16.

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Aunque no fuera literalmente, tuve que fumarme a Fabián con sus intenciones berretas* de querer chamuyarme, y lo peor era que a nadie le causaban gracia sus chistes por lo que no entendía qué era lo que pretendía conmigo. No podía reírme de sus chistes, eran malos y la falta de códigos que tenía era impresionante, era amigo de Alexis o eso creía yo, pero parecía como si no se hubiese enterado que su amigo fue mi novio y cortamos una relación hace algunas semanas atrás, así que me parecía mucho más ridículo. Por suerte dejé de escucharlo cuando llegamos y nos bajamos en la casa para que estacionara el auto. Sofía estaba sorprendida del lugar desde el principio, pero al menos escucharla no se me hacía tan fastidioso como a Fabián, por lo que asentía a todo lo que decía.

Fede salió a recibirnos y con mi amiga nos miramos bastante atónitas por su torso que había estado ocultando desde que lo conocíamos, ya que estaba sin remera y tenía abdominales dignos de tocar. Aunque más me sorprendía cómo se abrazaba y se reía con Alejo y Facundo, como si fuesen amigos de toda la vida. Nos indicó ir por el patio y pude escuchar la música fuerte, toda la gente que estaba alrededor tenía trajes de baño y la mayoría de los chicos que nos cruzábamos estaban uno más bueno que el otro, diferente a las chicas que tenían cuerpos infernales pero no tenía absolutamente nada que envidiar, no era una atracción en lo más mínimo para mí al ver tanto paraíso masculino junto.

En cuanto llegamos al patio trasero, me quedé anonada con todo, la piscina enorme estaba cubierta de pelotitas de colores, inflables de todo tipo de forma y muchos chicos tomando, jugando en los grandes toboganes y divirtiéndose entre todos. Podía reconocer a algunos del concurso pero no les di importancia por mirar los grandes barriles de cerveza y la barra donde hacían tragos, donde quise ir inmediatamente.

— ¡Boluda esto está genial! —le dije a Sofía entusiasmada y la vi levantarse los anteojos para ver por detrás de mí.

—Papito lo que sos. —murmuró baboseando por alguno. — mirá lo que te estás perdiendo.

— ¿Eh?

Me hizo dar la vuelta y vi a Luca ayudar a unos chicos con las pistolas de agua, haciendo inevitablemente fuerza para probarlas obligando a los músculos de su brazo a contraerse, bajo la piel mojada y el torso totalmente desnudo y con un tatuaje en las costillas, estaba marcado y eso ya lo había comprobado, pero el sol afectaba mucho más mis hormonas y me dieron unas ganas terribles de ir a él. Tenía los anteojos puestos con una gorra y se reía con los chicos, lo cual me favorecía verle el arito en la comisura mientras luchaba con las pistolas por no poder destrabarlas, o lo que fuera que hacía sin darse cuenta que habíamos llegado.

— ¡Está re bueno! Ay fierita si no te lo agarras vos dejamelo a mí. —dijo y yo rodé los ojos suponiendo limpiarle la baba, pero la verdad era que la mía no estaba por ser invisible.

— ¿Te gusta?

—Y mirá... una noche no le niego, sos una estúpida si se la negás.

— ¿Y por qué no le hablas?

—Ojalá estuviera detrás de mí. —se rió, yo me encogí de hombros fingiendo que eso no me importaba, aunque una cachetada a mí misma no me haría mal.

—Es hombre, se va a cansar rápido y si querés ya te lo mando.

—Nah, ya te fichó* a vos y aunque me lo mandes no lo aceptaría.

—Estás diciendo que hay que ser estúpida para negarlo ¿Y lo querés negar? —pregunté incrédula.

— ¿Alma me estás jodiendo? Está re caliente con vos, ni ahí toco tus sobras. —dijo y se estabilizó de repente. —Uh mirá ahí viene.

Teen Dance.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora