Capítulo 77

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Los días en su casa parecían hacerse infinitos. Tal como era en la secundaria, pasaba la mayor parte del tiempo sola, solo que ahora lloraba de vez en cuando al imaginar a Christian y ella teniendo un final feliz. No tenía muchas ganas de comer y ni siquiera podía llamar a Alastair para conversar con él porque casi todo el tiempo pasaba con su novia. Ahora también sentía que estaba perdiendo a su amigo. Alejandro la había llamado en varias ocasiones pero decidió ignorarlo. De cierto modo, sabía que él quería aprovecharse de su situación para que se vean y quizá pretenderla un poco, algo con lo que ella aún no se sentía cómoda.

Intentaba desahogarse a través de las letras, tenía varios escritos en su celular y todos y cada uno de ellos eran dedicados al chico que la había hecho sentir como en una montaña rusa todo ese tiempo que pasó con él. Sus padres llegaban en la noche y su hermano apenas pasaba en la casa, así que aparte de escribir y llorar, no hacía nada más que esperar a que lleguen para poder abrazarlos y sentir que al menos tiene una familia que sabe que nunca la dejarán sola.

Los días seguían pasando y la rutina seguía siendo la misma, pero hubo un día en particular que la puso a pensar en si valía la pena comunicarse con Christian. Aquel día alguien había llamado a su celular.

—¿Hola? —contestó, sin embargo no escuchó nada más que unos jadeos.

—¿Hablo con Christal? —dijo una voz masculina.

—Sí, ¿quién habla?

—Debes ir por Christian y quedarte con él en algún lugar seguro, no te quedes en su casa.

—¿Disculpe? —se mostró extrañada y vio el número con el que hablaba, era de una cabina —Yo con él no me he visto desde hace mucho tiempo y no quisiera volverlo a hacer en lo que queda de vacaciones. Puede llamar a alguno de sus amigos si quiere.

—Escúchame, Christal —dijo en un tono amenazante —. Algo malo puede que vaya a pasar y si tú no vas y le adviertes, él jamás se enterará. Ve lo más pronto posible.

Por la cabeza de Christal solo pasaba la idea de que alguien le esté jugando una broma para que vaya y se encuentre otra vez con él, y definitivamente, por más que quisiera, no podía hacer eso.

—Disculpe —bajó la voz —, yo no puedo hacer eso.

—Pero debes, si aún te queda una pisca de cariño por él, deber hacerlo —sonaba serio, de cierto modo, la intimidaba un poco.

—Al menos dígame quién es.

—Solo hazme caso, estoy seguro de que ya habrá algo raro para cuando llegues, recuerda salir del lugar lo más pronto posible con él. Adiós —colgó sin darle tiempo a Christal de decir algo.

Aquella llamada había sido muy extraña. Pero ¿qué había creído aquel tipo? ¿Que ella iba a hacerle caso así como si nada? Estaba casi segura que quien la había llamado era un cómplice de Christian para que vaya y verla otra vez. Pero, ¿quién podría ser? No podía evitar sentir un pequeño escalofrió al imaginarse a Christian en problemas.

Se quedó un rato inmóvil, pensando en lo que podía hacer al respecto para aclarar sus dudas. No era demasiado, no contaba con otra opción más que averiguarlo por sí misma. Así que revisó sus contactos en su celular y pensó en llamarle a la única persona cercana a él que tenía su número: Jake.

Marcó con recelo y él le contestó a la segunda timbrada.

—¿Hola?

—Hola, Jake…

—¿Cómo éstas, Christal?

—Bien, tenía una duda. ¿Christian está bien?

—¿Físicamente? Eso supongo. ¿Por qué? ¿Ocurrió algo?

—No, solo que… —dudó en contarle lo que había pasado —tengo un mal presentimiento.

—Bueno, hasta donde sé, él está en su casa, pasa la mayoría del tiempo solo y eso lo está consumiendo. Ya sabes, por lo que pasó entre ambos. Al menos ya está algo más tranquilo porque solucionó las cosas con Emily.

—¿Las soluciono? —preguntó con intriga.

