Christian estaba en su carro fumando un cigarrillo y meditando un poco mientras seguía a los demás en sus vehículos correspondientes.
Ya habían sido un mes entero desde que la molestosa Christal no se había cruzado en su camino. Ni siquiera lo miraba y en realidad no le importaba, entendió que todo lo inexplicable que sentía por ella nada más era por la simple curiosidad de conocer a una persona que estaba completamente loca. Ese era su argumento principal y se convenció que era cierto. Por otro lado sabía que tarde o temprano se iba a comunicar con él por el asunto de su moto y el día que lo hiciera le diría todo lo que no dijo cuándo la vio marcharse con el bastardo de Alejandro.
Emily seguía enviándole mensajes y yendo a verlo a su casa cada que quería, había duplicado su llave y ahora tenía total acceso al departamento de Christian. Él no se cansaba de decirle que estaba harto y que no quería nada con ella, pero como siempre, no lo aceptaba.
~
La tarde transcurrió normal, Pilar y Christal fueron a almorzar y entonces ella le contó todo lo que le había ocultado por semanas enteras. Desde su beso con Christian hasta el noviazgo que ahora tenía.
—¿¡QUÉ!? —gritó Pilar en medio del lugar y casi de inmediato Christal se levantó un poco de su sitio y le tapó la boca mientras se disculpaba con una pequeña sonrisa nerviosa con los otros clientes del restaurante.
Luego de eso, Pilar exigió detalles. ¿Qué sintió al besar a Christian? ¿Realmente estaba con Alejandro porque lo quería? ¿Acaso cree que Christian esté sintiendo algo por ella?
—Para nada —respondió ni bien Pilar acabó su pregunta —. Aquel muchacho no tiene sentimientos, y si los tiene, solo es rencor y maldad —afirmó con seguridad.
A la salida, Alejandro, tal y como le había dicho, estaba estacionado al frente del edificio en su carro deportivo. El sol comenzaba a esconderse y la mescla de colores era algo de lo que ella jamás se cansaría de admirar.
Christal entró al auto y lo saludó como solían hacerlo.
—¿Quieres ir a cenar? —preguntó Alejandro mientras arrancaba el carro y Christal se ponía el cinturón de seguridad.
—Creo que mejor quiero ir por mi moto —dijo regresándolo a ver y éste soltó una mueca de disgusto —. Si quieres puedo ir yo sola —expresó seria.
—Te llevaré yo —intentó relajar sus expresiones y le mostró una sonrisa a su novia.
Christal lo guio por las calles exactas hasta llegar al edificio donde vivía Christian. Alejandro paró en una vereda y ella bajó.
—Ya regreso —le sonrió levemente.
—¿No quieres que te acompañe?
—No, eso solo alargará lo que tengo que hacer. Bajaré en cinco minutos —dijo y comenzó a caminar en dirección al departamento donde vivía Christian. Sabía que a Alejandro no le agradaba nada la idea de que se vaya a ver con él pero aun así lo soportaba y suponía que lo hacía por ella.
Entró por la puerta principal y un señor de aproximadamente sesenta años la saludó con cortesía, era el recepcionista.
—Quiero ver a Christian, por favor, Christian Parks.
Aquel señor descolgó el teléfono que había en su escritorio y marcó un par de números.
—Señ... está bien, ok, hasta luego —Christal lo miró con intriga mientras el recepcionista regresaba el teléfono a su lugar —. Siga nomas, piso nueve, departamento H4.
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Juntos, pero no tanto ©
RomanceEsta es solo una triste y nada popular historia perdida entre tantas, quizá sea buena, quizá no. Él no era popular, tampoco practicaba baseball ni mucho menos era el capitán de algún equipo deportivo. Ella no era una nerd, tampoco era la chica más...