Capítulo 76

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Un escalofrió recorrió su cuerpo al pensar en cuántas cosas podían salir mal en ese momento. No quería ni imaginarse la reacción que iba a obtener por parte de Emily al acabar con todo aquello desde raíz. Respiró hondo y con una mirada le aconsejó a Jake que se quedara en el auto. Su amigo asintió y entonces Christian bajó, cerrando la puerta tras él. Comenzó a caminar hasta su puerta, estuvo a punto de tocar cuando ésta se abrió y por ella salió Emily.

—Hola —dijo neutral, sin mostrar ni un solo rastro de sorpresa.

—Hola, Emily —dijo algo sorprendido. El comienzo fue extraño, pensó que las cosas se iban a descontrolar desde un principio. Esperaba que siga calmada después de que terminen de conversar.

—¿Qué necesitas, Parks? ¿Vienes a herirme otra vez porque te enteraste de algo? —se detuvo y esperó la respuesta de Christian —Solo suéltalo —dijo exhausta y salió de la casa cerrando la puerta tras ella. Christian vio sus ojos y notó como estos reflejaban cansancio emocional. Pudo notar que no tenía ganas ni de gritar, quizá no se encontraba en un buen momento, o quizá simplemente estaba a punto de aceptarlo.

—No entiendo por qué armaste todo esto —comenzó a hablar de forma tranquila, no quería que haya gritos ni mucho menos llanto —. ¿Creíste que jamás llegaría a enterarme de la verdad? ¿Qué íbamos a casarnos y vivir juntos? ¿Qué esperabas, Emily, por qué lo hiciste?

—Si te lo dijera jamás entenderías —se cruzó de brazos y agachó la cabeza, evitando que sus ojos se cristalicen.

—Nada, absolutamente nada, justifica el arruinarle la vida a una persona, el mentirle de tal manera y no querer verlo feliz
—¿Te amo, sabes? —dijo de inmediato. Lo miró a los ojos y las lágrimas comenzaron a brotar —Créeme que si tuviera la oportunidad de retroceder el tiempo y hacer algo distinto para que te enamores de mí, yo lo haría. Y quizá hubiésemos tenido una historia, quizá esta pudo haber sido la nuestra, no la tuya y de alguien más.

—¿Cómo pretendes enamorar a alguien con todo aquello que hiciste? Desde que me conociste sabías cómo era yo, sabías que no quería nada con nadie, sabias que estaba dolido, que no me importaba nada, que solo quería a las mujeres por un rato, y aun así no te importó meterte al fuego.

—Yo quería ser aquella que te cambie, esa que viviría momentos difíciles y felices junto a ti, que luego de tantos problemas sigamos juntos. Y si hice todo aquello fue porque tenía la esperanza de que al final así iban a ser las cosas, por eso me arriesgué, porque en el fondo, sabía que no eras mala persona, solo era necesario que te muestres tal como eres, tal como se lo demostraste a ella —hablaba con normalidad, pero las lágrimas no podían dejar de salir de sus ojos. Christian sentía un dolor en el pecho por ella, quizá era pena. Estar conversando normalmente con Emily, hacía que él pueda ver un poco de lo que jamás vio, quizá si las cosas hubiesen sido así desde un principio, hasta hubiesen podido llevarse bien.

—No es tan fácil, nadie cambia a nadie siendo como tú lo fuiste —rodeó los ojos exhausto.

—¿Crees que no ha sido suficiente el dolor que me ha provocado todo esto? No sabes el infierno en el que he vivido tratando de que haya un “nosotros” todo este tiempo. Has agotado mis fuerzas y mis ganas de vivir. No es necesario que me digas aquello —dijo en voz baja.

—No quiero sonar hiriente, pero todo pudo haber sido evitado si tan solo no me hubieses mentido. Estos últimos meses han sido los peores de mi vida.

—¿Y los míos no? ¿Cómo te sentirías si te enteraras de que Christal ama a alguien más, y que tú no puedas tenerla de la forma en la que quieres? pero ahora tienes el camino totalmente libre, puedes ir a buscarla si quieres.

