Capítulo 70

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El resto de la semana, Christal evitó a toda costa las llamadas por parte de Christian. Sabía que en ese momento no se encontraba en capacidad, al menos física, de ir a buscarla y su único método era insistirle con las llamadas. Se sentía un poco culpable de no poder hacer algo al respecto ya que ella fue quien, prácticamente, le rompió el pie, pero ya pronto vería la manera de ayudarlo de cualquier forma.

Pasó varios días en su ciudad junto con su familia. Era una de esas pocas veces que en serio los extrañaba mucho. Quizá era el hecho de que extrañaba su vida antes de entrar a la universidad por el único motivo de que no se tenía que preocupar por más que estudiar. Vio a su amigo Alastair y le contó que seguía en la relación que le había contado anteriormente.

—Todo era muy raro, Chris… jamás había sentido tanto por una persona —le había dicho y Christal le sonrió, feliz por él.

Ella también le contó cómo iban las cosas con Christian, lo que había pasado y cómo se había sentido todo ese tiempo. Alastair solo lo odio un poco más.

—Ya no te acerques a él, Chris —le dijo con serenidad.

—Lo curioso es que todo el mundo me dice lo mismo —le sonrió con tristeza.

—¿Entonces qué esperas?

—Eso estoy intentando, se supone que estas vacaciones es el último intento.

—Sé que lo harás, eres muy fuerte —le agarró las manos y le sonrió —. Y recuerda que me tienes a mí para lo que sea.

—Gracias —le sonrió y lo abrazó.

~

El viernes llegó y tal como se lo había dicho a Pilar, fue a la fiesta que Anthony había organizado. No se molestó en utilizar ropa para la ocasión. Solo portó unos jeans hasta la cintura y una camisa negra de cuello alto al cuerpo por debajo de sus pantalones.

Al llegar, notó que casi no había gente comparado con las primeras fiestas. Eran alrededor de cuarenta personas nada más. Como era de suponer, no estaba Christian. Saludó a Anthony y éste la estrechó entre sus brazos para luego alzarla a su altura.

—¡Te extrañe! —exclamó. Era más de una semana que no se habían visto y la verdad es que Christal también lo extrañó.

Conversaron un poco más. Luego él siguió en sus asuntos y Christal caminó hacia la barra de bebidas. Zach, el chico que había estado ateniendo en cada una de las fiestas de Anthony, se acercó a ella.

—¿Lo de siempre? —le preguntó con una sonrisa.

—Lo de siempre —le respondió sentándose en un banco cerca de la barra.

—¿Cómo van las vacaciones? —le preguntó de forma amable mientras preparaba su bebida.

—Bien —le dijo y se puso a pensar en que habían ocurrido cosas que no le agradaba para nada —. Podrían ser peores —añadió.

—Aquí tienes —le sirvió y Christal le dio un gran trago —. ¿Esperas a Christian?

—No —dijo con una pequeña sonrisa y agachó la cabeza, era irónico que todo el mundo sepa lo que ocurría con ambos —. Lo atropellé sin querer el viernes anterior.

—¡Wou! ¿Está muy mal?

—No tanto, siento que debería hacer algo por él pero no quiero que intente hacer que volvamos a lo mismo de antes —y era cierto, ya no quería, deseaba con todas sus fuerzas que las cosas entre los dos se aclaren, no quería seguir confundiéndose.

—Pues déjaselo en claro y ayúdale —dijo mientras tomaba un vaso y lo secaba con una pequeña toalla —. Al fin y al cabo, tú eres la responsable de que él esté así —puso el vaso a un lado y repitió el proceso con otro que había cerca.

Juntos, pero no tanto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora