Capítulo 7. [Together]

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"No puedo creer que éste sea nuestro último día en Real de las Lunas, este fin de semana se pasó volando, pero puedo decir que cada segundo ha valido la pena, solo nos nosotros cuatro en la inmensidad de la belleza que es este lugar, el estómago me ha dolido de tanto reír. Y por supuesto, Ana ha estado conmigo cada minuto, no puedo creer lo que esa chica me hace sentir, es como un millon de bichos en mi estomago explotándome y descargando energía, tengo energía para hacer lo que sea si ella está cerca de mi, es tan tierna conmigo y sobretodo paciente..."

— ¿Qué haces, Alex?
— Hola Adán, escribiendo un poco, pero ya terminé, ¿estás listo para nuestra última noche?
— Mmm algo así.— Responde Adán algo serio.

— ¿Sucede algo?.— Adán se pone de rodillas frente a la entrada de mi casa de campaña.
— Mmmm, no.
— ¿Entonces?, ¿Ana está bien? ¿Dónde están los chicos?.— Respondo asustada.
— No no, Ana y Alb están bien, aún.
— Deja el misterio Adán y dime qué sucede.— Digo molesta.
— Ahorita lo sabrás...— alguien empuja a Adán y se asoma a mi tienda.

— ¡SORPRESAAA!.— Un chico que jamás había visto se asoma.
— Y tú eres?....— estoy confundida.
— Les dije que no era un buen momento.— Dijo Adán
— ¿"Les dije"? ¿a quién más te refieres?.— Respondo, sacando medio cuerpo del camping

— A la persona que viene con él.— Dice Adán haciendo un gesto de disgusto.

No tengo idea de quién es ese sujeto, salgo de mi tienda de camping para buscar a las personas que llegaron, Adán sigue sentado en el suelo y el chico nuevo me toma del brazo llevándome con él.

— OH-CIE-LOS.— Digo sorprendida al ver quiénes llegaron.
— Hola Alex, espero que no les moleste que hayamos venido hasta ahora...

— Hola.... Paola, que sorpresa, no esperaba que vinieras hasta acá.— digo sin moverme.

— Pues, Alb me mandó un texto ayer y dijo que aún teníamos tiempo de disfrutar ésto con ustedes y pues aquí estamos.— Paola me abraza.

Volteo a ver a Adán, quien sigue sentado en el pasto, observando con cara de fastidio. Esta chica es algo rara, pero sé que Alberto se pondrá súper feliz cuando la vea. Por cierto, no he visto a Alberto y a Ana en un buen rato, así que voy a buscarlos.

— Pongánse cómodo chicos, iré a buscar a Ana y Alb.— me retiro.

Busco a Ana por todas partes sin éxito, tampoco encuentro a Alb así que supuse que debían estar de regreso en el campamento, o eso espero. Llego al campamento y efectivamente, allí están todos. El ambiente se siente diferente, definitivamente algo no está bien. Adán está sentado en una roca grande, observándo, serio. Alberto, Ana, Paola y el otro chico están juntos cerca de la fogata, Alberto parece ayudarle a Paola con su tienda, Ana está de pie con el rostro sin gesto alguno. El chico ayuda a Alb, parece que no tienen idea de lo que hacen. Me acerco a ellos. Me paro entre Ana y el chico.

— ¿Necesitan ayuda?.— Les digo.
— Ohh, ¿dónde estabas, Alex?.— me pregunta Ana.
— Buscándote.— Le respondo. Ana me sonríe.
— Aquí estoy.— Dice Ana.
Ana se acerca más a mi y hace que su mano roce con la mía, toma mi meñique con su meñique. Me encanta que haga eso. Alberto voltea a vernos y nos sonríe.
— Pues no estaría nada mal un poco de ayuda, creo que nosotros tenemos la fuerza pero nos hace falta un cerebro que nos diga como mierdas se arma esto.— dice Alb molesto con los palos.
— Yo te explico.— Dice Ana.
— Eres adorable ehh.— responde Alb.
— Es sencillo, nada del otro mundo— Dice Paola. Ana la ignora.

Lamentablemente la misión de armar la tienda de campaña de Paola y su acompañante fue un fracaso, al parecer hacían falta piezas importantes. En fin, decidimos prender carbón y hacer una última cena decente, casi como una parrillada.

ELLA ES MÍA. (LESBIAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora