ELLA ES MÍA. (LESBIAN)

Capítulo 27. [Piso 36]

Ya es día jueves, mi madre me hace la ley del hielo nivel extremo, mi padre me ve con lástima, Ana y yo no nos hablamos, wow, qué vacaciones tan geniales.

Alguien toca la puerta de mi habitación

— Hija, ¿puedo pasar?—

— Pasa, papi...—

— Tu mami hizo lasagna, ¿quieres bajar a comer con nosotros?— preguntó tiernamente.

— No papá, no tengo hambre...— respondí, mi padre volteó a ver mi cama donde hay muchas envolturas de barras de fibra.
— Hija, hace mucho que no comes con nosotros, por favor, ven a comer con nosotros, dijo tu madre que quiere decirte algo— 

— ¿Qué? ¿en serio?— fue inevitable emocionarme, en serio extraño a mi mamá.
— Te esperamos abajo.— mi padre cerró la puerta.

 Bajé de inmediato y me senté en la mesa, mis padres ya están sentados.

— Se ve delicioso— dije amablemente. Mi padre sonrió y mi madre intentó ocultar una pequeña sonrisa. 

Cenamos super bien, al finalizar la cena mi madre le pidió a mi padre que se quedara un momento más en la mesa.

— ¿Qué pasa, amor?— preguntó mi padre.
— Hice ésta cena para anunciarles algo...— mi madre puso un folleto sobre la mesa. Mi padre lo tomó y su gesto cambió. 

— ¿Esto es una broma? Ni siquiera lo has hablado conmigo...— susurró mi padre viendo molesto a mamá.

— No es ninguna broma, la decisión está tomada.— mi madre tomó postura. Le quité el folleto a mi padre.

— ¿Inglaterra?— dije asombrada y confundida. — ¿Internado para chicas en Inglaterra? ¿qué es ésto mamá?— dije con un tono bajo, me siento asustada.

— Es un folleto de lo que será tu nuevo hogar... ya está todo listo, y no harás ninguna entrevista que puedas arruinar...— respondió mi madre sin voltear a verme.

— ¡¿QUÉ? NOO! ¡No puedes hacerme ésto! Yo ya tengo una escuela y me gusta, por favor mamá— lucho para no llorar.

— En Inglaterra las clases inician en dos meses, por mientras seguirás yendo a tu actual escuela... después, te irás y no hay vuelta atrás.— finalizó mi madre quien se levantó de la mesa y se fue. Yo empecé a llorar como una niña.

— No te preocupes corazón, yo hablaré con tu madre— mi padre se puso de pie y me abrazó.
— Por favor tienes que hacer algo, no quiero irme de aquí— respondí llorando en sus brazos.

Días después...

— ... y así están las cosas en mi casa— concluí. Le acabo de contar todo a Alberto.

— ¡Mierda! Alex, no quiero que te vayas— Alberto me abrazó. 
— Ya, no me digas nada porque empezaré a llorar..— intenté darle ánimos.

— Woow, no puedo creer que tu mamá haga todo ésto solo porque eres lesbiana, qué estupidez— Alberto estaba enojado y sus ojos estaban rojos.

— Lo sé, pero ni modo... en un año tendré la mayoría de edad y ya no podrá separarme de ella...— dije. Alberto me hizo una mueca y se recargó en mi hombro.

— ¿Nos vamos ya?— dijo Alberto tiernamente.

— Pues si, vamos...— Alberto me tomó de la mano y caminamos hacia el Instituto, hoy es el primer día de clases.