Teen Dance.

12.

Si no era por la luz de su celular, no podíamos ver absolutamente nada, la noche estaba oscura y las estrellas no alumbraban ni un poco como para usarlas de foco, el calor se hacía insoportable y los mosquitos estaban hechos unos delincuentes, por lo que me arrepentía totalmente de usar shorts cortos y tops, apenas si podía mantenerme sin matarlos sobre cada parte de piel que me encontraban los hijos de puta.

Luca avanzaba saltando en los techos de los autos sin problema, tenía un pantalón largo y seguramente sangre azul, porque ni se quejaba de esos asesinos, ni siquiera emitía sonido y yo como estúpida lo seguía sin saber lo que quería hacer, avanzaba por detrás simplemente porque tenía luz.

— ¿Por qué te dicen Fierita? —me preguntó rompiendo el poco silencio que habíamos logrado mantener. Maté un mosquito más en mi pierna y dejé de caminar, porque él lo hizo.

—Mis amigos siempre me dijeron así, mi personalidad supongo.

— ¿Y ahí termina la historia?

—No tiene una historia, siempre me dijeron así.

—Uh qué aburrido. —se quejó alumbrándome con la luz de la pantalla. —Yo pensé que era algo más entretenido, con sentido.

—No todo tiene sentido en la vida Luca, en mi caso al menos un apodo no. —le dije y salté hacia el otro capot ya que subir a los techos me daba miedo de que se cayeran por lo viejos que parecían.

—Ya que no tiene nada de especial, entonces te voy a decir Alma...

—Así me llamo, tampoco tiene algo especial.

—Alma. —pronunció de nuevo alargándolo y yo rodé los ojos rascándome el brazo. —igual me gusta más novia.

—No voy a ser tu novia, dejá de joder con eso.

—Eso lo decís ahora.

—Lo digo ahora y lo voy a sostener hasta el día que no te vea más, o sea en poco tiempo porque vos y tu grupito van a ser los primeros que voy a sacar.

—Auch. —resopló y se sentó en el techo del auto mientras yo me quedé en el capot rascándome las piernas histérica por los malditos mosquitos. —Te tomas muy en serio la competencia.

— ¿Vos no?

—Es un juego Alma, un hipócrita y estúpido juego que hacen las maquinas del consumo para gente tonta como la que ve Gran hermano, lo mire también.

—Eso me da igual, no me van a hacer lo mismo que hicieron con Teen Dance Estados unidos, no se los voy a permitir.

— ¿Pero en qué concurso estás vos? —se rió y yo lo miré agachándome para no tener que bajar cada dos segundos a rascarme las piernas. —teniendo de referencia ese concurso, los extranjeros están con todas las ganas de hacer guerra, ¿o de verdad crees que son simpáticos? Por favor, uno más falso que el otro, tus amigos sólo les entienden lo que dicen.

Yo fruncí el ceño, mis amigos podían ser muy boludos sí, y eso no lo discutía. Él me miró con obviedad ante mi confusión.

—Se las dan de copados haciéndose los amigos entre todos para después ir cortando cabezas, así que avivá a tus amigos porque pueden ser los primeros en cortarles la cabeza.

— ¿Y en serio crees que se los voy a permitir? —sonreí levantando una ceja, él negó y asintió al mismo tiempo. —Enseguida empiece el juego, de a uno se van a ir yendo derechito a su país.

— ¿Te ves compitiendo en la final con tu novio? —preguntó y yo me reí pegándome en la pierna para matar un mosquito o el intento de eso. —Yo que vos no me reiría.