Capítulo 43

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Abría mis ojos despacio, lo último que recuerdo es sentir un grito llamándome, el piso estaba frio, las pisadas sonaban fuertes, pero todo se sentía tan lejano a mí, era como si estuviera en otro lado, en otro universo, mi cabeza deliraba, mi piel ardía, y mi respiración se agitaba.

Mi ansiedad me estaba traicionando en este momento, todo volvía tan rápido que me causaba ansiedad, el cuarto de la clínica estaba oscuro, pero una voz estaba presente desde la puerta, intente gritar, llamarlo, pero era como si siguiera en el trance, de nuevo caí, todo fue oscuro.

Esta vez volví mas repotenciada pero la ansiedad seguía, la enfermera me sonreía, ¿eran dos?, ¿o tal vez, tres?, empecé a reír, no sentía nada, su cara cambio, me veía confundida, toco algún botón detrás de mí y alguien llego corriendo, un hombre joven, puede ser un residente, él empezó a revisar mis pupilas, mi lengua, mis oídos.

En cuestión de segundos la ansiedad aumento, mi respiración ya era algo falso, no existía, ella se percataron de eso, me pusieron oxígeno, pero era como si no funcionara, el residente gritaba llamando a alguien, en la puerta apareció Elijah con el teléfono en la mano, todo se estaba alejado de nuevo, ellos lo sabían, decían mi nombre, una y otra vez.

—Mírame –mis ojos estaban perdidos en la nada – ¡te estoy diciendo que me mires, Amanda! –me estaba asfixiando, me desesperaba, las lágrimas salían por si solas –respira, vamos, respira –no podía, no podía

—¡SE ESTA YENDO! –gritaba la enfermera luego de escuchar un pi –vamos pequeña respira, tu puedes –no puedo, no puedo

Las puertas se abrieron de golpe, una figura grande, poderosa, un hombre, si, era un hombre, gritaba, mi nombre, sin embargo, esta vez estaba más lejos, mas perdida, mis ojos sin quererlo se doblaban, no tenía el mínimo control de mi cuerpo, sentía como tomaba mi cuerpo y lo levantaba, me estaba sentando.

—Inhala, exhala, arriba, abajo –esa voz se sentía cálida, cercana, mi cuerpo cumplía sus órdenes –contemos –poco a poco iba diciendo un numero tras del otro –eso es, así, no olvides respirar –sus palabras tocaban una parte de mi ser que lo necesitaba –inhala, exhala, eso es, controla el pulso

—Está volviendo –escuche a la mujer decir

—¿Escuchaste? –me susurro al oído –tu eres más fuerte que el miedo, estas bien, no hay nada de que temer, yo estoy aquí, no me iré –poco a poco mis ojos conectaban con los suyos

—Te amo –susurre en un hilo de aire

Estas palabras me llevaron a caer dormida, no recuerdo más nada después de ahí, ¿un grito?, ¿una llamada?, no recuerdo nada, esta vez me levante lucida, una mano cálida está tomando la mía, mientras cantaba en voz baja, alguna canción que no reconocí, pero yo sabía quién era él.

Elijah, no se despegó de mi ni un minuto, su voz era exquisita, de verdad cantaba, sentía que me relajaba, cuando noto que ya había despertó, me sonrió como si lo hubiera atrapado en el peor de sus momentos, soltó mi mano con cuidado, y acomodo mi cabello detrás de mí oreja.

—Llamaré a Christian y a tu Thomas, ambos fueron a cambiarse, me ofrecí quedarme, estarán muy felices de saber que ya estás bien –me sonrió cálidamente

—Gracias –le susurre, era como si mi voz no recordara como funcionar

—Tranquila, espero que para la próxima dudes menos de mi –rio lo que me causo reír –tu amiga la rarita vino, hasta lloro por ti, creo que si le importas –dijo con certeza

—¿Desde cuándo estoy aquí? –el miedo me comía

—Duraste 5 meses en coma, Amanda –mis ojos casi se salen de mi cabeza, luego su carcajada me despertó de ese shock –es mentira, solo dos días, dormiste muchísimo

—Te odio, imbécil –me costó articular aquellas palabras

La habitación en cuestión de minutos se llenó con el cuerpo de mi padre y el de Christian, detrás de él estaba Hope con el peluche más grande que jamás había visto, sonreí de emoción, amo con mi vida los peluches, a mi amiga le costó meterlo a la habitación era de su tamaño.

Mi papá se acercó a mí con precaución y me toco el cabello como si en algún momento se fuera a caer, sin su permiso lo abrace, me susurro "nunca me hagas esto otra vez", le respondí de la misma manera "nunca", una lagrima se le cayó, me petrifique, nunca de los jamases pensé verlo llorar, y menos por mí.

Mientras tanto Hope se le adelanto a Christian y se me lanzo encima sacándome el aire, Christian la veía horriblemente, y Elijah en el mueble decía "loca", ella no dejaba de abrazarme diciéndome que a partir de ahora éramos mejores amigas y que este tipo de sustos eran prohibido darse, sinceramente con ella siento una conexión.

Christian pidió que todos salieran de la habitación, Hope se negaba a hacerlo, pero Elijah la tuvo que cargar mientras gritaba que la soltaran, mi padre me guiñaba el ojo, es extraña su relación, es decir, la última vez que estuve en su oficina odiaba a Christian y ahora él está cooperando, tengo que hablar esto para entenderlo.

—Cuando recibí la llamada de Elijah no entendía nada, hasta que escuche el ruido de una sirena, pensé que estaba preso pero luego era más la de una ambulancia, y él decía tu nombre, prácticamente lo gritaba, Thomas y yo estábamos a una hora, termine llegando aquí en 30 minutos, en la puerta de la clínica escucho de nuevo el desespero de mi hermano y solo entendía "no respira", corrí hasta aquí, te veía desesperada, tan indefensa, me prohibí llorar, o sentirme mal en algún momento, al principio veía como nada funcionaba y cuando te hable tu cuerpo cedía, no podía estar más feliz, hasta que dijiste "Te amo", no creo que lo hayas dicho por mí, pero eso no importa, lo único que import... -no lo deje terminar

—Christian, yo te amo –su cara de preocupación se convirtió en una abierta sonrisa

Me beso robándome el aire, en más de una vez lo tuve de empujar, no respiraba normal todavía, pero reí a carcajadas cuando él solo decía "lo siento, lo siento", en mitad de un beso entro Hope protestando que ya media hora había sido suficiente.

—A mí no me interesa si el señor Thomas no dice nada –mi padre la vio divertido –pero yo si lo diré, aléjate de ella y déjala respirar, no somos estúpidos sabemos que la estas besando y por si no sabes hace poco tuvo dificultad para ello

Christian solo se separó de mi a regaña dientes mientras ponía sus ojos en blanco.

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Para serles sincera este capitulo fue intenso de escribir, llegue a sentir todo lo que Amanda experimentaba pero me siento feliz del resultado.

Gracias por leer

Ciega de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora