Un mes después.
Miré hacia abajo y nuevamente me pareció increíble la estructura del lugar, la sala, la cocina, el comedor y la puerta del baño, lo único que había privado, con simplemente apoyarme en la baranda de vidrio que resguardaba el cuarto, podía ver todo el departamento de Luca. Su loft. Estaba fascinada con el lugar y con lo que conllevaba visitarlo, privacidad.
—Vas a ojearme el lugar. —me dijo abrazándome por la cintura y escondiendo su cara en mi cuello, yo sonreí y acaricié su mano sobre mi estomago.
—Es que me gusta mucho, es un lugar muy lindo, cómodo...
—Y privado.
—Privado. —asentí y me di la vuelta apoyándome en la baranda con el cuerpo mientras pasaba mis brazos por su cuello. —Aunque no nos podemos quejar, estuvimos toda la semana y con estos últimos dos días ya estamos desgastando energía que vamos a necesitar para empezar hoy.
—Para eso tengo otra energía, y de esta me queda mucho por lo que deberíamos volver ahí. —ladeó la cabeza señalando la cama, yo me reí y me acerqué para besarlo mientras detenía su mano bajar por mi cintura.
Me acercó a su cuerpo y me aferró fuerte con sus brazos hasta llevarme hacia atrás, iba a quejarme pero había visto la hora y teníamos tiempo para repetir los acontecimientos de la noche, donde cenamos hasta en la cama para no salir y aprovecharnos lo poco que la semana nos permitió con tantos ensayos y grabaciones.
Empezó a ser mejor que sólo bueno cuando Luca logró relajarse más y soltarse sin preocupación a nada, nunca fue del todo una tensión compartir la cama ni siquiera en su primera vez, pero ya dominaba de la misma forma que yo, marcaba con exactitud lo que quería y me llevaba a seguirlo siendo yo a veces la inexperta, lo cual no me molestaba en lo más mínimo porque disfrutaba de compartir la cama con él y no me sacaba de mi puesto al dominar también.
—Me da mucha tristeza que se hayan ido los chicos, eran muy simpáticos.
—Sí, a mí también me dio pena, bailaban bien los peruanos. —dijo él y estuve de acuerdo, quizá no pudieron cumplir con las exigencias de los jueces y su estándar de seguidores en las redes sociales, pero eran buenos bailarines y ahí era donde nos dábamos cuenta que el concurso, no era simplemente de baile.
Hello de Adele sonó en mi nuevo teléfono y en vez de causarme tristeza, me hacía gracia que el principio de su letra fuera mi tono de llamada, Luca se rió al igual que yo y dejé avanzar un poco más la canción pero lo mejor era el principio, así que atendí.
—Loru.
— ¿Almita venís con Luca?
—Sí, ¿por?
—Esperen a Fede que viene con Ale y Nina así llegan juntos, hay fans en la puerta. —me dijo y yo tragué, me tensé completamente pero pude indicarle a Luca lo que tenía que hacer.
— ¿Alejo viene con Nina hoy? —preguntó Luca incrédulo. —Pero se suponía que iba a llegar con Ángela.
—No me interesa con quien se acostó anoche Alejo, me interesa más no llamar tanto la atención.
— ¿La tuya o la nuestra?
— La nuestra, no quiero que a un mes de empezar esto ya nos coman la vida, demasiado tengo con lo mío fuera de lo nuestro y de Fasaá.
—Sí, es una mierda. —acarició mi pierna mirándome un momento. —No es tu culpa ser la más linda de todo el concurso.
Rodé los ojos pero sonreí un poco, porque no era lo mismo cuando él me lo decía a cuando los creadores del monstruo mediático que querían que fuera me lo hacían notar, porque había logrado entender que ya habían apostado por mí para ser la fuente de su fama, pero había muchas chicas que estarían más contentas que yo de hacer ese papel, Agustina era la primera en la lista. La evolución del programa en un mes había sido inmensa, lo noté cuando me compré un celular y abrí la sesión de la cuenta de mi Twitter, teniendo doscientos seguidores a cien mil de repente, y todo por la fama que el reality me estaba dando cada semana en la cámara de Teen Dance, lo que veían los chicos enseguida llegaban del colegio, cómo yo bailaba, cómo mandaba, cómo me reía, me divertía o me enojaba, creyendo ellos tanto como yo que simplemente era mi forma de ser, porque era imposible actuar otra personalidad no siendo actriz, pero lo que el otro lado de la pantalla no sabía era que estaba forzada a ser yo misma, porque absolutamente todo lo que hacía, los que me estaban haciendo dueña del programa, lo consideraban perfecto.
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Teen Dance.
Teen FictionPROHIBIDA SU COPIA Y/O ADAPTACIÓN. OBRA REGISTRADA. El concurso de baile más famoso de adolescentes, llegó a Argentina después de triunfar en Estados Unidos sacando a las estrellas más codiciadas de aquel reality. Con propósito de no sólo sacar a co...