Capítulo 3. [Celos]

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Adán, Alberto, Ana y yo nos hemos vuelto casi inseparables en las últimas dos semanas, hemos salido al cine, al parque de diversiones, hemos ido al lago, ayer vimos películas en casa de Alberto hasta que nos quedamos dormidos los cuatro, Adán se durmió en un sillón en forma de pokebola, su cuerpo estaba hundido en el sillón, Alberto estaba en la parte superior de su cama y Ana tenía su cabeza en el estómago de Alberto, yo estaba ahí también, mi cabeza estaba en el estómago de Ana y ella tenía su mano en mi rostro, al menos de eso me parcaté cuando me desperté gracias a una de las 21 llamas que me había hecho mi madre, respondí en cuanto me di cuenta.

— ¿Aló?

— Alexandra, ¿sabes qué hora es? ¿dónde estás? mañana tienes clases, ¡te quiero en casa de inmediato!— Era mi madre, se escuchaba muy molesta, no me había dado cuenta que ya pasaba de media noche. Desperté a los chicos para despedirme, Alberto y Adán se levantaron para acompañarme a la salida.

— Hey, ¿de mi no te vas a despedir?.— Dijo Ana aún acostada boca arriba en la cama.

— Obvio tontita.—Le respondí.
 En mi pueblo se acostumbra a saludar y despedirse con un "beso" en la mejilla, así que fui hasta Ana pero ella no hizo el más mínimo esfuerzo en sentarse para hacerlo más fácil. Subí a la cama, tuve que poner de rodillas y poner mis brazos de manera que su cuerpo quedaba entre ellos, bajé mi rostro hasta el suyo, buscando su mejilla, como me hubiera gustado ser más débil y que mis brazos se doblaran para así caer encima de ella. Un golpe en la puerta interrumpe mi sucio pensamiento.

— Alex, te ves muy cómoda y muy sexy arriba de Ana pero creo que tu mamá estará furiosa si no te marchas ahora ehh.— Dice Albert con un acento juguetón
— No seas envidioso Beto, pero creo que tiene razón, Alex, será mejor que te vayas ya para que te deje ir con nosotros al día de campo el fin de semana.— dice Ana
— Ja-Jáh, muy graciosos los dos, sí ya, como sea, ya me voy de todas formas.— Dije yo indiferente. Tomé mis cosas y me fui a casa.


— Alex, ¿por qué llegaste tan tarde — pregunta mi padre mientras estamos los tres en el comedor, desayunando.

— Estaba en casa de Alberto.— Respondo sin voltear a verlo.
— ¿Quién es ese muchacho? ¿Sales con él?.
— No, es un amigo del Instituto.
— ¿Y estaban ustedes dos solos? Era muy tarde, Alex.— Dice mi padre subiendo el tono de voz.
— ¿Qué es esto? ¿un interrogatorio? si te interesa saber qué hago y con quién, búscame en el momento papá, no después.
— No amor, estaba con Adán y Ana, sus nuevos amigos, son buenos chicos, en especial el chico alto de ojos verdes, es muy guapo y muy dulce.— responde mi madre entre suspiros y tomandome la mano haciendo énfasis en la parte donde habla de Adán.
— ¿Te gusta? Ponte con él, está soltero, además papá no es celoso.— Me levanté de la mesa antes de que papá dijera algo, pude sentir su mirada fulminandome hasta que salí del comedor.

Suena el claxon afuera de mi casa, lo reconozco, es el auto de Adán, salgo y nos vamos juntos a la escuela, él es un chico popular, y todo mundo lo ve llegar en su auto conmigo así que el rumor de que somos algo se corre rápidísimo.

La hora del almuerzo llega y no encuentro a ningúno de los chicos, me siento a comer el mío, siento una mano en mi hombro, me volteo para ver quién es. Una chica de mi estatura, rubia, con ojos color miel y labios gruesos está justo detrás de mi.

— Ahm, ¿sí?.— pregunto confundida.
— Alexandra, ¿cierto?

— Sí, ¿se te ofrece algo?
— Soy Paola, ¿puedo sentarme contigo?.— dice la chica muy amablemente.
— Pues ya qué.— respondo en un tono apenas posible de escuchar. Asiento con la cabeza.
— Sé que eres nueva en esta escuela, y estoy organizando un "rompe-hielo" el jueves, te quiero invitar.— dice Pao.
— ¿Rompe-hielo? ¿qué es esa madre?— respondo indiferente.
— Mmm, es una fiesta que se hace para recibir a los nuevos y conocer a personas nuevas, nos hace un curso más unido, incluso van personas de cursos más avanzados y todo.
— Mmm, suena bien, ¿puedo llevar a mis amigos?
— Por supuesto que sí, ¿llevarás a tu novio?.— dice la chica con un tono tímido. Sé que se fieren a Adán pero no me interesa explicarle nada a nadie.
— ¿Eso importa?.— respondo fría.
— No, puedes llevar a quien quieras, te veo el jueves, adiós.— Se levanta de la mesa y se va.

— ¿Qué hacías con esa chica?.— pregunta Alberto sorprendido.
— ¿No puedo hablar con personas o qué?.— respondo en tono retador.
— No puedes al menos que tengas pensando presentarme a las chicas rubias y guapas con las que hables.— responde Alberto abrazandome por la espalda.
— Perfecto, te la presentaré el jueves.
— ¿El jueves? ¿por qué se la vas a presentar el jueves?.— dice Adán un poco exaltado.
— Iremos a una fiesta, a un mentado "rompe-hielo".
— WOOOW, ¿ella te invitó? es decir, ¿ella nos invitó a todos? estupéndo!— Alberto no puede ocultar su emoción al escuchar lo que dije, no sé porqué les emociona tanto los supuestos rompe-hielos.
— Ah, que bien.— dice Adán con la mínima emoción.
— Alegrate, bro! esas fiestas son las mejores, terminas con el culo partido, en el buen sentido, irás conmigo verdad?.— dice Alb con la misma emoción haciendole ojitos a Adán.
— Claro, bro, iremos todos.
— ¿Dónde está Ana?.— pregunté ignorando la platica que ellos tenían.
— No sé, pensé que estaría contigo, de seguro se quedó coqueteando con algún galán.— comentó Alberto, su comentario me molestó, me hizo sentir algo extraño en el estómago.
— No seas estúpido Alberto, ella no tiene ningún galán, okay?.— se me salió.
— UYYY discúlpe Señorita celos, aunque tu impulsivo comentario está lleno de razón, Ana es muy bonita, tiene un rostro muy fino y hermoso, tiene un cuerpo uhmmm, muy muy bueno, digo, a lo que se puede admirar, y es tiene un sentido del humor muy divertido...
— Y qué tiene que ver?.— lo interrumpo antes de que termine de describir a Ana, tampoco lo pude soportar.
— Pues eso, es inteligente, divertida, guapa, ¿no les parece extraño que no tenga ningún galán?, aunque bueno, es nueva en el pueblo, a lo mejor se vino por alguna ruptura amorosa, ¿o tú qué dices, Adán?... Adán....— Adán parece estar en las nubles, Alberto golpea la mesa.
— ¡ADÁAAN!.- Grita Alberto
— QUÉ DEM... QUÉEE QUIERES?!.— Adán responde exaltado
— ¿Dónde andas, viejo?, te decíamos que Ana es una chica perfecta y no le conocemos ningún galán, ¿tú sabes si es por algún ex? o por eso se vino a meter a este pueblo?

ELLA ES MÍA. (LESBIAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora