4.

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Levantó una ceja, yo levanté otra y mirándolo despectivamente lo ignoré por un segundo, pero volví a mirarlo para ver formar en sus labios usurpados por el arito en la comisura, una sonrisa que hizo marcar en su mejilla los típicos hoyuelos que quedaban hermosos en cualquier persona, pero no fue exactamente eso lo que me pareció lindo, si no sus ojos achinados por la extensa muestra de sus perfectos dientes acomodados, y un detalle importante, estaban todos.

Fruncí el ceño ante el ataque de adrenalina que experimentó mi cuerpo, como si estuviese en una montaña rusa y cayera de repente haciéndome sentir en el estomago esa aceleración por la adrenalina, sólo era un chico. Nuevamente lo ignoré a él y a esa extraña sensación de verlo lindo, su sonrisa linda con el arito en la comisura del labio inferior.

No entendí por qué sonreía tan extensamente, pero respiré hondo e ignorando aquella sensación me tiré hacia atrás, recostándome entre las piernas de Alejo para apoyar mi cabeza en su pecho, el productor hablaba de las reglas de convivencia, lo mismo que nos dijo individualmente, eso de que el drama era sólo para el programa, después de que la cámara se apagara ya no debería existir porque éramos compañeros, más allá del premio, la humildad ante todo. Obvio que ser buena con ellos no significaba que los iba a dejar ganar, pero la humildad, sí.

El productor anunció que para mostrarnos entre nosotros, íbamos a bailar y enseñarles cómo más o menos era nuestro estilo, con qué música nos identificábamos más y en qué nos destacábamos para que los demás grupos sintieran que era es una competencia. Cuando fue en busca del Mp3 para conectarlo a los parlantes, nos dejó solos y el revuelo empezó entre los grupos, hablando, siendo sociales y conversando entre ellos para conocerse. Miré al grupo de él, los cuatro integrantes nos estaban mirando pero principalmente la chica, que no lo hacía nada bien. Yo la miré peor, ella me estaba desafiando nuevamente como anoche y no supe si exactamente era a bailar, la miré de arriba abajo despectivamente y giré la cabeza para ver a mi grupo que hablaban de la coreografía.

—Esta piba* no vas a traer problemas. ¿No?

—No. —le dije a Sofi. —Sólo va a ser una buena rival.

— ¿Cómo sabes?

—Porque son buenos.

—Y están buenos. —se rió Alejo y yo levanté mi vista. —Ella obvio.

—Los chicos son lindos, y Alma creo que...

—Sí, es él. —rodé los ojos y volví mi vista al medio, donde vi cómo ella se levantaba y se acercaba hasta nosotros con una notable superficialidad.

—Así que... los milagros existen eh. —se agachó poniéndose frente a mí, yo no me inmuté. —digo, porque lograron entrar.

—Ah ¿vos también? Perdón pensé que seguía teniendo pesadillas con tus malos movimientos.

—Porque los tuyos están re buenos.

—Pregúntaselos a tu bailarín. —le indiqué con la mirada a Luca que seguía sentado en su lugar, pero observaba. Ello lo miró sobre su hombro.

—Y yo que pensaba que me iba a encontrar con bestias, Dios me la hace re fácil parece. —sonrió y yo también.

—Se nota entonces que no crees en Dios.

—No la verdad es que no creo.

—Evidentemente no porque todavía no te sacamos, pero no te preocupes todos sabemos hacer Cabriole en lo rítmico. —le dije porque era el paso que ella más hacía recordando su baile. —seguro vas a encontrar algo más original.

Teen Dance.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora