capítulo 1

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A veces solo preguntas que está pasando en tu vida, como cambia de ir a la escuela, estar con amigos, ir de vez en cuando a comprar ropa a tener que mantenerte a ti y tu madre de cualquier manera, la escuela dejo de ser prioridad para mí cuando nos enteramos que mi madre tenía cáncer, inmediatamente vinieron las deudas, la hipoteca, perdida de la casa, dejar de trabajar, de estudiar, de siquiera pensar en mi misma.

Su trabajo nada más paga por mes 2 mil dólares los cuales no eran ni la mitad de lo que necesitamos para cubrir los gastos, mi madre tiene cáncer en la cabeza, empezó siendo un dolor que aumentaba su volumen cada día, hasta que nos enteramos, mi madre siempre ha sido madre soltera, por lo que no se permite verse "débil" cuando estoy con ella.

Gastos vienen y van, un día se puso tan mal que nos exigieron que ella debía vivir en el hospital, ya pasaron de ser 5 mil dólares, a ser 10 mil dólares los cuales no tenia, los cuales mis dos empleos no me brindaban, cada noche lloraba y no tenía idea que hacer en mi mente y en mi celular brillaba un nombre.

Piero, él ha sido siempre un niño rico, pero bien formado, no es de esos que se leen en los libros y ven en las películas solo que él siempre había tenido el deseo de "comprar mi virginidad", me reí de él siempre que me lo ofrecía pero ya ese chiste dejo de darme gracia cuando tuve que llamar por él.

— ¿Cuánto pagas por la virginidad? – No pude estar más apenada

— Cocco, ¿Qué ha sido de ti? –para ser sincera lo considero un amigo, un amigo con deseos sexuales hacia mi

— Hablo en serio, lo necesito –creo que mi desesperación le causo gracia, pues Piero rio

— ¿El dinero o disfrutar del sexo? –se caracteriza por dar chistes malos

— El dinero

— ¿Por tu madre? –no me toques esa tecla que en serio quiero hacer como si no este

— Sí –dije agotaba, la desesperación de faltar 2 días para pagar la cuota si no pagaba seria mi madre enviada de vuelta a casa y no la quiero ver sufrir, no mas

— ¿Cuánto necesitas? –sabía que me podía ayudar

— Unos 10mil dólares –esa suma se hacía monótona en mi vocabulario luego de una enfermera habérmela explicado durante un mes entero

Aceptó, dijo que nos veríamos en su casa, sus padres muy a menudo salen de viaje, seria a las 8 pm, ya a esa hora normalmente mi madre se encontraba cansada por tanta droga y caía rendida del sueño, me encontraba ansiosa, simplemente tenía una buena causa, tenía una buena excusa.

Mire a mi madre, la bese en la frente, y me digne a irme, todo el camino pensando en que sería por ella que valdría la pena cuando la viera en nuestra casa (añadir a la lista, pagar antes por la hipoteca, si es que ya el banco no la ha vendido), en el autobús me senté junto a una señora mayor bastante alegre, y habladora, me venía bien quería despejar todo de mi cabeza, me hablo de sus hijos, nietos, esposo, me dijo que él era el amor de su vida, me quede encantada con tal historia, yo también quería encontrar el amor de mi vida.

La casa de Piero se veía tan linda y grande como siempre, cabe destacar que tuve que caminar 10 minutos para llegar, para acá no llegan autobuses, lastimosamente, tenía la adrenalina en mil, tal vez incluso en mas, toque el timbre llenándome de valor, él abrió la puerta con unos lindos jeans y una camisa blanca, se veía muy cómodo, mejor dicho, mejor preparado que yo.

— Estas tan linda como siempre gorda, vamos a la sala –todo se aligero cuando me llamo gorda siempre lo hacía cuando sabía que me encontraba estresada

Preferí no contestar, nos sentamos en la sala donde tantas veces jugamos, peleamos, platicamos, y en ella se destacaba un bolso negro, supongo que estaba preparado para hacerlo, pagarme e irme.

Se acercó a mi poso sus labios en mi mejilla y tomo mi mano.

— Nunca jugaría con tu desesperación cuando eres tan especial para mí, en ese bolso están los 10 mil dólares – mi cuerpo cayo relajado en aquel mueble tan conocido.

— No tienes idea del favor que me estás haciendo, pero, necesito más Piero, necesito más dinero, esto es solo para este mes –me negaba a llorar, tras un largo suspiro se dignó a decir

— Existe algo conocido como la prostitución para menores, debes acostarte con los hijos de los ricos, pagan hasta 10 mil dólares por una mujer como tú, pero conozco uno que puede pagar por tu virginidad hasta 20 mil dólares, deberás hacerlo por lo menos dos veces al mes para que puedas mantenerte y pagar todos los gastos, mas tus gastos, pero no puedes ir con esa ropa, debes tener ropa sexy, te puedo comprar varias y tu luego vez como compras más, no quiero que entres mucho a este mundo pero llamare por ti a un hombre que pagara el dinero necesario por tu virginidad.

Intente lucir fuerte, intente, mas no se me dio muy bien el plan y caí en llanto, iba a ser prostituta, no lo había pensado así, no pensé que alguien tocaría mi cuerpo como quisiera y mucho menos tener que hacer lo que ellos quieran, pero todo sea por mi madre, por verla bien, yo no valgo nada, de que vale tratar de valerme.

Ciega de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora