— Éstas son las mañanitas que cantana el rey David, a las niñas más bonitas se las cantamos así— Varias voces me despertaron cantando una canción de cumpleaños. ¨¡¿Es mi cumpleaños?!— ¡Feliz cumpleaños, hija!— Mis padres entran con un pequeño pastelito a mi habitación. Los miro con asombro.
— Sal de esa cama hija, has pasado demasiado tiempo ahí en los últimos días— mi madre me quitó la cobija, le fruncí el ceño. —Alistate, te llevaremos a desayunar a un lugar, el que tú quieras— dejó el pastelito en mi mesita y se fue, mi padre se quedó parado en la puerta cruzado de brazos. El me veía.
— Papi, por favor... no quiero ir a ningún lado— Le dije tiernamente, casi suplicando con la mirada. Él se sentó a mi lado y tomó mi mano.
— ¿Qué sucede contigo, corazón? Siempre amas el día de tu cumpleaños—
— No tengo ganas de salir, tengo mucho cólico, es todo.— le mentí. El frunció su ceño.
— Solo será un desayuno, anda— me regaló una sonrisa. Asentí. Se puso de pie y salió. Me levanté para ponerme algo encima.
— Y Alex...— pegué un brinco del susto, vi a mi padre que regresó. — Puedes decirme cualquier cosa, okay? no tienes que estar sola en lo que sea que tengas— me tiró un beso en el aire y se fue.
¿Cómo le digo a mi padre que hace días terminé con el amor de mi vida? ¿Cómo les explico a mis padres que no quiero salir porque me da tanto miedo encontrármela en la calle? ¿Cómo les explico que estoy enamorada de una chica? ¿cómo les digo que me duele sonreír? y aquí en mi habitación no tengo que fingir estar bien.
Bajé, tengo puesto un pantalón deportivo, una sudadera negra y unos vans blancos. Me agarré el cabello en un chongo. Mi padre abrió la puerta para salir y oh sorpresa, Alberto estaba con la mano levantada hecha puño, listo para tocarla.
— Oh, Alberto... baja tu arma, puedes llevarte lo que sea— mi padre fingió un asalto en broma. Alberto se rió.
— No diga nada y nadie saldrá herido— Alb se metió a casa y me tomó de la mano y me llevó afuera. — Solo vengo a robarme a éste minion cumpleañero— mi padre se cruzó de brazos con su cara de resignación.Alberto tomó mi mano y empezamos a correr, corrimos tres calles. Nos detuvimos para agarrar aire.
— ¿Qué hacemos aquí?— pregunté casi sin poder pronunciar las palabras.
— ¡¡Ohhh mi pequeña, felicidades!!— Alberto me abrazó y me levantó, empezó a darme muchas vueltas.
— Jajaja cieeelos, creo que voy a vomitar— me puse de rodillas en el suelo. — Gracias Alberto, ¿me puedes decir qué hacemos aquí?— lo vi con mirada de piedad, mientras yo tenía una mano en mi estómago.Un auto se parquea a nuestro lado. Es el coche de Adán. Él se baja, le da un pequeño golpe a Alberto en el brazo y después me sonríe con mucha alegría.
— ¡Feliz cumpleaños, bonita!— me abrazó tiernamente.
— Gracias Adán—— ¿Por qué corrieron hasta acá? Los estuve esperando afuera de la casa de Alex— se dirigió a Alberto, su tono era molesto.
— Jajaja es que el papá de Alex empezó con un juego de policias y ladrones y me metí demasiado en mi papel— dijo Alberto riéndose. Adán se llevó una mano a la frente.
— ¿Alguien me podría decir que hacemos aquí?— pregunté como si estuviera en un salón de clases.
— Vamos a festejar tu cumpleaños— dijo Alberto
— Gracias chicos, pero yo no teng...— Adán me interrumpió.
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ELLA ES MÍA. (LESBIAN)
Romance¿Quien era Alexandra Stone? -Hola Alexandra, mi nombre es Ana, aún no me conoces, pero soy esa chica de la cual te vas a enamorar sin remedio.- -Vamos, Alex, arriésgate. Te lo dice Alberto, tu futuro mejor amigo.- -¿Por qué la amarías a ella? Uno n...