La miró un segundo y pensó en su situación. Por un lado, ellos dos compartían un sentimiento en común; el dolor al saber que no pueden estar con quien quieren, y lo lamentaba por Emily.

—Ya nada tiene sentido, no podré estar con ella.

—No hables tonterías, ¿me vas a decir que ahora que tienes el camino libre no lo intentarás?

Christian bufó y se pasó la mano por la cabeza.

—Lamento no haber sido aquel chico para ti, espero que encuentres a la persona indicada y que te haga feliz.

—Si no eres tú no será nadie —dijo con la voz entrecortada.

Le iba a decir que eso era una ridiculez, que nadie puede vivir sin nadie, y que deje de tener aquellos pensamientos tan depresivos. Pero recordó su caso, y lo que había estado pasando las últimas semanas. Él también lo sentía de esa forma, era desesperante, casi se podía sentir como el corazón se iba a salir del pecho.

—No digas eso —agachó la cabeza sintiéndose culpable de que alguien se sienta así por él. No importaba cuánto daño le haya hecho, aquellos sentimientos no se los deseaba a nadie, y hubiese querido hacer algo para remediarlo.

En ese momento, una sensación de perdón le recorrió el cuerpo. La miró y ya no sentía iras, solo notó a aquella chica que se había obsesionado con él a tal grado de llegar a hacerle daño a más de una persona. Pero ¿quién era él para juzgarla? En ese momento la entendía mejor que nadie, y quizá fue por eso que le agarró el hombro y se acercó para darle un abrazo, el cual fue correspondido sin temores.

Emily ya no pudo resistir el nudo en la garganta y comenzó a sollozar en su pecho. Sentía que lo había perdido para siempre por haber hecho las cosas mal desde un principio, ahora ni siquiera podrían llegar a ser amigos. Era como si luego de aquel abrazo, él moriría para ella. Y la idea de no poder verlo nunca más, y el no poder tenerlo, ni decirle todo lo que sentía, hacían que su mundo se derrumbara cada vez más. Luego de él ya no habría nada, ni nadie. Luego de él ya no habría motivos para seguir.

—Lamento haberte lastimado, y también a ella —logró articular aún abrazada a su pecho —. Al final, hizo lo que yo nunca pude hacer.

—Ya no importa —se separó de ella y tocó su hombro para consolarla —. Todos pasan por momentos difíciles, lo importante es aprender de las buenas y malas experiencias que compartimos con los demás.

—Sí, bueno… —se restregó los ojos y respiró hondo —Espero que seas muy feliz.

—Igual tú —le sonrió y dio un par de pasos hacia atrás.

—Adiós para siempre —le sonrió triste antes de dar media vuelta y entrar a su casa.

Se quedó parado en el mismo lugar unos cuantos segundos mientras intentaba procesar todo aquello que había pasado. No solo había salido bien las cosas, sino que hasta se liberó de un peso que había llevado encima por mucho tiempo. Se giró y comenzó a caminar hacia el auto de Jake mientras éste lo miraba sorprendido.

—¿Qué demonios fue eso? —dijo mientras Christian entraba y cerraba la puerta.

—No lo sé, pero lo que sea que haya sido, me hizo sentir mejor —dijo poniendo la muleta en el asiento trasero para luego abrocharse el cinturón.

—¿Entonces, ya todo eso terminó? —volteó a verlo por un segundo.

¿Que si todo terminó? Al parecer sí, las cosas con Christal ya no se iban a dar y Emily al fin dejaría de insistir. Ya no había nada que le pueda dar vueltas en la cabeza y no sabía si eso era bueno o malo. Todo parecía volver a lo que antes era, sin nada ni nadie a su lado. Esperaba poder controlarlo, el estar lejos de Christal hacia que se sintiera y tuviera los mismos pensamientos de antes.

—Yo creo que sí —miró por la ventana y se despidió de todo aquello por lo que había pasado aquel largo año.

Juntos, pero no tanto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora