El transcurso de vuelta a casa se le hizo lento, como si hubiesen estado al doble de horas que antes. Apenas conversaron los unos con los otros. La verdad era que casi nadie tenía las energías luego de aquel fin de semana, así que se limitaron a intercambiar un par de frases e intentar dormir y relajarse luego de unos largos días.
Christal agradeció aquello. Ella no tenía ganas de hablar con nadie, sabía que si lo haría, todos sus amigos notarían cómo se estaba sintiendo en aquel momento, no es que no hayan tenido ya una idea previa de lo que estaba pasando, pero no sabían los detalles. Y era suficiente con que alguien mencione algo acerca del fin de semana que la ponga sentimental, para romper a llorar como una magdalena.
Pensó, a medida que viajaba, en todo lo que había pasado hasta el momento junto con Christian. Le agradeció por dentro por todo los momentos que le había dado, ya sean buenos o malos. Ya que al final le sirvieron de experiencia. Intentó convencerse de que aquel dolor se le pasaría pronto ya que apenas habían pasado unos cuantos meses y no era necesario haber sentido tanto por Christian, más aun cuando la mitad de tiempo la pasaron discutiendo e ignorándose. Pero en el fondo sabía que se engañaba a sí misma, no había forma de que el dolro que tenia en el pecho disminuyera de la noche a la mañana. Se preguntó el porqué se había fijado en él
Ya no queria seguir sufriendo, eso es lo había estado haciendo desde que lo conocio, y ya estaba hasta, no podía dejar que él interrumpa sus pensamientos a cada momento del dia.
Y así, los días fueron pasando hasta convertirse en semanas, y las semanas en meses; cinco para ser exactos. Christian había cumplido con su parte del trato; no se acercó más a ella en todo ese tiempo. Al principio se le hizo muy difícil, claro está. Pero a medida que las semanas iban pasando se iba dando cuenta más de la realidad; ellos estaban destinados a encontrarse y quererse, pero no a estar juntos. Y había dado muy bien los primeros pasos para no volver a hacerse más daño.
Al principio la veía todos los días por su grupo de amigos. El primer mes, tuvo que retirarse varias veces del lugar antes de hacer algo inapropiado y romper su promesa, simplemente no lo podía resistir. En el segundo mes fueron las vacaciones del primer periodo, así que aprovecho todo ese tiempo para intentar olvidarla y pasar junto con su familia. También le disminuyó la ansiedad por saber cómo se encontraba a cada momento del día.
Para el regreso a clases, cada vez podía resistir más la presencia de ella en una misma habitación, claro que anhelaba y extrañaba todos esos lindos momentos que pasaron juntos, pero se conformaba viéndola con su grupo de amigos y sabiendo que ella estaba bien.
Ya para el último mes, notó que podían entablar pequeñas conversaciones relacionadas con la tarea o la clase de tenis que tomaban juntos. Se le hacía muy raro a él. Jamás pensó en que podría realmente volver a hablar con ella. Su cariño seguía intacto, y lo descubrió aquellas últimas semanas. Aun así, intento que aquello no se convierta en algo toxico.
Y era mejor estar así; un tanto juntos y un tanto separados a la vez. Juntos, pero no tanto.
*
Los primeros meses para Christal fueron un martirio. Realmente estaba muy deprimida con todo lo que había pasado aquellos días en la playa; donde descubrió varias cosas que no eran ciertas pero que no podía decirlas por el bien de todos. Las primeras semanas lloraba todas las noches en su habitación mientras su gata intentaba reconfortarla lamiéndole las mejillas. Re-blogueaba toda clase de contenido depresivo en su red social favorita y vio varias películas de desamor para poder sentirse identificada, y vaya que la ayudó. Se dio cuenta de que su historia era tan solo una entre millones; que había parejas que en serio les había ocurrido cosas malas y no era el fin del mundo para ni uno; que se podía ver las cosas desde un punto de vista distinto; que se podía sacar algo bueno de aquella decepción amorosa. Y se convenció de eso. Todas las noches, se repetía a sí misma que estaría bien, que eso la ayudaría en un futuro a crecer como persona, pero no funcionó sino hasta tres meses después, cuando comenzó a respirar con tranquilidad y de apoco el nudo en la garganta comenzó a desaparecer.
