Meses después...
— Alex, ¿vienes a desayunar?— preguntó Mariana desde la cocina.
Un holor a tocino me abraza la nariz, haciendo rugir mi estómago.
— Sí, ahorita voy— grité desde el comedor. —¿qué tanto haces?— Preguntó Mariana quien me sorprendió por la espalda. —Nada— respondí mientras cerraba bruscamente la laptop. —Se me abrió el apetito, vamos a comer— Le sonreí con inocencia y la llevé al comedor. Ella me sonrió mientras me miraba como si fuese yo una sospechosa saliéndose con la suya.
Mariana y yo comenzamos a desayunar para después irnos a la Universidad juntas, a Julia no la vi en la mañana, quién sabe dónde habrá dormido, seguro la veremos allá, oliendo horrible y con resaca. Mariana come sin quitarme la mirada de encima, como si quisiera leer mi mente o descifrar lo que estoy pensando.
— ¿Qué haces?— Pregunté incómoda.
— ¿Cómo estás?—
— ¿Eh?—
— Has estado algo extraña, como distraida, te desvelas casi todas las noches en el computador, haces llamadas a extraños, te desapareces después de clases sin decirle a nadie, sólo quiero saber cómo estás, ¿está mal que me preocupe por ti?—
— Me siento bien— respondí bajando la mirada.
— ¿Qué estarás ocultando, Alex...?— susurró ella. Medio sonreí sin voltear a verla y jugué con la comida en el plato.Terminamos de comer, cogimos nuestras cosas y nos marchamos a la Universidad.
Mariana mencionó las tardes en las que me desaparezco después de clase, una de las cosas que hago en ese tiempo es, quedarme allí en la escuela. No he querido decirle ni a ella ni a Julia, pero estoy adelantando cursos para terminar antes la carrera. Estoy cómoda en éste lugar y las chicas me agradan, me dolerá dejar de verlas, pero mis metas ahora han cambiado de rumbo y necesito darme prisa.
— Buenas noches chicas, es bueno verte de nuevo después de varias noches Julia...— saludé al llegar al departamento. Sonrió apenada, Mariana ni siquiera volteó a verme, está leyendo algo. —Tengo una noticia— dije con entusiasmo.
— ¿Buena o mala?— preguntó Julia con curiosidad, dejando de lado sus cuadernillos. Mariana sigue metida en su lectura.
— Viajaré éste fin de semana— respondí con un tono neutro. Mariana me miró por encima de su libro, sin decir nada.
— ¿Adónde? ¿Irás a casa?— preguntó Julia con una curiosidad, casi podría asegurar que lo preguntó asustada de escuchar la respuesta. Creo que teme cómo me afectaría el regresar a casa.
— No, iré a otro lugar... no les puedo decir a dónde iré, pero debo hacerlo y quiero hacerlo, me iré sólo el fin de semana, regresaré antes de que se den cuenta de que no estoy—
— Tienes razón, últimamente he llegado a creer que nunca regresaste de tu último viaje, te deseo suerte en éste.— dijo Mariana con un poco de ira en su tono de voz, al tiempo que cerró su libro con fuerza, tomó su bolso y salió por la puerta. Julia se sorprendió al escuchar sus palabras y después la miró molesta.
— No le hagas caso, Alex... no sé por qué reaccionó así.— dijo Julia abrazándome por los hombros. Le sonreí sin ganas.
— Mariana no sería Mariana sin sus berrinches— bromee para distraer a Julia. Ella asintió con la cabeza.
— Me muero por preguntar a dónde irás—
— No tiene caso que te molestes en morir por algo que no te puedo responder en éste momento, te contaré a mi regreso, ¿va?— Julia asintió y como un gatito consentido, se acercó a mi y se acurrucó. Nos quedamos en esa posición un rato.
— Julia, debo ir a preparar mis cosas... ¿te veo mañana para desayunar juntas antes de que me vaya?—
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ELLA ES MÍA. (LESBIAN)
Romance¿Quien era Alexandra Stone? -Hola Alexandra, mi nombre es Ana, aún no me conoces, pero soy esa chica de la cual te vas a enamorar sin remedio.- -Vamos, Alex, arriésgate. Te lo dice Alberto, tu futuro mejor amigo.- -¿Por qué la amarías a ella? Uno n...