Me levante como si en encima de mi hubiera pasado una tornado, cada parte de mi cuerpo se sentía demolido, el dolor arrojaba un aire caliente, un cuerpo que poseía un peso mayor al mío estaba vigilando y cuidando mi integridad desde la parte más cercana, Christian estaba profundamente dormido, pero era como si no fuera el mismo que conocí.
Ayer había tratado de alejarlo de mi cuando eso no lo quería hacer, pero no lo sé, me sentía descontrolada, lo entendí antes de quedarme dormida, la muerte de mi madre había ocurrido tan rápido que no tuve la oportunidad de llorar lo suficiente, de darle la despedida que debía.
Había llegado a un país extranjero, empecé a trabajar, a tratar de olvidar, cuando lo único que debería haber hecho era pasar mi luto en tranquilidad absoluta, sin embargo quería sacar tanto dolor de mí, ese siempre es mi error, nunca dejo que el dolor se cure, se sane en el momento que debe, simplemente salto ese paso y me olvido de él, pero luego la consecuencia, queda una herida abierta indefinidamente.
— ¿No deberías dormir un poco más? Anoche fue rudo –una risa áspera socorrió mi cuerpo dejando evidencia del efecto que representa en mi
— Lo siento, no debí haber actuado como lo hice, ni decir las cosas que dije –y como si fuera necesario termino la frase por mi
— Ni tratar de herirme
— Lo siento –tomo mi mentón para levantarlo y poder ver bien mi rostro
— No me importa que hagas cualquier tipo de locura con tal que luego te sientas mejor –sonrió –y ahora aléjate de mí, tu aliento huele horrible
— Como te odio –dije dolida
Las carcajadas tuvieron que haber resonado en toda la casa porque la puerta sonó, sentía la vergüenza en mis mejillas, Christian se levantó con una increíble seguridad y abrió la puerta, era Thomas con una radiante sonrisa, entro a la habitación sin importarle el hecho de la presencia de un hombre con su hija.
— Vístete, iremos a desayunar a mi lugar preferido –luego volteo ver a Christian –tú también iras, pero procura estar alejado de mi hija –creo que me equivoque y como si fuera necesario
— Es imposible suegro –rio
No sé si fui yo pero vi como la palidez de Thomas crecía con rapidez, mi cara tiene un poco más de color, mientras que Christian había salido de la habitación a no sé dónde dejándonos en un estado de shock, sinceramente creo que si es mi padre, si fuera mi mamá ya hubiera corrido a Christian de la casa.
— Luego hablaremos de esto
Me di el baño más relajante aunque siempre creo que digo lo mismo, es que estos baños de reinas son tan perfectos con solo verlos te relajas, al vestirme no sabía que de tanto podía usar, todo parecía formal, recordé ver a Thomas con un traje, supuse tener que vestirme mejor que como normalmente lo hago.
Me decidí por una braga de short y camisa de tiras color azul rey, y por si hacia frio una chaqueta negra de cuero, con unos tacones negros bastante cómodos para como lucían, me vi al espejo, algo en mi volvió en el tiempo y paso el capítulo de mi vida cuando estaba en esta misma posición observando en el espejo de la casa de Christian.
Gracias a mis queridas amigas Penélope y María ya tenía una pequeña capacidad para maquillarme no lo suficiente buena como para destacar pero como para lucir ligeramente modesta, y me gustaba, mucho, la verdad.
No sé si esta vez sí sea la definitiva de mi vida, pero ruego porque así sea, no más engaños, no más mentiras, no más juegos.
Trataba de recordar el camino a la sala cuando por fin lo encontré estaba Thomas con Christian hablando de dinero, de una cantidad exageradamente grande pero para ellos era hablar de 5$ para mí, ambos voltearon al notar mi presencia, sonrieron y se levantaron listos para irnos a desayunar.
Este lugar era como un castillo, literalmente, estaba adornado para parecer así, en el camino aquí, aunque suene chistoso, Thomas, mi padre, se había sentado en el medio de Christian y de mí, sin embargo, siempre sentí la mano de Christian en mi hombro, y de vez en cuando cachaba sus miradas.
— ¿Cómo vas en la escuela? –comento mi padre para sacar conversación, lo triste es que él no sabía de mi
— No estudio aquí, tengo que trabajar –su cara fue sorpresa
— ¿trabajar? No, no, no, eso se acabó, empezaras a estudiar de nuevo, y luego la universidad, dejaras ese trabajo que tienes –la mirada de Christian era neutral solo escuchaba detenidamente nuestras palabras
— Me gusta tener mi propio dinero –exprese
— Mi dinero es tuyo, por lo tanto empezaras a estudiar este lunes, así conoces a gente de tu edad –observo a Christian como si tratara de decirme algo –tal vez un chico
— Olvídate de eso, Thomas –dijo con la misma cara Christian
El resto de la cena fue divertida, aunque a veces estresantes, mi padre quería meterme en todas las cosas que fueran posibles, yo solo necesitaba empezar la secundaria, graduarme, luego la universidad y ya, no más, siempre he querido estudiar administración de empresas por lo que Thomas ha quedado más que emocionado.
— Hablando de algo serio cariño –hablo de nuevo mi padre –he empezado las investigaciones para saber quién fue el imbécil que entro a tu casa
— ¿con la policía? –supongo que mi ingenuidad le causa gracia a Christian
— No cielo, tengo personas mejores en mi mano, haremos que se pudra en la cárcel
— O tal vez en una fosa a mil metros de tierra –completo Christian relajado
Lo menos que quería que una persona muriera por mí, se merecía estar preso, pero no la muerte, la vida es algo demasiado preciado para arrebatar en un segundo, no podría solo imaginar que mataran a un hombre las únicas personas que por ahora tengo, y después tener que verlos en la cárcel.
— Thomas me llevare a Amanda conmigo
— ¿A dónde? –pregunto interesado
— Esta bastante grande como para tener que decirte –sabía que le gustaba hacerlo molestar pero no creo que fuera la mejor idea
— Tienes dos opciones Christian, una, me dices por las buenas, o dos, hago que te corten la lengua –al principio pensé que era un juego pero después note que no
— Iremos al parque –Christian sonreía como si nada
— ¿No era más fácil así? –volteo a verme –espero que te haya gustado el desayuno cielo, hoy hare que acomoden todo para que el lunes empieces a estudiar, nos vemos en la cena, y tu Christian –se levantó de la silla y lo señalo –ni se te ocurra ponerle un dedo encima, suficiente con anoche
Mientras que a mí me dio un cálido abrazo, a Christian lo abrazaba fuerte, creo que lo lastimaba incluso, y le susurraba en alemán, lo que parecía ser advertencias pero no se decir porque en ese idioma todo suena tan brusco e insultante que podría estar deseándonos un lindo día y parecer que nos maldice.
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Ciega de amor
Romance-Es hermoso, es espléndido, es perfecto -dije mientras volteaba a verlo -Tu eres mejor que todo esto -me sonrió -¿Qué me viste? -pregunte de la nada -¿Qué te vi? Todo, iluminas luz hasta en el lugar más oscuro, eres tan decidida, tan impulsiva, t...