Pronto lo veía en su círculo de amigos y en las clases de tenis pero ella se mantenía fuerte. Evitaba mirarlo cuando estaba desprevenido. Evitaba fijarse en aquellos detalles de sus expresiones que tanto la habían enamorado desde un principio.
El día en el que pudo respirar tranquila sin sentir ni una clase de dolor por dentro, era viernes. Las clases ya acababan y ella se encontraba en uno de los bancos de su carrera esperando al resto de sus amigos. Tenía los audífonos puestos y escuchaba algo de "Cold Play". Al alzar la vista, notó que Christian comenzaba a salir junto a Jake. Lo miró detalladamente, miró sus ojos y sus cejas. Parpadeó lentamente y vio su cabello, su forma de caminar, sus labios. Pronto el tiempo pareció ir en cámara lenta; sus pasos eran tardos al igual que sus movimientos. De pronto, él la vio, pero ella no quiso romper las miradas. Y tampoco hubiese podido, fue como si a medida que pasaban los segundos, el dolor en el pecho iba disminuyendo. Respiró hondo sin apartar la mirada y sintió claramente cómo toda la pesadez que tenía en su interior; toda la tristeza y la ira, se iba de a poco mientras exhalaba. Finalmente Christian apartó la mirada y una inmensa paz entró en ella, había sacado lo malo de su cuerpo. Podía decir que finalmente, luego de varios meses, había superado a Christian Parks.
~
Pronto, faltaba un mes para que el año de universidad terminara y todos en esos días se preocupaban más de lo normal. La semana de exámenes no era ni un chiste. Y todo ese último mes era de presentación de proyectos, exposiciones y pruebas antes de dar los exámenes finales.
Anthony incluso canceló las fiestas para que todos puedan estudiar sin una distracción. Todo el grupo se vio muy poco, apenas salieron a comer un par de veces las dos siguientes semanas luego de clases. Ya nadie esperaba hasta la salida, sino que apenas se desocupaban, se iban a la biblioteca a estudiar o a sus casas. Christal no era la excepción. Las últimas semanas implicaban un esfuerzo extra y ahora que no tenía la mente en otro lado, podía dedicarse al cien por ciento a estudiar.
El viernes de la penúltima semana, salió de clases y caminó directo hacia su moto. La encendió y comenzó a conducirla, debía llegar temprano a casa porque el cielo comenzaba a ponerse gris y un aguacero era lo último que quería.
Abrió la puerta de su departamento y como era de costumbre, su gata se levantó de donde estaba y caminó hacia ella para que la tome entre sus brazos. Caminó hacia su habitación y dejó a su mascota en su cama mientras ella se quitaba la ropa para ir a tomar una ducha de agua caliente. Tomó su celular y revisó las notificaciones que tenía, casi ni una. Entró en su blog de Tumblr y deslizó el dedo para ver los nuevos post. No había casi nada nuevo. Comenzó a hacerlo más rápidamente y sin querer tocó en los mensajes y uno que no había leído le llamo la atención. Primero se preguntó cómo era eso posible si había hablado con otras personas luego, pero recordó que normalmente lo hacía ingresando directamente desde la notificación que le llegaba y la direccionaba al chat.
Aquel blog se le hacía familiar. Abrió algo confundida el mensaje y notó que ya habían tenido una conversación anteriormente. Era aquella persona que la acosó por un instante y sabía su nombre. Recordó que aquel momento dudó acerca de quién era la persona que enviaba los mensajes, pero cuando leyó la primera frase de éste, sus dudas se aclararon por completo; era Christian.
—Hey, Christal —decía la primera línea del mensaje enviado hace casi dos tres, cuando ambos se estaban recuperando de a poco.
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Juntos, pero no tanto ©
Roman d'amourEsta es solo una triste y nada popular historia perdida entre tantas, quizá sea buena, quizá no. Él no era popular, tampoco practicaba baseball ni mucho menos era el capitán de algún equipo deportivo. Ella no era una nerd, tampoco era la chica más...