68.

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Diecinueve años se acomodaron en mí y ya podía decir que era una chica con esa cantidad, si bien no era mucha tampoco era poca, había pasado cosas hermosas durante ellos y otras que eran mejor tenerlas como recuerdo, olvidarlas también. La edad no siempre iba con la madurez y yo me sentía, en algunas oportunidades, más madura de lo que aparentaba mi edad, sin embargo hoy me sentía más que orgullosa de tener diecinueve.

—Feliz cumpleaños mi amor. —me dijo Luca en el oído y yo sonreí, sintiendo mi corazón acelerar sus latidos como mi sangre bombear con fuerza. Era injusto que desde tan temprano me hiciera sentir de esa manera, pero lo más hermoso que una chica le podía pasar, tener al mejor novio del mundo.

Me di la vuelta todavía somnolienta y me encontré con sus ojos, su sonrisa usurpada por ese arito y toda su atención puesta en mí, levantó su mano para acariciarme la mejilla y yo suspiré encontrándola con la mía para entrelazarla.

—Gracias.

—Mirá esto es para vos.

Giré mi cabeza y vi un enorme ramo de rosas en la mesita de noche, junto a una bandeja con el desayuno llena de golosinas, me mordí el labio y me senté en la cama cuando él me puso la bandeja por encima. Sentía a mi corazón ir desbocado y con la mano temblando agarré la cartita que decía mi nombre.

Por este y muchos años más de pasarlos juntos, gracias por compartir tu felicidad conmigo, feliz cumpleaños, te amo. Luca.

—Sos hermoso, te amo. —le dije acercándolo desde sus mejillas para besarlo. —Gracias por ser como sos, me haces muy feliz.

—Vos a mí preciosa. —me dio otro beso y se alejó nuevamente a la mesita de noche para agarrar un envoltorio cuadrado y plano. —Quería regalarte otra cosa en realidad pero no llegaron a dármelo hoy y tuve que improvisar, y no la idea no es de google.

— ¿Es de Yahoo?

—No, de Pinterest. —me dijo y yo estallé de la risa agarrando lo que ya me imaginaba que podía ser, era grande así que le saqué el envoltorio sin dejar de reírme y me encontré con un gran cuadro con fotos nuestras, estaban agarrados con broches en un hilo y él me hizo darle la vuelta, cada foto tenía la fecha de cuándo nos la habíamos sacado y algunas frases. —Aunque no lo parezca, lo hice yo ¿te gusta?

—Me encanta mi amor, es re lindo. —sonreí mirándolo a él para acariciar su mejilla. —no te cansas de ser perfecto, gracias.

—En realidad sí me canso de ser perfecto, pero después me acuerdo de que te tengo como novia y tengo que estar a la altura.

—Sos un tonto. —me reí y me levanté un poco para darle un beso. —me encanta, gracias.

Miré nuevamente el conjunto de nuestras fotos y me acerqué para ponerlo en mi mesa de noche, Luca se acomodó a mi lado y yo acerqué la bandeja para ambos así podíamos desayunar lo que él había hecho. Chocolatada con oreos, lo mejor que le salía y a mí me encantaba, con las golosinas incluidas.

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Teen Dance.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora