Capítulo 18

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Respire tranquila en señal que no tenía miedo, ni me afectaba su comportamiento hasta que me tomo del codo, me pego a una pared con una mano en mi cuello, me estaba haciendo daño, sentía como el aire se disminuía, decidí no pelear porque de esa manera se alteraría, creo que se dio cuenta de lo que hacía cuando me soltó

— Aléjate de ese idiota –me grito esa voz profunda

— ¿Quién eres? –dije mientras retomaba el aire y me acercaba a la puerta

Esta vez me tomo más delicado y me pego de la puerta, sabia sus intenciones, sabía que quería, así que aleje mi cara de la suya, desde el rabillo del ojo observe su decepción, no logre ver su cara, pero en un segundo se convirtió en una respiración acelerada y no fue hasta el golpe en mi ojo que reaccione, pero ya era tarde, estaba caída en el suelo en un mundo imaginario.

— Llega siquiera a denunciarme en la policía y te juro que no vivirás más de una semana –dijo acercándose a mí, me tomo cargada y me tiro en el mueble, me encontraba débil, él lo sabía, así que me beso, de una manera que lastimaba, que no expresaba más que rabia y enojo –Y mucho menos menciones este beso, perra –lo que alcance escuchar fue el sonido de la puerta hasta que caí rendida

Me levante a las 7:50 pm, había estado desmayada por 3 horas, no iría sentía como mi ojo estaba caliente, no sabía que excusas decir, no tenía su número para llamarlo y avisarle, no tenía idea de que hacer, escuche la puerta de nuevo, esta vez mi cuerpo sudo del temor de más golpes, no podía abrir menos luciendo de esta manera así que tome una mascarillas para el rostro y me la puse para aparentar.

En la puerta se encontraba Derek con un ramo de rosas, ¿Cómo sabía que vivía en ese piso?

— Disculpa si fui imprudente y no pude esperar más pero quería vert... –no termino la oración cuando toco mi cuello y vio mi reacción a su toque – ¿Quién te hizo eso? –mi cara era un poema no tenía idea de que se me observaba alguna marca en el cuello –respóndeme –me pidió de la manera más fría que lo había escuchado hablar, peo detrás de eso sentí algo más, esa espina seguía molestando

Me derrumbe justo al frente de él, mis lágrimas eran esas que salían del alma lo sabía porque de esa manera lloraba por mi madre cuando supe que murió, Derek se lanzó al suelo junto a mí y me abrazo, sus brazos rodeaban cada parte de mi cuerpo sin embargo este lo quería rechazar.

— Vamos Amanda, llora y después me tendrás que contar el por qué, de esto no se salvara la persona que lo hizo –me susurraba, sentí que su respiración se aceleró, se alejó un poco de mí y termino de quitar el restante de la mascarilla que debido a las lágrimas ya se había despegado dejando al descubierto mi ojo morado

Mi primer acto fue levantarme y darle la espalda, pero él no tardó nada, me tomo del brazo, sentí como si su toque me hubiera quemado, recordé que el extraño me tomo por ese lugar, no sabía qué hacía a mis espaldas, al voltearme agarro un jarrón cercano a nosotros y lo lanzo, me asuste.

— Quítate la camisa –no entendía porque me pedía eso y negué con mi cabeza ligeramente –o lo haces tú, o lo hago yo, tú decides –no sería capaz de hacerlo, me niego a pensar que podría

Se acercó a mí y tomo mi camisa, sin pudor la rompió por la mitad como si fuera una hoja de cuaderno cualquiera, me quede paralizada de pánico, dos maniáticos habían entrado en mi casa, ¿Qué clase de personas son?, su mirada no expresaba deseo sexual, era una mirada de querer saciar su curiosidad.

Sus manos tocaron mis brazos con marcas moradas, luego subió a mi cuello, mientras lo hacia cerré mis ojos, no podía ver su expresión, no podía, subió por mis labios rotos por la agresividad del beso, hasta llegar a mi ojo, Derek se encontraba molesto, pero era más ajeno a lo que me ocurrió.

— ¿Viste su cara? –me pregunto con rabia

No pude contestar porque de mí no salió más que sollozos, lo único que nos acompañaba era la luz de la luna que entraba desde el balcón, Derek estaba sentado en el sillón de al frente mientras que yo estaba recostaba perdida en mis pensamientos aunque estos estuvieran en blanco.

— Te iras conmigo a casa, esta misma noche –me expreso sin sonar fuerte, pero al mismo tiempo sentí como si no pudiera negarme, una obligación tal vez

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Siendo sincera nadie me quitara ese amor toxico por Christian, ¿que creen ustedes #teamChristian o #teamDerek? 

Ciega de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora