Capítulo 41

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Milagrosamente había pasado la detención en tranquilidad alejada de Elijah, y mis clases fueron bastante bien, de hecho conocí a Hope, era una canadiense al igual que yo, y por un momento me hizo sentir en casa, fue muy divertido olvidar la arrancada de bipolaridad que tuve y solo reír en silencio mientras el profesor de química nos miraba.

La hora de la salida me emocionaba, no sabía quién vendría a buscarme pero tampoco creería que mi padre me dejaría aquí tira; al asomarme por la puerta de la salida vi el auto de Christian, algo en mi sonrió, sé que lo había evitado pero me hacía falta, muchísima siendo sincera.

— Aquí está mi niña linda –me decía mientras me acercaba a él con una gigantesca sonrisa, y sin importarme nada, lo bese

Extrañaba sus labios, el sabor particular que poseen, lo menos que me importaba es que me vieran los idiotas de este lugar, a medio beso lo escuche reír, lo que me hizo hacerlo a mí también, él también era un idiota.

—¿A qué viene eso? ¿Ya paso la etapa de odio a todo el planeta? –ese estúpido chiste con sarcasmo incluido me hizo reír sin mi permiso

—No me hagas volver a esa etapa y odiarte a ti también –dije mientras lo empujaba y me montaba en el asiento del copiloto

—Tu problema es que no me puedes odiarme, eso lo comprobamos –Christian era el único ser que tenía permitió ser idiota a mi alrededor

Mientras terminaba de cerrar la puerta vi como Elijah se acerba a Christian, y este lo saludo con todo el cariño que perfectamente escondía con la mayoría, ¿disculpa me pierdo de algo?, ¿acaso se conocen?, bueno eso es más que obvio pero ¿de dónde?, ¿será que él es una de sus matones?, ay dios mío y yo que lo insulte.

La mirada de Elijah viajo de los ojos de Christian, hasta el auto y me observo, rio con incredulidad, le susurró al oído a Christian algo que fue imposible para mí de oír pero volteo, me vio con el ceño fruncido, y me llamo con un leve movimiento de cabeza, me sentí una hormiguita delante de tan altos seres, irregularmente tenían un parecido.

NO PUEDE SER, COÑO

—Hola Amanda –esa cara despiadada me decía que me ha lanzado a la borda

—¿Qué? –me voltee a ver a Christian y él tenía esa cara que siempre ponía cuando buscaba como decir las cosas

—Así que es un imbécil ¿no? –no sabía si debía ser sincera o si debía mentir –está bien no respondas, Amanda te presento a mi hermano Elijah, pero por lo que veo ya se conocen y él quedo muy encantado contigo ¿tu igual? –sus palabras llevaban doble filo, la sonrisa burlaba del descerebrado me estaba provocando matarlo

—¿Nos podemos ir? –dije mientras salía caminando hasta el auto

—Hasta mañana cachorrito –imbécil, solo intenta que me maten – ¡auch! Si, ya cálmate –sonríe, espero que el golpe que le haya dado Christian le deje recuerdos

El camino a no sé dónde me tenía asustada, Christian había perdido completamente el humor después de una llamada, aparte que Elijah no había ayudado en nada, en mi cabeza maquinaban muchas preguntas o historias que contarle pero ninguna me parecía lo suficiente buena.

—Hoy me sacaron de mi primera clase –se volteó a verme dándome la señal que tenía toda su atención –es que me había levantado bastante mal humorada y las personas me veían como si fuera comida, empezaban a hablar de mí, entre al salón sin intenciones de hacer amigos, y este tarado –Christian levanto sus cejas –Elijah –hice una mueca sabiendo que no me veía –se sentó a mi lado por un momento pensé, este será mi amigo le sabe a culo el mundo, y en eso entro la profesora y me dijo que hablara de mí, ya estaba lo bastante agotada de las miradas y también estoy en mis días, y fui una mal educada, cosa de la cual me arrepiento, y me sacaron de la clase y vino este descerebrado –me observo con el ceño fruncido –no fastidies, entonces dijo que él me había mandado a hacerlo y nos mandaron a los dos a detención –me di cuenta que había dichos muchos "y" como si me faltara la respiración

Ciega de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora