Capítulo 29

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— Te lo juro, no quise decirlo simplemente se escapó de mi boca, no lo pensé –decía mientras Derek ignoraba mis palabras subiendo las escaleras

Sinceramente, y solo si soy completamente sincera, ojalá hubiera sido Christian el que me estuviera cargando.

— No sé si soy yo el idiota por estar contigo o tu por querer estar con él

Tras eso me dejo congelada delante de la puerta de su habitación mientras caía por la pared del pasillo detrás de mí, no debía decirlo, no debía ni siquiera querer que fuera él, arruine todo como siempre lo hacía, como comúnmente sabia, no sé si me destruyen o soy yo la que me destruyo.

Personas como yo cuando nos sucede algo bueno no sabemos cómo mantenerlo, arruinarlo es la mejor manera desde nuestra perspectiva para luego quedar con la consciencia feliz por destruir algo más, para poder llorar con las ganas que nos hacía falta por algo más, pero esta vez no lo hice por voluntad propia, mi mente jugó contra mí de la manera más vil, en este momento estoy en guerra con mi mente y corazón, luchando por entrar a salvar lo poco que creía tener, o huir sin nada.

Estaba vez, mi corazón perdió y mi mente gano, tenía el mando completo del ejército de mi cuerpo.

— Derek –dije asustada mientras abría la gran puerta rumbo a un cuarto desconocido

— No quiero que estés aquí Amanda –dijo con los ojos cerrados recostado en su cama mientras su cabeza reposaba en sus brazos

— No me interesa que no quieras aquí –escupí –No me arrodillare a pedir disculpas, solo quería que supieras que fue algo involuntario, disculpa

— ¿Por qué te sigue gustado? –hablo con esa gota de molestia que era necesaria

— Me gustas tú, tus amarguras, tus risas, tus citas espontaneas, tus cenas nocturnas, incluso si no lo conozco por ser tuyo me encanta, me fascina.

Ante aquella confesión un beso desesperado se aproximó, mientras nuestras almas una vez más se unían como solían hacer y nuestros cuerpos enviaban energías eléctricas dictando lo que solo nosotros podíamos entender, amor.

— Por favor no lo nombres más –dijo tras un gemido

La tarde transcurrió en un juego constante nuestras manos se aventuraban por nuestro cuerpo, nuestros labios exploraban zonas desconocidas, y nuestras mentes escavaban más de lo necesario para conocernos el uno al otro, a Derek se le ocurrió la increíble idea de jugar verdad o reto, la verdad yo estaba encantada con solo escucharlo pero era hora de hacer algo diferente.

— ¿Quién empieza? –pregunte, acto seguido de sentarme en posición de indio sobre la cama

— Tú, mi amor –contesto él mientras se sentaba en la cama imitando mi posición

— ¿Verdad o reto?

— Creo que empezare por verdad

— ¿Con cuántas mujeres has tenido sexo en este año? –ni siquiera había pensado la pregunta me la llevaba cuestionando hace días

— Estamos en Octubre así que creo que 10 –decía mientras se reía

— ¿Así que una por mes? –no sentía ni la mínima molestia

— Sí, pero repetidas veces, te toca, era solo una pregunta, ¿verdad o reto?

— Verdad –no tenía nada que ocultar

— ¿Alguna vez te has enamorado? –su cara esperaba con ansias una respuesta

— Sí

— ¿De quién? –su cara ya había cambiado a algo más serio

— Una pregunta, una respuesta –respondí mientras veía su molestia en el rostro

— ¿Me hablas en serio Amanda? –No conteste –Está bien, ya me vengare de ti

— ¿Verdad o Reto?

— Verdad, cariño

— ¿Te has enamorado? –sabía que respondería lo mismo que yo pero ya tenía un arma bajo mis mangas

— Sí –lo dijo con ese tono de espera por mi intriga pero no sucedió

— Escojo reto

— No puedes hacer esto, ¿no quieres que sepa de quien te enamoraste?, estoy hablando en serio Amanda –sabía que me odiaba mientras me reía

— ¿Cuál es tu reto?

— Te reto a que te pares en el balcón y te quites tu camisa, y sostén y muestres los senos al mundo, en tal caso que no lo quieras hacer te hare una pregunta –en mi mente me cuestionaba si hacerlo, no era la persona más liberal como para desnudarme de esa manera pero todo sea por probar cosas nuevas

Me levante de la cama, y Derek tuvo una expresión de sorpresa, pero aun así la ignore, abrí la puerta del balcón, hacia una brisa fría en aquella época de lluvia, lo pensé una vez más respire profundo y me quite la camisa, quede con mi lencería blanca, sentí los ojos grises de Derek en mi espalda, cuando me iba a quitar el sostén note que había trabajadores limpiando el jardín para mi suerte, por supuesto, todos hombres, sentí una respiración agitada en mi nuca, por lo tanto voltee, Derek me veía de arriba a abajo, tratando de ignorar aquel descubierto en mis senos de tamaño promedio.

— Ni se te ocurra mostrar lo mío a esos hombres, te lo juro que los despido a todos si lo haces –susurro en mi oído

— Debo de cumplir mi reto –lo rete esta vez yo

— He cambiado el reto debes hacerlo solo para mi –sonrió

Mis mejillas me alertaban con su calentura de la pena que se encontraba en mi cuerpo, pero aun así, como lo prometí, como me prometí daré todo, no me importa salir lastimada porque solo recortare esa felicidad que por un tiempo pre limitado llegue a obtener con ese hombre que me ha sabido seducirme en tan poco tiempo, y aunque crean que con Christian paso igual, la diferencia es que son dos mundos diferentes, Derek me hace algo fuerte, extraño, extasiado, me siento, creo que, feliz. 

Ciega de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora