Ciega de amor

Capítulo 17

Llegamos al hotel, y mientras nos ayudaban a subirlos, decidimos que el más tranquilo era el que pagaría así que Justin seria, mientras María mantenía tranquilo a los demás yo empecé a revisarlo, mejor dicho toquetear buscando donde tenía una cartera, él me observaba de una manera extraña, como si creyera que lo hacía con gusto.

En un pequeño escondite en la chaqueta de su traje logre encontrarla, habían 5 tarjetas negras jugué divertida a escoger una, así que sería la visa la que entregaría, pague una millonada por una noche en una habitación lujosa para 6 personas, no era mi dinero así que fue lo menos que me importo.

Íbamos en el ascensor prácticamente cargándolos junto a algunos botones, ya estaban cayendo dormidos, es que las 5 de la mañana ya es hora de estar en casa feliz durmiendo pero no, me toco manejar un lamborghini, estar en un hotel 5 estrellas, y jugar con que tarjeta pagaría, no está mal, pero prefiero mi cama; cuando logramos entrar a la habitación me sorprendí, resulta que era como un apartamento gigante, cada uno tuvo su propio cuarto, los últimos en ser acostados fueron Michael que lo llevo María, si soy sincera creo que tendrían relaciones había mucha conexión por así decirlo entre ellos, y a Derek, la verdad no me molestaba porque era callado, pero siempre me sonreía lo que me hacía sentir incomoda, pero ya en la cama era hora de irme.

— No te vayas, por favor –me atrapo con sus brazos y me acostó junto a él

Unas horas después desperté sin entender dónde estaba, hasta que mire a mí alrededor y fui capaz de recordar que había sucedido, como en cualquier escena en una película parecida a esta mire mi cuerpo y seguía vestida por lo que estuve feliz porque si no hubiera sido horrible.

Cerca de la cama había una mesa con sillas como un comedor personal con vista directa a la ciudad, había un desayuno, y jugo junto a una ración de frutas, no sabía si seria para mi así que mejor opte por ir primero al baño para luego buscar mi teléfono que juraría que no lo había puesto a cargar la noche anterior, tenía 20 llamadas perdidas y 30 mensajes de un número desconocido, no tenía a nadie que pudiera preocuparse por mi, así que me era extraño.

"no has llegado a tu apartamento ¿Dónde estás?"

"¿con quién estas?"

"¿Dónde estás? Malditasea"

"Amanda Hyde te juro por mi vida que si no llegas voy y te saco de donde estes"

Todos de la misma persona, Christian, de verdad que me asusta que sepa que no estoy en mi apartamento, también que tenga mi número cuando ya estoy cansada de cambiarlo, esto ya no estaba bien, le pedí de todas las maneras que se alejara, que yo sabía que todos cometíamos errores que le disculpaba pero que no quería verlo más, le dije que podíamos ser amigos y me dijo que el jamás en su vida sería mi amigo, así que supongo que no tiene nada que buscar. Lo único que me parece extraño es el hecho que él no habla de esa manera y menos en estos momentos que intenta estar cerca de mí, pero todo tiene una primera vez.

La puerta se abrió y observe entrar un Derek despreocupada mientras que yo no hallaba el lugar apropiado donde esconderme, pensaría que era una cualquiera por haberme quedado aquí con él, nunca en mi vida había sido capaz de eso, Australia está teniendo efectos en mí que no me alegraban.

— ¿Qué tal dormiste señorita Hyde? –se sentó junto a mí y me miro divertido, hasta que vio la mesa junto a toda la comida completa, su expresión cambio –no has comido lo que te pedí

— No sabía que era mía, pensé que era tuya más bien, y no lo sé, supongo que dormí bien –observaba hacia la ventada de la habitación no tenía manera de verlo a la cara, no podía

— Eres la primera que contesta de esa manera, y de verdad, lo agradezco, cada vez tienes mis expectativas más altas, discúlpame si te hice pasar trabajo con mis amigos y conmigo, aunque creo que tu amiga y Michael llegaron a tener algo anoche, había una mirada extraña en ellos esta mañana –me comento gracioso como si no lo supusiera mas bien me lo confirmaba

— Te puedo jurar que lo sabía desde la vez que entraron juntos a la habitación –dije riendo – ¿así que tienes expectativas de mí? ¿Cuáles son? –esta vez sí tuve la valentía de observar su reacción

— Eres inteligente, genuina, graciosa, magnifica pero sobretodo hermosa, aunque solo llevo una noche conociéndote sé que todo lo que digo es cierto, pero me contaste todo de ti cuando no intentaste nada conmigo –esta vez sentía como mis mejillas tomaban color incluso cuando se es morena se puede observar, no me puedo ilusionar, no, no, no y no

— Gracias –dije de la manera más tímida que alguna vez había dicho en mi vida

— Me encanta que te pongas roja por mi culpa –rio a carcajadas, luego me atrapo en sus brazos y empezó a besar mis cachetes, mi nariz, mi frente –hare lo que sea para verte así siempre –me gustaba la manera en la que me trataba pero esa espina de desconfianza todavía tocaba parte de mi

Mi nivel de enrojecimiento no era normal, ni el de mis hormonas, despertó una parte de mí que estaba muerta y que solo una persona pudo despertar una vez, basta no es hora de recordar; Derek me llevo a mi departamento y antes de bajarme, me observaba como si tuviera una idea en la cabeza que se trataba de mí.

— A las 8pm paso por ti –ni siquiera espero mi respuesta así que era un sí, quisiera o no, pero para mí era un si absoluto, ignoraría este presentimiento

A los minutos de haber llegado suena la puerta principal, la verdad no me llevaba con todos mis vecinos pero la señora que vivía enfrente de mí siempre me daba comidas, o me ayudaba con mis peinados, maquillajes para los eventos, así que supuse que anoche había venido y pudo notar que no estaba, abrí la puerta sin siquiera notar quien era.

— ¿Dónde estabas anoche? ¿Por qué no respondiste mis mensajes? ¿Quién fue el imbécil que te trajo aquí? ¿Qué se supone que estás haciendo con tu maldita vida? –esa voz no la reconocía, aunque lo intentara no podía, pero algo en mi me invadió, no eran mariposas, era miedo por como sonaban sus preguntas, no podía verlo, no tuve la oportunidad de encender las luces, que error