silencio entre nosotras. 

ELLA ES MÍA. (LESBIAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora