2 años después...
Estoy frente a uno de los retos que sin duda, marcarán para siempre mi vida.
"Tienes que hacerlo, Alexandra, ya han pasado nueve meses y tienes que ser fuerte..." eso es lo único que me repito en la mente, me tiemblan las piernas y me he sangrado el labio inferior de tanto mordelo. Contengo en la garganta el nudo que tengo para no llorar, pongo rígida mi mandibula, tomo un respiro que me sabe amargo y fingiendo calma, con el puño tembloroso doy dos ligeros golpes a la puerta.
Una señora es quien se aparece detrás de la puerta y después de observarme detenidamente me dice;
— Tú debes de ser Alexandra— dice como si me conociera perfecto, fingí una sonrisa, ella me invitó a pasar.
— No puedo quedarme mucho tiempo— dije con voz quebrada, rechazando su invitación con la cabeza, ella sonrió como si hubiera apostado por mi comportamiento predecible.
— Entiendo... espera un momento, iré por lo que viniste— dijo la señora y sin más, entró de vuelta a la casa.
Eché el aire que tengo en el pecho, sentí un alivio ya que por poco siento que tenía la respiración cortada, saqué un cigarrillo... Dios, hace meses que no fumaba uno, hace frío. Lo prendí y mientras espero a que la señora salga, me pongo a observar el paisaje, las calles, las casas, el porche de ésta casa, tantos recuerdos me pasan por la mente, sin embargo, son recuerdos que no causan en mí el mismo efecto, suspiré, un suspiro que me dolió en el alma.
— Aquí tienes, jovencita...— escuché a la señora, me giré a ella y con la mano desocupada, tomé una pequeña cajita de madera la cual estaba cerrada con un diminuto candado.
— Se lo agradezco... y, lamento haber tardado tanto en venir a recogerla— dije ya con los ojos vidriosos.
— No te disculpes, para nadie fue fácil...— dijo con serenidad seguido de una ligera sonrisa despreocupada.
Sin más, le di una pequeña sonrisa de agradecimiento y me di la media vuelta, sosteniendo con las dos manos la pequeña caja que ahora porto.
Conduzco hasta el cementerio, mi padre quien insistió en acompañarme me lo prestó, por supuesto me negué a que él me acompañara, prefiero hacer ésto sola, se lo debo.
Me estaciono y busco la lápida, camino con la mayor tranquilidad, no tardé ni dos segundos en saber cuál era, mordí mi labio nuevamente, apuñé mis ojos y caminé hacia ella. Me senté en el suelo, frente a la tumba. Tiene hermosas flores y fotografías por todas partes, al parecer recibe muchas visitas, eso me da un alivio y a la vez me hace sentir culpable por haber sido la última en venir... veo fotografías y eso me hace saber quiénes estuvieron aquí ya, y en efecto, soy la única que faltaba.
Pongo la cajita de madera en mis piernas y tomo el candadito, en mi cuello porto una cadenita con una llave, hasta hace un par de meses entendí (más o menos) el uso que tendría, introducí la llave en el candadito y en efecto, éste abrió. En la caja hay pequeños recuerdos, obsequios que yo le regalé, jamás imaginé que los había guardado, por ejemplo, hay una hoja que yo arranqué de un árbol, le puse nuestras iniciales "A&A" y se la regalé, la guardó. Hay también una envoltura de nuestro chicle favorito, recuerdo que dijo "guardaré ésto para recordar que compartimos varios gustos" y detalles así. Y lo que más sobresale es; una carta.
"¿Cómo es que llegamos a ésto? Tú menos que nadie merece estar ahí, sin vida. Siendo que eras una persona que llenó de alegría muchas vidas, a mí por ejemplo. Me haces tanta falta, perdón por no haber venido antes, es sólo que pasé todos éstos meses sin poder creer que ésto fuese verdad. Te fuiste cuando yo apenas estaba sintiéndome fuerte, y te fuiste muchas veces pero yo en mi interior sabía que estabas allí, porque siempre lo estuviste... ¡Carajo! ¡Tú no debiste irte! ¡Yo no debí haberme ido de ti! ¿Qué tienes que decirme eh? ¿Acaso me lo explicas en ésta carta? ¿crees que con las palabras que aquí escribiste voy a poder llenar el hueco que me dejaste? Idiota."
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ELLA ES MÍA. (LESBIAN)
Romance¿Quien era Alexandra Stone? -Hola Alexandra, mi nombre es Ana, aún no me conoces, pero soy esa chica de la cual te vas a enamorar sin remedio.- -Vamos, Alex, arriésgate. Te lo dice Alberto, tu futuro mejor amigo.- -¿Por qué la amarías a ella? Uno n...