—Dentro de lo que cabe, obviamente. Las cosas salieron mejor de lo que creíamos. Aunque ahora que lo pienso, se me hizo un tanto extraño haberla visto tan serena y sin querer matar a alguien, pero no quiero entrar en detalles, me veré como una vieja chismosa.

—Te entiendo… Entonces, ¿ya se acabó lo de ambos?

—Oficialmente, sí. Aunque si quisieras saber más podrías comunicarte con él. No le vendría nada mal una llamada tuya.

—¿Eso crees? —dijo de inmediato.

—Eh… no lo sé en realidad.

—Mierda…

—No te desmoralices. Él ya te ha buscado un millón de veces, es tu turno. Yo sigo creyendo que terminarán juntos.

—Olvídate de eso. Pasó exactamente lo que tenía que pasar —dijo triste.

—Y pasará exactamente lo que tenga que pasar.

—Lo nuestro es un pasado, no un futuro.

—Escúchame, Christal, él está totalmente librado de todo lo que le impedía estar contigo. Ahora solo depende de ustedes, en si quieren estar juntos realmente o no. No quiero que me digas nada, solo quiero que lo pienses.

—Jake, si supieras las cosas como nosotros, sabrías que ya no hay nada que hacer.

Un largo silencio se formó en la línea.

—Repito, solo quiero que lo pienses.

—Está bien —rio un poco con torpeza —. Gracias por guardar esperanzas en vernos juntos.

—Es que ustedes son.

—Éramos.

—Serán.

Rio más fuerte.

—Gracias, en serio.

—Para las que sea, cuídate —dijo y ambos cortaron la línea.

Ahora se encontraba en un dilema más grande. Las pequeñas esperanzas que le había dado Jake, comenzaban a invadirla y apoderarse de su mente. Pero dejó ese tema para discutirlo con su almohada en las noches.

En ese momento pensó en lo que le había contado de Christian. A ella también se le hacía un poco raro que Emily no haya querido hacer algo al respecto para quedarse con él. ¿Acaso era parte de su nuevo plan para volver a engañarlo? No era exagerado pensar en eso, sabía que ella sería capaz de hacer cualquier cosa para tener a Christian a su lado.

Sea lo que sea, decidió dejarlo pasar. La llamada que había recibido hace poco también le preocupaba, no le daba muy buena espina que un desconocido le llame de pronto a advertirle sobre Christian, y junto con el supuesto alejamiento de Emily, las cosas solo empeoraban.

De pronto, se preguntó si aquellos dos eventos se conectaban entre sí. ¿Y si quien la llamó era uno de sus cómplices para advertirle a Christian sobre ella? Las cosas en ese momento ya tomaron un grado mayor de importancia. Claro, era obvio ¿por qué le llamó a ella y no a Jake?

Entonces en serio se preocupó, aun así no supo qué hacer al respecto. ¿Era tan grave como verlo otra vez? Le parecía algo exagerado el viajar por horas y más aún si debía sacarlo de su propia casa.

No tomó una decisión ese momento, iba a dejar que su mente se enfrié para así tomar las medida necesarias al caso.

Aquella noche pensó en todo lo que había sufrido por Christian. En su mente retrocedió el tiempo y se recordaba con sus amigas antes de conocerlo. Su vida nunca había sido demasiado interesante, no es que tenía demasiados problemas ni tampoco anécdotas por contar. Y de repente su mundo comenzó a girar en torno a él, se vio a sí misma atrapada en un callejón sin salida y no pudo hacer más que dejarse llevar, aunque haya intentado ponerle un fin mucho antes.

Decidió no ir, había un alto porcentaje de que aquello solo haya sido una broma de muy mal gusto y no quería volver. Pero en la mañana, antes de que pueda pensarlo bien, se encontraba alistándose para ir a verlo, quizá el miedo que le recorría el cuerpo al pensar en el porcentaje restante, en donde Christian sí podría estar en problemas, la obligó a dejar una pequeña nota en casa y subirse en su moto para ir hacia donde se él se encontraba.

Juntos, pero no tanto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora