Capitulo 22

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Después de convencer a Derek de que estaría bien, de que mañana si podríamos salir, le explique cómo era posible esconder los morados que todavía tenía pero con un color más claro, me acompaño hasta mi departamento a buscar la ropa que debía usar esta noche, y mi celular que estaba descargado debido a tantas llamadas.

Estamos al frente de la casa de Penélope, era pequeña pero cómoda, sus padres se la habían regalado, así que no tenía que lidiar con alquiler pero si con los pagos correspondientes, le ofrecí a Derek pasar pero me dijo que no podía pero que pronto se conocerían, me pareció bien así que me despedí.

— Hasta mañana, muchísimas gracias por todo en serio, deberías pasarme la cuenta de lo cobro tu abuelo, y de la crema que compraste para mí –le sonrió, antes de besar su mejilla pero en un movimiento rápido el volteo su cara y nos besamos, una vez más ese lugar desconocido volvió

— Ya me pagaste con ese beso –muerde sus labios y toma mi barbilla –Hasta luego señorita Hyde

Baje de su auto muerta de amor, creo, es que ese hombre me ha tratado de una manera tan..., suspire para calmar mi ansiedad de querer tirarme encima de él y besarlo de nuevo, toque la puerta y salió una Penélope sonriente, esta vez me hizo contarle exactamente todo, sin un detalle menos.

— Ese Derek está acabando contigo –muerde sus labios y yo solo me digno a reír –y lamento informar pero Christian va esta noche a la conferencia

Mi corazón se detuvo por un segundo, mi respiración se aceleró, mi piel se erizo, no sabía que sentir, aunque me repetirá que no debía sentir nada, solo él tenía algo que en mi preservara, sin importar cuanto tiempo pasara, la puerta del lugar donde trabajaríamos se hizo presente, esta vez me tocaba servir las bebidas.

De a poco se fue llenando el lugar, muchas caras eran conocidas, personas admirables como el gobernador, el alcalde, el dueño de la empresa más grande del país, y así seguía la lista, pero a diferencia de muchas en esta solo había hombres; mientras estaba en la barra distraída con algún pensamiento estúpido siento una mirada.

Derek estaba posado al otro lado de la barra viéndome, cargaba un traje negro remangado, era totalmente hermoso ese hombre.

— Te dije que hasta luego señorita Hyde –mi sonrisa era extremadamente exagerada al punto que decidí morder mi labio para que Derek no lo notara – ¿no me piensas saludar como se debe?

— No –dije indiferente solo para molestarlo

— ¿Tú crees que no soy capaz de pasar esta barra y besarte yo mismo? –reí de la manera más falsa y Derek abrió sus ojos con sorpresa pero a la vez se notaba su picardía

Cuando sabía que iba a pasar la barra, mi sonrisa fugazmente se marchó al ver a Christian caminar hacia mí sin embargo su mirada estaba ajena de mí, estaba posada completamente en Derek, inconscientemente mi cuerpo dio pasos hacia atrás, Derek lo noto, volteo al ver a Christian su mandíbula se marcó más de lo que ya la tenía, sus manos estaban posadas en un puño y antes de que siquiera Derek hablara el puño de Christian había roto su nariz.


Ciega de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora