Capítulo 32 [Época]

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— ¿Ya estás lista, hija?— 
— Ya...— respondo sin ánimo y sin voltear a ver mi madre que está de pie en la puerta de mi habitación. Le doy un último vistazo a mi cuarto, lo miro con nostalgia... mis ojos se detienen en la pared que tengo tapizada con fotografías mías y de los chicos, en especial de Ana, casi todas son de nosotras dos y de ella sola, el nudo en mi garganta se deshce y una lagrima de tristeza recorre mi rostro, la limpio con la manga de mi suéter. Camino hacia la pared y tomo una foto que Alberto nos tomó a Ana y a mi cuando fuimos a Real de las Lunas, es una de mis favoritas, salimos distraidas y nuestras miradas están diciendo mucho, ninguna se dio cuenta que Alberto estaba allí.

— Alex, tu papá está esperando en el coche, date prisa— insiste mi madre y se retira. Camino detrás de ella, le rogué que me dejara avisarle a los chicos pero ella dijo que sería mejor así, que despedirme de ellos sólo lo haría más difícil. 

Mi padre subió mis maletas al coche desde hace horas, me hacen sentir como si ya quisieran deshacerse de mi. Me subo al coche resignada, sin antes haber visto a Ana...



[Narra Ana]

Creo que lo tengo todo, Dios, estoy muy nerviosa. Ojalá mi sorpresa le guste, aún no me resigno a que ella se irá pero vamos, sólo serán un par de meses, sé que ninguna de las dos nos fallaremos, es curioso que después de haber pasado por tantas cosas siento mi relación con Alex mucho más fuerte que nunca, la amo y me siento tan ansiosa de demostrarselo, quiero que jamás lo dude o lo olvide.

— Ana, ¿ya estás lista?— 

— Ehmm, creo que sí...— le respondo a Adán quien está parado viéndome con esa sonrisa de ternura. 
— Estoy seguro de que le va a gustar, hiciste todo muy bien...—
— Ojalá, llevo días preparando ésto— respondo nerviosa, creo que sangrarán mis labios de tanto que los muerdo.

— Si quieres vamonos yendo, Alberto me avisará cuando su parte esté hecha—
— Perfecto— respondo entusiasmada.

Dios, de verdad me siento tan alegre como hace tiempo no lo estaba. Tengo días preparandole una sorpresa a Alex. La velada más romántica y divertida que tendrá en su vida. Renté una cabaña hermosísima a una hora del pueblo, he ido durante días para adornarla a la perfección. Las velas están puestas, e inciensos que a ella le encantan. He impreso más de 300 fotografías de ella, de nosotras y he hecho algo precioso con ellas, adornan un camino junto con hermosas lucecitas doradas que he conseguido en la ciudad. Y como sé que a Alex no le gustan las rosas porque dice que no tiene caso acabar con la vida de algo tan hermoso, he plantado muchos girasoles y los he puesto allí, son sus favoritos. Preparé su comida favorita y he descargado música increíble. Sé que ésta noche será la noche de nuestras vidas, me he esforzado demasiado sólo para hacer feliz a mi chica, de verdad le puse mucho corazón.

Un fuerte frenón del coche me distrajo de mis pensamientos, me fijo por la ventana y para mi sorpresa es Camila quien se ha puesto en medio de la calle de golpe, ¿que a caso ésta chica está loca?, Adán pudo haberla atropellado, ¿qué sucede? ¿por qué no se quita?. Adán baja del auto enfurecido. Yo me quedo en el coche y desde mi lugar veo como empiezan a hablar, Camila se ve algo exaltada, un taxi llega y de él se baja Alberto. Los tres voltean a verme con una mirada extraña. Algo no está bien aquí, bajo del coche y me dirijo a ellos.

— ¿Pasa algo?— pregunto, ellos solo me observan. Camila se cruza de brazos, parece que está esperando a que alguien más hable pero nadie habla. — ¿QUÉ PASA? ¡Digan algo! ¿Qué estás haciendo aquí, Camila?— 

ELLA ES MÍA. (LESBIAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora