Epílogo

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En la sala de emergencia se encontraba la familia y amigos de Christian. Christal abrazaba a Anthony y el padre abrazaba a la hija. Todos lloraban y Christal lo hacía sin poder evitar aferrarse a su amigo como si él fuera su único consuelo. Los doctores habían dicho que habían intentado todo lo que estuvo a su alcance pero que lastimosamente no daba señales de que sobreviviría y en ese momento se encontraba en un coma profundo.

Todo aquello pasaba mientras Emily estacionaba su carro en una carretera alejada de la ciudad y se bajaba de éste para comenzar a caminar, más lento de lo que le daban sus fuerzas. No quiso pensar en nada, ya nada valía la pena, y no se arrepentía de lo que había hecho.

Paró a causa de un semáforo en rojo, y fue ahí cuando se propuso cruzar la calle, miró a ambos lados y a lo lejos vio un tráiler que conducía a su límite de velocidad. Esperó que se acerque un poco para comenzar a caminar, sabiendo perfectamente que jamás llegaría al otro lado.

Nos encontraremos en el infierno, amor... -pensó y el intenso sonido de la bocina del tráiler, invadió sus sentidos hasta que todo se volvió negro.

Christal miró a su derecha y Anthony le devolvió la mirada. Le sonrió en un intento de darles fuerzas y la rodeó con el brazo. Ella se arrimó con confianza a su pecho y cerró los ojos mientras las lágrimas caían de forma involuntaria.

Ahora que todo parecía perdido, sentada en la sala de espera, con su ropa manchada de sangre y en shock, rogó al cielo para que retrocediera el tiempo y pueda tener la oportunidad de hacer algo distinto para que ellos hayan coincidido el uno con el otro. Para poder haberle dicho a Christian todo lo que quería con él, sin ninguna clase de temor. Para poder abrazarlo cada que quería. Para poder decirle que jamás había sentido aquello que sentía cuando estaba con él. Para decirle que estaba dispuesta a seguir hasta el fin.

Pero ese no era el fin que imaginaba. Su estado de negación no le permitía pensar en que las cosas quizá terminen con él. Y no podía ser así, ellos debían terminar juntos.

O quizá juntos, pero no tanto...





Juntos, pero no tanto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora