Capítulo 19

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—¡Valeria! —gritó cuando ella se comenzó a alejar rápidamente —¡Valeria! —volvió a exclamar y corrió en su dirección. Aquella clase de italiano también se portó indiferente y cortante. Christal no podía seguir así, tenía que aclarar las cosas entre ellas —Valeria —le tocó el brazo y ella se dio vuelta.

—¿Qué ocurre, Chris? —dijo con pocos ánimos.

—Necesito que me digas que pasa.

—No pasa nada, no he tenido buenos días últimamente, es eso.

—¿Es por lo de Christian? —dijo ignorando lo que acaba de decir

—¿Qué? Claro que no... —pero Christal sabía que mentía.

—Si es por eso, lo lamento. Tenía muchas iras y no supe qué decir, no quise atacarte.

—Chris —le tocó el brazo con tranquilidad. Tomó aire y luego lo soltó —¿te gusta Christian?

Los ojos se Christal se abrieron a más no poder y sintió claramente como sus mejillas se sonrojaban. Ella no podía saber eso, ni siquiera lo podía sospechar, ¿por qué le estaba diciendo eso?

—¿¡Qué!? Claro que...

—No me mientas, Christal —dijo en tono duro —. He visto cómo lo miras y actúas con él.

—Val... —respiró hondo y sin querer un nudo se formó en su garganta. ¿Ahora qué iba a hacer? ¿Decirle que sí, que no solo le gustaba sino que hasta sentía un montón de cosas por él? Sabía que ellos dos se acostaban y si se llegara a enterar quizá Valeria se enoje con Christal. No sabía qué hacer o decir, si aceptaba sus sentimientos corría el riesgo de perder a su amiga por un chico, pero si se lo negaba estaría mintiéndose a sí misma —sí... —susurró y agachó la cabeza con vergüenza.

—Lo lamento, cariño —se acercó a ella y la abrazó mientras le acariciaba la cabeza

¿Qué? ¿No se supone que ahora era donde se enojaría y se marcharía?

—¿No estás enojada?

—Claro que no, Chris.

—¿En serio?

—Sí, ¿sabes? —la separó y la miró directamente —Christian no me gusta en lo absoluto. Lo que ha pasado entre él y yo no fue nada más por el alcohol y la calentura del momento, pero fuera de eso, él no me atrae.

Christal asintió ya más aliviada.

—Está bien...

—Pero Chris, no te lo recomiendo en lo absoluto, sabes que ahora será padre, ¿cierto? —asintió —¿Sabes que tiene novia y que aun así se acuesta con cualquiera? —volvió a asentir, ¿por qué todos se empeñaban en echarle a la cara lo basura que era Christian? —Él no te conviene, tú eres tranquila, calmada y serena, todo lo contrario a él. Mira el mensaje que me envió anoche —sacó su celular y se lo mostró a Christal —. Lo peor es que él no cambiará por nadie, mucho menos por una chica, así son los hombres, querida. Es mejor que te alejes de Christian si no quieres salir herida.

Christal no dijo nada, se quedó mirando un punto inexistente en el lugar mientras analizaba las cosas.

Ya sabía todo eso, ya sabía cada una de esas cosas. No era un chico bueno, mucho menos uno malo, ni siquiera se le acercaba. Él era un imbécil, sí, eso era, un imbécil del cual Christal se había fijado.

Y mientras más le decían que se olvide de él, menos podía hacerlo.

—Gracias, Valeria —respondió finalmente.

Juntos, pero no tanto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora