No tuve opción, no pude siquiera decir que no, no había manera u oportunidad para hacerlo, él mismo recogió un par de camisas, unos pantalones, ropa interior, y zapatos deportivos, mientras que yo me sentía avergonzada, él no me conocía, pero ya había entrado a mi vida sin avisar, sin siquiera dejarlo pasar como debía.
A veces volteaba a observarme, y sin pensarlo bajaba mi cabeza, luego de guardar mi ropa en un bolso deportivo que poseía, me tendió un suéter para cubrir mi torso desnudo, luego fue a la cocina con un pequeño trapo en sus manos, tomo algunos hielos, y me los tendió, me pidió que los mantuviera en mi ojo.
Tomo mi mano mientras me llevaba hacia la puerta, dejo que pasara primero, yo seguía sin decir una palabra, cerró la puerta con mis llaves, y me guiaba a donde el ascensor se encontraba, por obra de arte este estaba esperando por nosotros, todo se sentía tan extraño, era una atmosfera apagada.
Sin preguntar nada subí a su auto, en el camino me dedique a observar cualquier cosa que no fuera a Derek, llegamos hasta una casa, mejor dicho una mansión, desde primera vista era mucho más grande que todas las que había visto con mi trabajo, incluso la de Christian, pero creo que eso no era interesante por ahora.
— Esta es mi casa, ahora es también tuya –me dijo abriendo la puerta de su carro, y tomando mi mano –no quiero que te sientas incomoda, aquí vivo solo, mi abuela, la madre de mi padre me la dejo como herencia, solo hay trabajadores, y nosotros –me contaba con indiferencia
— Yo... yo puedo encontrar otro apartamento –dije tartamudeando, no quería repetir historias
— No, ya está decidido, no desearas volver a otro lugar, esta casa será buena para ti, y para mi... –esta vez sonrió extrañamente, lo ignore, noto que había dejado de poner el hielo en mi ojo e hizo una mueca de molestia –pasa hare que te revisen solo déjame hacer una llamada
Mis ojos se abrieron recordando lo que el agresor me había dejado claro, mejor dicho, la amenaza que me había hecho, le pedí por favor que no lo hiciera, Derek me conto que su abuelo Mark era doctor, que confiara plenamente que no pasaría nada que yo no quisiera, me daría mi tiempo para contarle lo que había ocurrido y partiendo de eso veríamos que hacer.
Su llamada no tomo más de 10 minutos mientras yo lo esperaba en la sala, Derek llego con mi bolso en sus manos y me pidió que le diera la mía, accedí, había algo que me hace sentir confortable tocándolo, y a la vez no, subimos a una habitación de huéspedes, lo sabía porque se veía que no había sido tocada en un largo tiempo
— ¿Puedo tomar una ducha? –le pregunte, más bien le pedí su permiso
— Es tu casa Amanda, puedes hacer lo que quieras –no me gusto que me dijera Amanda creo que me gustaba más mi apodo tonto
— Puedes decirme señorita Hyde –me miro divertido y acaricio mi mejilla –siempre que quieras –esa noche fue mi primera confesión de honestidad
Se acercó peligrosamente a mí, y aunque debía temer por lo que ocurrió solo quería olvidar todo, poseía una aura brillante, envidiable en estos momentos, desgraciadamente para mí no tenía otra persona en quien confiar, eso me preocupaba porque no quiero que me decepcione, como...
— Me tientas a que te bese y te haga olvidar todo lo pasado señorita Hyde –creo que no era solo mi noche, era una verdadera noche de confesiones llena de franqueza.
ES MUY CORTO LO SÉ, lo siento
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Ciega de amor
Romance-Es hermoso, es espléndido, es perfecto -dije mientras volteaba a verlo -Tu eres mejor que todo esto -me sonrió -¿Qué me viste? -pregunte de la nada -¿Qué te vi? Todo, iluminas luz hasta en el lugar más oscuro, eres tan decidida, tan impulsiva, t...