Capítulo 37

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Estaba al tanto que pronto sus amigas le pedirían una explicación de lo que acababa de ocurrir, y no sabía cómo les iba a explicar cuando hace unos días se decían el uno al otro no ser su tipo y ese momento Christian había hablado sobre ella estando en su departamento.

—¡Alejandro! Por favor —exclamó Christal y sus ojos denotaron una clara suplica para que no siga.

—Lo lamento, Chris —miró a todos y de nuevo a ella —. No pretendí ser un idiota —comenzó a retroceder y pronto desapareció entre la multitud.

Todos estaban en shock, Christian tenía la mandíbula tensa del enojo y Noa junto con Charlotte fruncían el ceño sin entender lo que pasaba.

—¿Alguien nos puede explicar qué acaba de ocurrir? —demandó Charlotte.

—Lo haré —dijo Christal preocupada de perder sus amistades —, pero no en este momento. No es apropiado. Por favor —rogó.

Noa abrió la boca pero la volvió a cerrar.

—Entonces, ¿cuándo lo harás? —dijo finalmente.

—Apenas estemos en un lugar más discreto.

—Bueno, ¿qué les tienes que explicar? —regresó la mirada y se encontró con un Christian bastante irritado. Él no quería que sus amigas la vean como "la otra" de la historia, pues se supone que él está con Emily aunque eso no sea del todo cierto. Aun así no quería que todas pierdan su amistad por hablarle ocultado lo poco que pasó entre ellos —Entre tú y yo no ha pasado absolutamente nada, aparte de los favores con nuestro vehículos. No sé dónde está el misterio. Lo que acabé de decir fue únicamente porque no me cae bien el tipo. Punto —dijo de forma despreocupada.

Christal no sabía qué pensar o cómo sentirse en aquel momento, ¿cómo se atrevía a decir que entre ellos no ha pasado nada? ¿Cómo puede ser tan cobarde para no admitir lo que había ocurrido hace un par de semanas? Por otro lado, se había librado de la explicación hacia sus amigas, algo que la aliviaba de cierto modo.

—¿Eso es cierto? —preguntó Charlotte.

—Sí.

—¿Y por qué estabas tan preocupada en decírnoslo?

—Creí que lo tomarían de mala manera —dijo lo primero que se le vino a la mente. No le pareció tan mala respuesta.

—Pues yo no le veo nada de extraño en eso. Todos somos amigos, podemos hacernos favores, ¿no? —todos asintieron, Christal exageradamente —son muy raros todos —sonrió y se marchó junto con Noa.

—Pilar —dijo Anthony —, ven. Tengo que decirte algo —la abrazó por el hombro y se marcharon dejándolos solos.

Christal lo miraba con dolor e ira mientras él retrocedía un paso y se arrimaba a la pared más cercana del edificio, exhalando el aire de sus pulmones y rodeó los ojos con indiferencia. Él la observó de igual manera por unos segundos antes de sacar una caja de cigarrillos de su bolsillo y encenderlo con despreocupación, es más, solo le faltaba silbar.

Dio la primera calada y expulso el aire sin preocuparse mucho por girar la cabeza. Christal recibió parte del humo e hizo una mueca mientras agitaba las manos frente a ella. Extendió su brazo y con fuerza tiro el cigarrillo al piso.

Por un segundo, el rostro de Christian se desfiguró, su mirada pasó desde el cigarrillo en el piso hasta sus ojos, era como si en cualquier momento fuera a explotar, y a decir verdad, intimidaba un poco a Christal. Pero al final sacó otro cigarrillo de la caja de la misma manera que lo hizo anteriormente y se propuso encenderlo.

Juntos, pero no tanto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora