Capítulo 30. [Serendipia]

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Abro los ojos lentamente, siento los parpados pesados, intento mover mis brazos pero algo me lastima, Dios, hay unas agujas metidas en mis venas, ¿qué es eso? ¿un suero? ¿estoy en un hospital?. Exploro con la vista el lugar, definitivamente estoy en la habitación de un hospital. Volteo la vista a un lado y hay un sofá largo pero angosto. Ana está dormida allí, parece que está pasando frío, hago un intento para bajar de la camilla. Ana se despierta, me mira con asombro, se levanta torpemente tallando sus ojos.

— Hey hey, ¿a dónde cree que va, Señorita?— susurra tiernamente.
— ¿Qué hago aquí?— pregunto confundida.
— Te desmayaste, ¿no lo recuerdas? el Doctor te hizo algunos análisis y en lo que sacan tus resultados dijo que debías estar en reposo.—

— ¿Y mis padres? ¿Ellos saben que estoy aquí?— pregunté, Ana agachó la mirada.
— Estuvieron anoche aquí, escuché que dijeron que regresarían por la mañana...—
— ¿Qué? ¿cuánto llevo aquí? ¿cómo es que te dejaron pas....— una Dra entró.

— Así que le gusta madrugar Srta. Stone, ¿cómo se siente?— preguntó amablemente mientras leía una tablilla.
— Me siento bien, ¿puedo irme ya?— le mentí. No siento energía ni para hablar fluidamente.
— Lamento decirle que no, tendremos que hacerle unos análisis más... sólo por precaución— me sonrió, Ana frunció el ceño y tomó mi mano. — Pero hasta que lleguen sus padres para que lo autoricen... esperaré a sus tíos— le dijo a Ana.

— Está bien...— dijo Ana amablemente, la Dra. se fue.

— ¿Tus tíos?—
— Dije que soy tu prima, sólo así me dejarían verte...— Ana me mira con preocupación, acaricia mi rostro mientras me observa.

— ¿Qué pasó con Cam...—
Ana me interrumpió. — Ella estuvo aquí anoche, dijo que regresaría por la mañana— me sonrió y suspiró. — Mira Alex, merezco que no quieras verme más, me he comportado como una idiota egoísta y te he descuidado pero...— puso su mano en mi mejilla y la tocaba con ternura. — Si de algo estoy segura es de que eres lo más importante para mi y que ésta historia es nuestra y voy a defenderla, y no me refiero a que te voy a celar de todas las tipas que se te acerquen, sino que voy a luchar contra mis propias barreras y con lo que sea que quiera alejarme de ti...— me dio un beso en la mejilla.

— Eso es todo lo que yo quiero...— dije en un suspiro. Ana se acercó y me dio un pequeño beso en los labios. Quizá sea algo mental pero, sentí que ese beso pequeñito subió mis energías.

— Alex y Ana se aman...— susurró Ana en mis labios para después sonreír en ellos mismos y volver a besarme. Intenté abrazarla pero las mangueras que tengo pegadas no me lo permitieron.

— ¿Y los chicos?— pregunté.
— Alberto y Adán están afuera... estuvieron aquí toda la noche...— sonreí. Una enfermera llegó, tiene cara de pocos amigos. Sólo le inyectó un líquido al suero.

— Disculpe, ¿qué es eso?— preguntó Ana. La enferma la ignoró y salió de la habitación. — Pfff, amargada— escupió Ana. Mis ojos se sienten pesados otra vez, se están cerrado sin mi voluntad.

[Narra Ana] 

— Disculpe, ¿qué es eso?— le pregunté a la enfermera que con algo en la mano, qué humor, me ignoró. — Pfff, amargada— susurro. Miro a Alex quien parece que lucha por mantener los ojos abiertos pero en menos de cinco segundos ya está dormida.

Voy a ver a los chicos, para mi sorpresa están los dos dormidos en el piso afuera del cuarto de Alex, me empiezo a reír.

— Ni siquiera los de seguridad pudieron hacer que se fueran de aquí.— dijo una enferma que iba pasando. Me reí con ella.

ELLA ES MÍA. (LESBIAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora