Capítulo 50

47 2 0
                                    

Volviendo a casa sintiéndome tonta, quiero decir, está bien que Christian no me quisiera allí pero ¿tratarme de esa manera es justo?, a veces sólo creó que sigue actuando para mi padre, porque hoy actuó como el idiota que fue.

En estos momentos en el auto solo tengo una idea en mi casa.

—Erick –llamó su atención —Llévame mejor a casa de Hope, por favor, yo le aviso a Thomas

No debería estar molesta con mi padre pero es que internamente desconfío, tengo miedo de que le pagué a Christian para ser el perfecto hombre que necesito, y todo tiene sentido en este instante, Thomas quiere mantenerme distraída pero cerca de él, en el momento en que vio mi debilidad por Christian lo uso en mi contra, eso es, ¡ahí está!

¡Ya me estoy volviendo loca!, llegó corriendo a la puerta de la casa de Hope donde está me espera con un gesto de compasión y me abraza apenas me ve, todo esto que circula en mi cabeza se lo mande en 7 mensajes a ella, Hope sinceramente se ha ganado el mundo conmigo, no menos que eso.

—Antes que nada, escúchame –la observó —No creo que sea cosa de tú papá, a veces los hombres se molestan ¿sabes?, ¿estás en tu período, Amanda?

Alarmantemente me doy cuenta que estoy en mis fechas de ovulación, no sé si seré la única pero esto me causa cierto mal en mis emociones, tanto drama, tanto celos, que en realidad tienen justificación, una loca está en casa de MI novio, tantos pensamientos estúpidos, todo tiene sentido, Hope se rió de mi por unos 20 minutos hasta que mi teléfono sonó, mi pantalla indicaba el nombre Christian.

—Discúlpame fui un idiota –se disculpa antes que yo pueda hablar —Fui a tu casa y no estás, así que mi pregunta ahora es, ¿dónde estás?

Quiero hacerlo sufrir por un momento.

—Disculpas aceptadas, que tengas buenas noches, te amo, mañana te contaré que idioteces pensé –y para hacer más dramático él momento Hope hacía gemidos

Yo realmente intentaba no reír, pero cuando escuche a Christian diciendo que vendría a dónde sea que estuviera tuve que colgar antes de revelar mi jugada, supongo que Hope lo hizo de juego sin saber que encajaba perfecto con el momento.

Mi amiga me presto una pijama de un short que me quedaba como un cachetero y una camisa que me hace tener senos incluso cuando no tengo, está se deleitó en observar mis curvas maldiciendo con recelo mi cuerpo de reloj de arena.

— ¿Qué ocurre si te digo que Christian está en la puerta en este preciso momento con dos gorilas? Literalmente son gorilas, Amanda –dice Hope volviendo de la cocina, mis ojos se abren como platos

Salgo corriendo escalera abajo tratando de hacer el mínimo ruido, la cosa es este, luzco más culpable de lo que realmente debería lucir, mi cabello es una maraña, mi ropa no esta tan delicada como debería estarlo si no hubiera hecho nada.

Cuando abro la puerta Christian me ve de arriba a abajo, justo en el momento en que hizo un movimiento con su cabeza los gigantes gorilas intentaron pasar pero yo no los deje, enarcó una ceja incrédulo cuestionándose el por qué mi acción, si antes lucía culpable ahora no lo dudará.

—Muévete antes que te mueva yo –se acerca a mi tratando de intimidarme pero ese juego ya no funciona —Solo quiero asegurarme que no haya ningún maldito decrépito hormonal mocoso en esta casa y luego me voy –sonríe

—Justo en frente de mi –me acerco a su oreja —Hay uno

Río y sin esperármelo me cargo en su hombro, yo iba a intentar gritar pero Hope abrió sus ojos haciendo señales de "no gritos con mis padres dormidos", lo cual solo me dejo la opción de dejarme cargar hasta el auto, por un momento me sentí desnuda, totalmente, además mi trasero apuntaba a los que mi amiga llamo gorilas, a mitad de camino Christian paro bruscamente.

Ciega de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora