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Como me imaginaba pero no creía, nos pasamos el día de su cumpleaños encerrados en su cuarto, mirando películas y comiendo lo que le había preparado su mamá por ser su día, aunque más que un Gracias no le dijo y ella no pareció ofenderse, también lo trató con la misma delicadeza que sus amigos en la mañana al abrazarlo para desearle feliz cumpleaños, diferente a mí que al no saber su estilo, lo abracé y besé tanto quise porque se dejó.

No fue aburrido, al menos había conseguido hacerlo reír y burlarlo al ver su traje listo para el domingo en su guardarropa, donde también me probé sus gorras y me saqué una foto diferente con cada una junto a él en su teléfono, y en todas comprobé que su sonrisa era sincera. Me hubiese encantado y no iba a negarlo, compartir más que la cama para desatar esa gran necesidad que ambos queríamos saciar, pero no dejaba de ser intimidante pensar en que su mamá estaba abajo y sus hermanitos dando vueltas por el pasillo, podía escucharlos jugar y el alboroto nos alteraba el ambiente, por lo que sólo miramos películas y comimos hasta que él al menos se durmió.

Estuve hablando desde su teléfono con Flor, Didu y Jime en un grupo que armé con su whatsapp, sobre el casamiento que tenía el domingo, ellas se ofrecieron a maquillarme y peinarme en la casa de Jime y aunque no se molestó un poco por no haberme ayudado con el vestido, le aseguré que le iba a encantar por ser un regalo, y esperaba que fuera así. Arreglamos de encontrarnos temprano en su dirección porque Luca me pasaría a buscar antes de las doce, ya que el casamiento se iba a llevar a cabo a la una en una quinta cerca de su casa.

—Eliminé a las chicas de tu whatsapp, no por insegura pero no quiero que te molesten cuando te vuelvas famoso.

—Claro, me parece bien. —dijo y yo sonreí para apoyarme sobre mis codos así mirarlo. — ¿Dormí mucho no?

—Te dormiste antes que yo y te despertaste antes que yo, así que sí, bastante.

—Es que tener veinte no es fácil.

—Me imagino, ya deberías ir pensando en afiliarte al Pami*. —le dije y él se rió mientras se sobaba los ojos para despabilarse. —Te llegaron un montón de mensajes, no abrí ninguno pero a cada ratito vibraba el teléfono.

—Y bueno, la vida de un famoso no es tan fácil, ya te va a tocar. —me palmeó el brazo y se levantó con toda su pesadez para ir al baño, yo me senté en la cama y agarré nuevamente su celular para ver la hora, las ocho y media. No había dormido mucho, durmió demasiado.

—Me da un poco de vergüenza cruzarme con tu mamá, ella no fue a trabajar para estar con vos y estuviste todo el día conmigo.

—Mi mamá está de vacaciones, y ella sabe que este día prefiero estar solo.

—Estuviste conmigo.

—Vos quisiste. —me dijo subiéndose nuevamente a la cama para acercarse a mí. —Y a mí me encantó.

—A mí también, me siento privilegiada. —murmuré sobre sus labios sintiendo el mentol fresco por sus dientes recién lavados. —de haber podido estar con vos.

—Sí, sé que causo eso. —dijo y yo me reí empujándolo un poco, pero no se inmutó y se cernió más sobre mí para besarme, lo seguí por supuesto porque nada me gustaba más que besarlo.

Gustavo me había invitado a cenar, pero con tan sólo ver la expresión neutra de la mamá me limité a agradecerle y negarme para una próxima vez, sin embargo el alivio causado fue más fuerte cuando Luca también se negó a cenar rechazando según ella, su plato favorito. Los saludé cordialmente a ellos y abracé a los nenes cuando ello lo hicieron contentos para contarme de sus vacaciones rápidamente, su hermano los interrumpió pero les prometí hablar en el casamiento de su primo.

Teen Dance.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora