Capítulo 32

32 2 1
                                    

Ese día termino en armonía, no me gustaba como iba la historia, no me gustaba tener que pelear para después estar bien, no me gustaba que no me quisiera decir a donde había ido o al menos con quien, no me gustan muchas cosas pero no estaba en el justo momento como para volver a pelear con él.

Ayer me había dicho que me quería, pero no sé si fue para callarme o porque realmente lo siente, este tema me tiene la cabeza loca, quisiera solo olvidarlo, había quedado en salir a dar un paseo por las calles de la ciudad, Derek me había dejado en el centro, así que me dedique a caminar un poco y ver las tiendas.

Estaba totalmente relajada, me gusta escuchar a la gente, los autos, me gusta esta sensación de vivir, sin embargo también tenía esa sensación de estar siendo vista, o tal vez perseguida, pero pues quien era yo para que alguien me siguiera, absolutamente un cero a la izquierda, pura bobadas mentales lo que estaba pensando.

Decidí que era la hora de comer algo, así que me adentre en un pequeño restaurante, nada elegante, son de ese tipo que los estudiantes iban con sus amigos, tenía una barra con taburetes, y varias mesas en el fondo, preferí una mesa, estaba a gusto con mi soledad temporal, mi cabeza empezaba a tomar un buen rumbo.

Llego una mesera de nombre Marcie, era lo suficientemente agradable para caerles bien a todos los clientes, me decidí por una hamburguesa con papas fritas, y una Coca-Cola como bebida, no estaba en tiempo de dieta y tampoco deseaba hacerla por los momentos, me dijo que ya regresaría con mi orden, así lo esperaba, mi estómago estaba muriendo, literalmente.

Saque de mi bolso uno de los libros que Christian me había regalado, de todos los que me había obsequiado solo me había llevado uno el día que me fui de su casa, "Yo antes de ti", lo poco que llevaba leído me tenía absorbida en él, tenía toda mi atención concentrada en un solo punto.

Hasta que sentí a alguien sentarse al frente de mí, automáticamente mi cabeza subió para ver su rostro, todo mi cuerpo en una milésima de segundo estaba temblando por Christian, su cara no mostraba nada, cara de poker, mientras que la mía no podía salirse del asombro, o tal vez del pánico, estaba pensando en cómo salir corriendo sin que me agarrase primero, pero luego vi que había mucha gente como para que me hiciera algo estúpido delante de todos que yo no quisiera.

— Solo quiero que me des la oportunidad de hablar, no tiembles como si fuera a hacerte algo, sabes que soy incapaz – tenía la teoría por días que no había reconocido la voz porque no la conocía, pero la única persona que conocía aquí era Christian, él había mandado a alguien a golpearme

— Por supuesto, como cuando mandaste a uno de tus matones a pegarme, me dejaste morados en todas partes de mi cuerpo, imbécil –prácticamente le escupí, me iba a levantar pero algo en su asombro me sorprendió

— ¿Disculpa? ¿Qué morados? ¿De que estas hablando? Los morados me los dejo el idiota de Derek a mí – ¿Qué está ocurriendo aquí?

— Christian alguien entro a mi casa a la fuerza y me golpeo, me dejo casi muerta en el mueble –su cara era absoluta confusión, por ello proseguí –antes de eso me habían llamado cientos de veces, y cientos de mensajes amenazadores ¿no fuiste tú? –dije con pánico ¿entonces quién?

— Yo no te haría eso en primer lugar –dijo claramente herido – ¿Cuándo fue eso?

— Hace algunas semanas, tal vez dos o tres

— Amanda, todas estas semanas he estado cenando con tu padre hablando de cómo te contaría que él está vivo –me sentí más mareada, más de lo que estaba antes –Él desapareció de tu vida cuando tenías 1 año, se puede decir que tu madre es una persona posesiva y ella creyó que él estaba con otra, cosa que nunca paso, así que se alejaron en acuerdo mutuo, siempre mando dinero, pero cada centavo era de vuelto por tu madre, no sé por qué pero ella prefirió crear una historia falsa, él quiere conocerte ahora, sé que son 16 años después pero quiere aclararte todo él mismo

— ¿Tú que tienes que ver con esto?

— Se enteró de tu madre estaba en el hospital, de hecho Piero le conto, el padre de él es muy cercano a tu padre, le aviso de tu salida de la escuela, de la desaparición, de cuando le pediste dinero, y fue cuando entre yo, todo el dinero que yo te daba era de tu padre, no quería ser él porque no quería que tuvieras problemas con tu madre y menos en ese estado, fingí todo por él, pero no creas, mis sentimientos a ti fueron siempre reales, todavía lo son –intento tocar mi mano pero la aleje ¿Qué era todo esto?

Estaba aturdida, mi madre no podía haberme mentido, no lo puedo creer, además ¿Por qué se fue? ¿Por qué no simplemente me visitaba? ¿Por qué prefirió dejarme? ¿Por qué mandar a Christian?, tenía demasiadas preguntas en la cabeza, creí que me iba a explotar, la comida llego, había perdido cualquier apetito que tuviera.

— Quiere que nos encontremos con él en 30 minutos, en su casa –pero en segundo corrigió –en tu casa, y también, tu noviecito Derek también sabe de tu padre, vives en su casa porque tu padre le paga –todo el mundo a mi alrededor sabia de mí, me mentían cínicamente y aun así hacían como si nada

— ¿Es tan fácil mentir en la cara? Quiero decir, estuviste conmigo en la muerte de mi madre ¿eso fue real? ¿tus condolencias, tus abrazos, todas esas cosas, o simplemente era un favor?, sabes que mejor llévame con él y acabemos con esto –me levante echa furia

— Te dije y te repito, mis sentimientos por ti fueron siempre reales –me repitió

— Sí, claro –deje un billete en la mesa con la comida sin ser siquiera tocada, solo quería acabar con todo esto

Al empezar a caminar seguida Christian siguió mi paso, pero luego unos cuatro hombres más nos siguieron eso me asusto, me voltee a ver a Christian, y el sonrió como si supiera lo que pensaba y respondió.

— Los traje conmigo por si decidías solo salir corriendo, de hecho dos de ellos son tuyos

No pregunte, preferí solo tratar de ordenar mi ahora desordenada cabeza, no puedo estar en paz ni un día, uno de los hombres fue en busca de la camioneta negra, subí primero y luego Christian, dos de los hombres entraron con nosotros, los otros dos iban en otro carro atrás, nos encontrábamos en la misma zona de la casa de Derek pero esta era mucho más lejos, más alejada de la comunidad, y una parte de mi tenía miedo, tal vez todo era una mentira.

— Llegamos –dijo Christian abriendo la puerta para mi

Un hombre de aproximadamente uno noventa de alto, con contextura gruesa, pero estaba ejercitado, su piel era blanca, a diferencia de la mía, pero sus ojos eran del mismo color verdoso que poseía yo, estaba parado en la puerta de esta enorme casa sonriendo, mientras yo, tragaba saliva, tenía miedo de la verdad, tenía miedo de que la vida que lleve fuera falsa de principio a fin.

o

Ciega de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora